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“Es un regalo que nos ha dado Dios”
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María Dolores Rodríguez, madre superiora:

“Es un regalo que nos ha dado Dios”

Actualizado 03/07/2015
Miguel Corral

VITIGUDINO | Las 15 agustinas recoletas del convento de Santo Toribio se preparan para celebrar el 6 de agosto próximo el cuarto centenario de la fundación del claustro

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La orden de las Agustinas Recoletas está de enhorabuena, especialmente las monjas de clausura que residen en el convento de Santo Toribio de Vitigudino, pues no en vano a ellas les tocará vivir el próximo 6 de agosto el cuarto centenario de la fundación de este claustro, un momento que en palabras de la madre superiora, María de los Dolores Rodríguez "esperamos con mucha alegría e ilusión", pues todas ellas consideran esta celebración "un regalo de Dios".

En la actualidad, el convento de Santo Toribio cuenta con 15 monjas, un número que, si no es muy alto, es el mejor de los últimos años, como recuerda Sor Dolores, pero además con la satisfacción de que ocho de ellas son de la provincia y cuyas procedencias se reparten entre Salamanca, Lumbrales, La Vidola, Encinasola de los Comendadores, Vitigudino y Valderrodrigo, a las que se suman siete más procedentes de Venezuela, Perú, Tanzania y China, siendo del país asiático la última en incorporarse. María Visitación Nieto es la única en la actualidad de Vitigudino, "de las Cucas", añade, y por ello desea con todo su corazón que ?antes de irse con Dios? alguna joven de Vitigudino escuche la llamada de la fe, lo que supondría añadir una monja vitigudinense más a las 35 que han pasado por el convento en estos cuatro siglos.

Su vida en el convento es de total recogimiento hacia Dios, al que un día se entregaron dejando todo cuanto poseían para dedicarse por completo a la vida contemplativa, y aquí su felicidad, sin nada, es plena, algo difícil de comprender en la sociedad actual. Su extraordinaria meta es servir a Dios mediante la oración y su silencio, y a cambio no esperan otra cosa que hacer su voluntad, pues saben que han sido elegidas para recorrer el camino de la fe bajo la más absoluta austeridad. Son 15 de las 165 'flores' que han adornado este convento a lo largo de sus 400 años de historia, y eso les provoca una emoción y una felicidad que no pueden describir con palabras, lo reflejan sus ojos.

Sus voces, como caídas del cielo, se dulcifican como si fueran las de ángeles que cantan bajo la bóveda del pequeño templo

Ahora, que se disponen a celebrar el cuarto centenario de la fundación de su convento, no caben de felicidad, y eso se nota aún más cuando entonan sus oraciones cantando tras la reja de la capilla. Sus voces, como caídas del cielo, se dulcifican como si fueran las de ángeles que cantan bajo la bóveda del pequeño templo. Sor Dolores está totalmente entusiasmada con esta celebración a sus 81 años, aunque no es la que más, como tampoco es la de mayor edad, "hay otra hermana con 88", un número que contrasta con los años de la más joven, solo un poco por encima de los 20. "Estamos de todas las edades menos de sesenta y setenta, que no hay ninguna", añade.

Pero más que la edad de sus hermanas lo que le preocupa es recuperar algunas de las costumbres que tuvieron sus antecesoras, como cantar a la Virgen de la Dolorosa en la procesión de la Soledad que se celebra el Viernes Santo, o la instalación del altar que siempre adornó la plaza del Convento el Jueves de Corpus. Lo primero ya lo hicieron hace dos años, y ahora toca lo segundo. Sor Dolores asegura que el 6 de agosto "habrá procesión y pondremos un altar en la plaza del Convento", un obsequio para el Obispo, del que esperan su llegada con gran ilusión.

Serán cuatro días de actos eclesiásticos, misas oficiadas por distintos sacerdotes y que coronará el 6 de agosto el obispo de Salamanca, Carlos López Hernández. Además de autoridades religiosas de la orden agustiniana, tampoco faltarán las autoridades locales, pues "han sido los primeros en ser invitados", recuerda la madre superiora, tal vez en agradecimiento a la atención que siempre les ha dispensado el pueblo Vitigudino, como así recuerdan y agradecen en un pequeño tríptico que han elaborado con motivo de esta conmemoración que esperan con impaciencia, Dios mediante.

ORDEN DE LAS AGUSTINAS RECOLETAS

[Img #350072]Reseña histórica del convento de Santo Toribio

Todo comenzó por una familia piadosa: "Dícese que, deseando hacer de su ahcienda una ermita y rogando a la Virgen del Socorro, que es imagen milagrosa de esta villa, les inspirase a qué santo la dedicarían, oyeron tres veces en el aire en este sitio el nombre de Santo Toribio".

En 1524, una descendiente de esta familia, Antonia López y su marido Juan de la Corredera, "hicieron de nuevo la iglesia y cinco casitas para que en ellas se recogiesen mujeres pobres que sirviesen a nuestro Señor". Estas mujeres vivían bajo regla de la Orden de San Agustín.

Al morir, "esta señora dejó su hacienda toda para una pía memoria para una capellanía y para que se fúndanse un convento, nombrando por patrono de él a su sobrino, el señor Lázaro Fernández, y a sus sucesores. Dilatóse la fundación hasta que su hijo, el señor capitán Toribio Fernández de Portillo, la solicitó y sacó licencia del cabildo de la Santa Iglesia de Salamanca. Pidió religiosas al convento de Agustinas Descalzas de aquella ciudad y ofreció por dotación al convento los maravedíes que se daban para sustento de las beatas, quedando él encargado de sustentar las que había mientras viviesen o darles ?como lo hizo? , con que pasasen ayudándose con sus labores".

La Fundación tuvo lugar el 6 de agosto de 1615: "Vino por fundadora y priora la madre Isabel de la Concepción, por subpriora la madre Antonia de Jesús y por maestra de novicias; por portera, la madre Ana de la Trinidad; esta se volvió luego y trajeron en su lugar a la madre María de Santo Domingo, y por sacristana vino la madre María Magdalena (?). Luego que se tomó posesión de la ermita de Santo Toribio, llevaron a las religiosas fundadoras a a las dos novicias que allí tomaron el hábito en procesión, acompañando al Santísimo y al Santo de a una casa del lugar que era de los patrones; y así dispusieron su iglesia y convento por espacio de cuatro años en tanto que se hizo el nuevo, al que se trasladaron el año 1619, día de Santa Teresa de Jesús, que se celebraba entonces a cinco de octubre. Asistió a la traslación el señor Obispo don Francisco de Mendoza y celebróse con grandísima solemnidad y muy grande fiesta que hizo la villa y patronos". Se acordó que la Comunidad se llamase 'Monjas Agustinas Descalzas de Santo Toribio'.

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