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Fallece Luis Sánchez Granjel, figura de renombre en el mundo de la historia de la Medicina
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GRAN EXPERTO EN PIO BAROJA Y LA GENERACIÓN DEL 98

Fallece Luis Sánchez Granjel, figura de renombre en el mundo de la historia de la Medicina

Actualizado 30/11/2014
Redacción

El médico de origen guipuzcoano falleció a los 94 años

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A las seis de la tarde de ayer se apagó en Salamanca, a la edad de 94 años, don Luis S. Granjel, la figura de más renombre en el mundo de la Historia de la Medicina vasca y española. Verdadera autoridad moral y científica, su desaparición supone una gran pérdida para los profesionales de la Historia de la Medicina; para la Universidad de Salamanca, pues era uno de sus grandes catedráticos y referentes, un clásico; para toda una generación de médicos formados en su magisterio y, especialmente, para quien esto escribe, fiel discípulo de un maestro inolvidable.

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Granjel era vasco, guipuzcoano de Segura, nacido en 1920, cuando su padre el 'mediku txiki', castellano, recaló en tierras vascas para ejercer la medicina en aquel ámbito rural del Goierri. Hasta los 12 años vivió en esos parajes, se impregnó de sus paisajes, del euskera y de tantas vivencias que marcaron su vida. Solía repetir, como cierta, la sentencia de Julio Caro Baroja de que el País Vasco ata a quien ha vivido allí su niñez. Esa atracción se manifestaba en Granjel en una singular valoración de todo lo vasco, y en sus veraneos en Zumaia y en Zestoa, visitando a su maestro Laín, que pasaba temporadas en el balneario. Con los años, esa vinculación vasca se acrecentó y desde 1979 fue su pasión. Hizo repetidas visitas a Bilbao y a Sopelana, con los Goti, y a Donostia, apoyando en su docencia e investigación a Urkia, con quien se volcó. Los últimos 35 años han sido muy fecundos para el estudio del pasado médico vasco y nada le ha sido ajeno. Vivía los avatares del mundo cultural vasco, era constante su presencia en la Bascongada de los Amigos del País, de la que era amigo de honor; estudiaba a los Baroja y la generación del 98 (sin duda es el mejor conocedor de la obra de don Pío), y conservaba sus amistades médicas donostiarras: Barriola, Munoa y tantos galenos que hoy ejercen en Bilbao, Donostia, esparcidos por toda la geografía, deudores de su magisterio y presidente de tribunal de sus tesis doctorales. Estoy seguro de que la evocación de Granjel en todos ellos va unida al cariño, al respeto y al conocimiento.

Su última visita a Donostia fue en junio de 2012, en un acto de homenaje a los Munoa, especialmente a José Luis, el prestigioso oftalmólogo, a quien le unían estrechos lazos.

Autoridad en la Medicina Española

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Granjel ha sido la gran autoridad nacional e internacional de los estudios de Historia de la Medicina Española. Catedrático en Salamanca desde 1955 hasta su jubilación en 1987, luego llegó su etapa de Emérito y Académico Numerario de la Real Academia Nacional de Medicina. Es monumental su obra, tanto en la cantidad de publicaciones como en su calidad, referente siempre constante y a quien siempre se debe acudir. La huella dejada en la ciudad del Tormes es palpable, desde el famoso Palacio Fonseca, su Instituto de Historia de la Medicina, y la docencia universitaria tanto en la Universidad Civil como en la Pontificia. Riguroso, modelo de docente, volcado en la transmisión del saber histórico-médico, fue forjador de escuela en Salamanca, Valladolid, Cádiz, Madrid y el País Vasco. Hace un año, en septiembre de 2013, promovido por los Colegios Médicos de Salamanca, Valladolid y Gipuzkoa, se le tributó un cálido homenaje por sus discípulos más queridos: Juan Riera, Diego Gracia, Antonio Carreras, José Luis Valverde, Francisco Herrera, Juan Del Río Hortega, Juan Cabrera y José Mª Urkia. Al mismo tiempo se presentó su última obra acerca de la Historia de la Real Academia Nacional de Medicina en la Segunda República.

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En esta hora de la despedida, sentimos el dolor de la pérdida, añoraremos sus cartas puntuales, que nunca dejó de corresponder. No se entendía en él ni el reproche ni la ausencia. La cortesía, la sobriedad, la elegancia en el porte y en sus maneras mesuradas eran características de Granjel, unidas al sentimiento de hombre vasco y castellano, con algún reflejo unamuniano y barojiano, fina ironía, cuando hacía falta y bondad siempre. Lo retrató bien el Dr. Tejerizo, en una biografía muy personal y original: Luis Sánchez Granjel, el hombre que hay detrás del historiador.

Permanece su legado, que merecerá profundización en el análisis de su labor, destilación de la esencia, publicación de sus obras completas, y en lo más inmediato, la pronta aparición de un estudio de los profesores Herrera y Urkia de su conspicua contribución a la Literatura y Medicina, campo fecundo hoy en las universidades americanas y en el que Granjel fue pionero desde mediados del siglo XX.

El tiempo suele situar las cosas en su lugar y perspectiva. Con los años la obra de Granjel cobrará aún más peso y grandeza, y será objeto de nuevos estudios y valoraciones.

Que el reencuentro con Julia, su esposa, y Luis, su hijo mayor, sean gozosos, como lo esperaba.

José María Urkia Etxabe/ Profesor titular de la UPV-EHU

Para Noticias de Gipuzcoa / SALAMANCArtv AL DÍA

Galería de fotografías del homenaje a Sánchez Granjel en el Colegio de Médicos de Salamanca

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