, 14 de diciembre de 2025
Volver Salamanca RTV al Día
El arte callejero asalta el antiguo y abandonado edificio del convento de los Capuchinos
X

LUGARES OLVIDADOS

El arte callejero asalta el antiguo y abandonado edificio del convento de los Capuchinos

El edificio, levantado en el municipio de Santa Marta, es hoy un estorbo de grandes dimensiones que deja sorprendentes instantáneas de su interior (GALERÍA FOTOGRÁFICA)

[Img #142831]

La luz de una mañana cualquiera de otoño se cuela por lo que un día fueron los ventanales de un imponente edificio. El olvido que acompaña al ineludible paso del tiempo ha convertido a este espacio, hoy en ruinas, en un improvisado y escondido álbum de arte callejero. Superado el momento inicial de sorpresa, a los ojos del visitante se descubre un lugar plagado de graffitis, ese rompedor, e incluso incomprendido arte capaz de convertir unas elementales paredes en lienzos para contar una historia o, simplemente, para plasmar alguna frase poética. Curiosa mezcolanza entre la expresión artística más urbana y la sobriedad de las piedras del edificio.

Permanece el silencio que otrora se imponía entre los muros de la capilla y las múltiples estancias..., ahora roídos por el abandono, la suciedad y el asalto de grafiteros en busca de blancas paredes. El convento de Capuchinos de Santa Marta cerró sus puertas allá por los años 70, y aunque en algún momento a lo largo de estas décadas el edificio pareció salvarse del abandono, finalmente éste ha sido su destino.

El amor es luz, música, sueño..., y un poco más allá, el mensaje de la pared cambia radicalmente. La ciudad vigila que cumplas tu condena. No sabemos si las que vigilan son las torres de la Catedral de Salamanca que se dejan otear desde las hoy desvencijadas ventanas.

Un devenir en el tiempo del que fuera antiguo convento de los Capuchinos, hoy un estorbo de grandes dimensiones semioculto por las vallas publicitarias, que ha captado con su cámara el fotógrafo en estas sorprendentes imágenes. El olvido es cómodo, y lo cierto es que las ruinas no parecen molestar. En el año 2009 un incendio destruyó por completo una dependencia de 80 metros cuadrados de la segunda planta, aunque no se produjeron daños en la estructura del edificio. De hecho, ahí sigue, en pie.

Los grafiteros no son los únicos que se dejan caer por este lugar, a buen seguro habrá otros visitantes, nocturnos e, incluso, en ocasiones inoportunos. Y luego está Internet, que todo lo cuenta, y que nos revela que este edificio se ha convertido en un escenario idóneo para la práctica ocasional de una nueva modalidad deportiva, el airsoft, un juego de estrategia y simulación militar. ¿Qué será lo próximo?

Fotos: Alberto Martín