Los especialistas afirman que este libro está llamado a ser referencia para la reconciliación poética de la isla
Como excepción o reconocimiento se puede entender que tres poetas salmantinos hayan sido incluidos en un libro pensado exclusivamente para unir a autores cubanos, dondequiera del mundo se encuentren residiendo, en torno a la figura del notable poeta Gastón Baquero (Cuba, 1914 - España, 1997).
PARTICIPACIÓN SALMANTINA
Además, como poetas extranjeros invitados, figuran tres salmantinos: Luis Frayle Delgado, con su poema "Crisol"; Carlos Borrego, con el poema "Estabas más allá del universo" y Alfredo Pérez Alencart, con tres poemas: "Todo es vuestro", "Gastón Baquero ante el edicto de finitud", y "Adherencia". A ellos se sumán sólo otros dos poetas no cubanos: el colombiano Juan Gustavo Cobo Borda y el panameño Javier Alvarado.
El mestizaje
y el violín ¿qué tendrá que ver
el violín con los colores?
Coinciden en sus tiempos.
El pentagrama, aquí a mi lado
en la habitación de mi hija.
La armonía
y el recuerdo de la bella palabra,
hecha de azabache,
de claridad
y descubrimientos.
En tu cuerpo grande
se empastan sonidos y colores
cuando voy a leer
memorias de Banes
y Orígenes.
El idilio con Nefertiti
sobre el basalto frío
y el olvido de morir.
Tus palabras antiguas
y mágicas de sol de primavera
y de pan de Castilla,
y los pinos nuevos de Cuba.
(Luis Frayle Delgado)
Estabas más allá del universo
Tuve un sueño tras una mínima celosía.
G. B.
Estabas más allá del universo,
en un salón de columnas estriadas,
bailando un vals con unas diosas mulatas.
Tu pelo cubierto de pompones verdes,
de manzanas negras, de peces azules,
se deslizaba por tu espalda bordando mil tirabuzones.
Y, entonces, el tiempo perseguía al tiempo.
Y la arena de tu reloj cautiva,
hilvanaba en sueños transparentes
gemidos amarillos y marrones,
que danzando con historias:
negras, blancas o mulatas;
portaron al hombre traducido en rayo
y sombra al cósmico errar de las estrellas.
Carlos Borrego
Adherencia
(Adiós a Gastón Baquero)
En este cristal te me escabulles.
También mi voz se anega
de primavera, a ras
del suelo,
derramada.
Cruzan los abandonos
por el espejo vacío.
¿No estás?
Rompo la telaraña de este mundo
con las piedras del deseo.
Así no quedarás
lejos para dar pisadas de viento
muy cerca de mis oídos.
Me adhiero a la luz
que concibes:
¡sostenme!
(1997) Alfredo Pérez Alencart