Estudiantes de Texas sienten el arte del toreo en Vitigudino

Suele suceder que muchas de las cosas de las que rodeamos en el día a día pasan desapercibidas, discurren por nuestras vidas sin darle el verdadero valor que tienen; y habitualmente son otros, los que llegan desde otros lugares con distintas culturas, los que nos las redescubren para darnos cuenta de lo genuino de algunas de nuestras costumbres.

Inmersos en esa crisis de lo español en España, turistas de otros países nos redescubren y a veces hacen que nos sintamos más orgullosos de nuestra historia, de nuestra cultura, de los valores que defendieron nuestros antepasados. Y por aquello de que algunas voces ?no sé con qué autoridad? son capaces en ocasiones de silenciar a la mayoría, nos sumergimos en esa 'espiral el silencio' de Noelle Newmamm cuando nos encontramos perdidos, indecisos, y preguntándonos si esa minoría tendrá razón; ?y nos callamos.

Por segundo año consecutivo, estudiantes de la Lamar University, del estado norteamericano de Texas, se acercaban hasta Vitigudino para sentir el toreo, y no desde una grada como reconoce haber vivido Larry Elliot en Sevilla, Venezuela, México y, más reciente, en Ledesma, sino sobre la arena. Larry es, además de estudiante de Español, profesor en los Estados Unidos, y a sus 74 años la adrenalina le corría a borbotones tras ponerse delante de una vaquilla con un capote.

Como reconoce Norma Zarzosa, profesora y guía de este grupo de 22 estudiantes de lengua y cultura española del programa de Cursos internacionales de la Usal, "este es el segundo año, la experiencia de los estudiantes el año anterior fue la mejor de cuantas vivieron en un mes en España". Y esta experiencia sucedió, como hoy, sobre la arena de la plaza de tientas del Complejo Hostelero 'El Quijote', en Vitigudino.

Para la mayoría de los 18 estudiantes del año pasado que participaron en esta jornada dedicada al toreo, "fue el mejor evento de los que asistieron", de ahí que este año la visita al Complejo Hostelero 'El Quijote' era obligada. El objetivo, según Norma Zarzosa es vivir la "experiencia del arte del toreo, aprender los primeros pasos y experimentar qué se siente al pisar la arena" ante un animal bravo, unas sensaciones que por muy bien descritas que estén resultan difíciles de comprender para quien nunca lo haya hecho.

Estos 22 alumnos de los cursos internacionales de la Usal se acercaron hoy a Vitigudino con ese único objetivo, conocer de primera mano los que otros norteamericanos ya experimentaron, contaron y proclamaron en sus escritos hoy universales, como hizo Ernest Hemingway. Y para ello contaron con el pupilaje de Carlos Huertos y sus colaboradores, que con los carretones armados ofrecían a los estadounidenses una clase de salón antes de salir al ruedo para enfrentarse a una añoja.

No todos, pero sí varios de los hombres se atrevieron a hacer frente al difícil genio de la vaquilla. Con el capote, aunque con un manejo no demasiado ortodoxo, los texanos demostraron al menos valentía y el coraje de salir al ruedo para cumplir su deseo: sentirse toreros por unos instantes al menos una vez en sus vidas, aunque en algún caso ello les costara un revolcón.

Y como broche a esta jornada del todo taurina, los asistentes pudieron degustar los excelentes embutidos ibéricos de 'El Quijote', además de un sabroso estofado de carne de ternera de Vitigudino, por aquello de que por el estómago se enamora al hombre.