Gran ‘devoción’ de los mirobrigenses a una hoguera de San Sebastián que se hizo la remolona

Desde la tarde del viernes, Ciudad Rodrigo está viviendo las horas centrales de la celebración de su patrón, San Sebastián. Después de que la subida del Santo, buena parte de la novena y la Junta General de la Cofradía desarrolladas estos días hayan tenido poca asistencia de fieles y cofrades, la tradicional hoguera en la víspera de la festividad por fin despertó la 'devoción' de los mirobrigenses, que acudieron de forma masiva hasta el entorno de la Catedral.

Esta asistencia tan amplia se vio favorecida por dos hechos: por un lado, que este año la hoguera ha caído en viernes, con lo cual pudieron acudir personas que viven fuera y que han venido a pasar el fin de semana a la ciudad; y especialmente, la buena temperatura, bastante 'agradable', sobre todo si se compara con la del año pasado, cuando hizo una temperatura gélida.

Eso sí, antes de prenderse la hoguera, tuvo lugar un acto que se estrenó el año pasado: una Ofrenda por la Paz en la Brecha Grande de la Muralla. En esta Ofrenda participaron principalmente las personas que habían estado en el interior de la Catedral siguiendo la última sesión de la novena, que fue aplicada en memoria de los cofrades difuntos.

Esa Ofrenda fue idéntica a la del año pasado salvo por el hecho de que este año, evidentemente, los mayordomos de San Sebastián eran otros: José y Carlos Sánchez-Vasconcellos, y José Luis y Rodrigo Aparicio Sánchez-Vasconcellos. Ellos ocuparon un lugar destacado en el pequeño desfile hasta la Brecha, abierto por el pendón de la Cofradía de San Sebastián y por el tamborilero Juan Antonio Muñoz.

El acto en la Brecha se inició con un toque de oración con corneta, al que siguió la lectura por parte del presidente de la Cofradía, Alipio Carlos Martín, de una reflexión en torno al sentido de la Ofrenda, recordando que fue un 19 de enero (de 1812) cuando Lord Wellington liberó la ciudad de las tropas francesas, de ahí que se homenajease a las víctimas de la Guerra de la Independencia, así como a las víctimas "de todas las guerras del mundo". Además, la Ofrenda también se hizo "por la unidad de España y por la unión de Europa".

A continuación, se depositó una corona de laurel junto a las dos placas que recuerdan a las víctimas de la Guerra de la Independencia, cerrándose el acto con un ofertorio tradicional por parte del tamborilero. Tras ello, se regresó a las puertas de la Catedral, para proceder al prendido de la hoguera, a la que le costó mucho arrancar, tanto que esta vez no hubo como en otras ocasiones una 'huida' -por culpa del calor- tan notoria del entorno donde estaba apilada la madera.

Durante el tiempo que duró la Ofrenda y la hoguera, se estuvieron lanzando cohetes y fuegos artificiales, mientras que durante la hoguera los mayordomos repartieron vino, chochos y aceitunas. Para animar la hoguera, algunas personas se lanzaron a bailar al son de los ritmos marcados por el tamborilero.

En el tiempo que duró la hoguera se pudo ver por allí al Obispo Raúl Berzosa, así como a unos cuantos concejales que fueron incorporándose a los actos: a la última sesión de la novena acudieron Cristian González y Ramón Sastre, a la Ofrenda se añadieron Joaquín Pellicer, Carlos Fernández Chanca, Marcos Iglesias, Carolina Paniagua, Beatriz Jorge Carpio, Jesús Sánchez Agudo y José Manuel Jerez; y a la hoguera, Domingo Benito y Miguel Matías Rubio.

La jornada festiva del sábado comenzará a las 10.45 horas en la casa de dos de los mayordomos, José y Carlos Sánchez-Vasconcellos, acudiendo a recoger a la Corporación para dirigirse todos juntos a la Catedral, donde el Obispo Raúl Berzosa presidirá una misa a las 11.00 horas. A su conclusión, llegará el momento de devolver la imagen en procesión a la Iglesia de San Cristóbal.