La Pasión celebra su primer cuarto de siglo con una espectacular propuesta inmersiva

Queda la incógnita de cómo habría sido al aire libre la representación especial conmemorativa de los 25 años de La Pasión, pero su versión 'de interior' por las malas condiciones meteorológicas al aire libre (el 'Plan B' como lo han definido en redes sociales) no se ha quedado atrás en espectacularidad, potenciando aún más la principal peculiaridad de la representación de este año: que los espectadores pudieran ser 'uno más' de los distintos cuadros.

Tal y como se había explicado en semanas precedentes, La Pasión de este año ha sido itinerante, constando de 7 cuadros, en cada uno de los cuales hubo actores diferentes. En total, se dieron cita un centenar largo de personas pertenecientes a la historia de las representaciones, alguno de los cuales ha hecho cientos de kilómetros para volver a participar, según resaltó Juan Carlos Sánchez, uno de sus promotores.

Cada uno de esos cuadros contó con su propio Jesucristo, que estuvieron interpretados por Daniel Gómez, Sergio Cardoso, Sergio Olvidado ?quién compartió escena con Denis Rafter haciendo de Satanás-, Adrián Matilla ?que había sido el encargado de dar vida a Jesucristo en las últimas ediciones de La Pasión-, Jorge Pérez Oliva, Carlos Moreno y Alejandro Martín.

Cada uno de los 5 pases que finalmente se realizaron (que comenzaron de 20 en 20 minutos) arrancó como estaba previsto a las puertas de la Torre de las Campanas, donde se podía rememorar la historia de La Pasión, a través de un audiovisual y de una exposición de lonas colocadas a las puertas del Seminario llenas de fotografías y textos de estos 25 años.

Una vez dentro, el primer punto de referencia era la recientemente reabierta Capilla de San Jerónimo, donde estaba Popy Vegas haciendo de la Virgen María. A continuación, en las pandas del Claustro se escenificaron la entrada de Jesús en Jerusalén, la expulsión del Templo y una escena enseñando en el Templo, con los espectadores al lado en todo momento.

Con las luces habituales apagadas (todo estaba iluminado con velas y antorchas), el público se fue dirigiendo en cada pase a la Sacristía de la Catedral, donde se representó la Última Cena, sentándose varios espectadores en torno a la misma. Asimismo, en este lugar se escenificó el lavado de los pies, del que también fueron objeto algunos espectadores.

De ahí se pasaba a la nave principal, a la que daba la bienvenida En3Jazz tocando en el altar de la Seo. El público se sentó en los bancos de esta nave, pero mirando a las puertas del Coro, donde tuvo lugar la escena de Getsemaní, centrada en los personajes de Jesús y Satanás. A continuación, se pasó a la parte trasera del coro, para la escena del Sanedrín, abandonando la Catedral por el Pórtico del Perdón en dirección al Seminario Diocesano.

Allí, en el recientemente arreglado claustro, se desarrolló la escena de Pilatos y Herodes, empleando incluso las ventanas del primer piso y dándole un elegante uso a las escaleras que dan acceso al mismo. Desde ahí el público ya se dirigió por los pasillos interiores del Seminario hasta la Capilla Mayor, encontrándose por el camino a Jesucristo caído con la Cruz.

La entrada en la Capilla Mayor fue animada musicalmente por la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía de Jesús Nazareno, que estaba situada en el altar. En la Capilla Mayor, se representó la escena de la crucifixión, con Jesucristo en el centro y los dos ladrones a sus lados. Para cerrar, todos los presentes elevaron sus miradas al Coro de la Capilla, donde apareció Jesús Resucitado con la Coral Dámaso Ledesma justo detrás suyo.

Salvo en este último cuadro, donde Jesucristo estuvo en las alturas, en el resto de cuadros todo el público pudo ver estar a centímetros de los actores, siendo de este modo una espectacular propuesta inmersiva que deja un listón muy alto de cara a años venideros. En ese futuro deberán ser protagonistas el amplio número de niños que también tomó parte este año en la representación.

Estos niños, que aparecían en el primero de los cuadros, fueron siguiendo como público el resto de cuadros del último pase, al igual que la mayoría de actores.