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El regreso de la matanza tradicional a Barruecopardo se convierte en toda una fiesta
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TRAS EL DESPIECE DEL CERDO SURGIÓ EL BAILE

El regreso de la matanza tradicional a Barruecopardo se convierte en toda una fiesta

Actualizado 09/12/2017
Miguel Corral

El diputado provincial de Turismo, Javier García, fue investido Matancero de honor junto a representantes de distintas asociaciones locales y de dos peñas

El regreso seis años después de la matanza tradicional a Barruecopardo finalizó convirtiéndose en toda una fiesta bajo los sones de la charanga local. Pasodobles y hasta el popular 'Despacito' ambientaron la jornada antes de dar cuenta de la patatas meneás y chichas de cerdo que servirían de comida al público y colaboradores en esta actividad.

La jornada comenzaba con una exposición de imágenes para el recuerdo y utensilios de la matanza, momento al que seguiría la investidura de los matanceros de honor, designación que cobraba especial relevancia en el diputado provincial de Turismo, Javier García, que recibía de manos del alcalde, también compañero en la institución provincial, Jesús María Ortiz, la medalla de Matancero de Honor.

Igualmente fueron investidos matanceros de honor representantes de las asociaciones de mayores y mujeres, además de dos peñas. Los encargados de deshacer el marrano eran Félix Prieto y el concejal Agustín Martín, que daban cuenta de un marrano blanco de buen peso mientras el público lo hacía de perronillas y pastas acompañadas de licores y aguardiente.

Paso a paso tras el chamuscado, pieza a pieza, el cerdo se iba desintegrando hasta quedar en las hojas del tocino, todo colgado ya en las cuerdas preparadas en uno de los locales del bajo del Ayuntamiento.

Con el cochino despiezado, las mujeres proseguían con la preparación de las patatas meneás, otras con la limpieza de las tripas para 'embusar', y otras al tanto de dos sartenes de hígado encebollado hecho a la lumbre. Y entre labor y labor, fiesta y baile, charanga y tamborilero para no perder el sabor más tradicional.

Aunque para sabor el de las chichas que llenaban las tripas en la máquina de 'embusar', carne dispuesta parta hacer chorizos y longanizas que aquí comenzaban a cobrar forma. También, durante la comida se procedería a la subasta de las distintas piezas del cerdo, y lo recaudado "para las actividades de Navidad", afirmaba el alcalde.

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