Viernes, 26 de abril de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
¿Chafarroniñerías?
X
LA OPINIÓN DE SANTIAGO CORCHETE GONZALO

¿Chafarroniñerías?

Actualizado 14/08/2017
Santiago Corchete Gonzalo

No obstante, servidor recomendaría escuchar con atención y respeto los latidos del arte, sea viejo, nuevo o novísimo, siquiera porque así permitiremos que la vida - ¡ese misterio! ? continúe

En términos generales, el arte actual pareciera haberse desinteresado casi por completo de cuanto, en principio, le resulta esencial: el concepto, la idea, la racionalidad?, mas en lugar de la luz persigue la opacidad y en lugar de la voz sin estridencias se complace con la parafernalia ruidosa y espectacular de la abstracción y el esperpento. Llegados a tales extremos, el gran público no suele entender ni media palabra de cuanto acude a presenciar en los más diversos museos o espacios donde tales muestras de arte exponen su aparente inexpresividad e incluso impudicia: ya sea la colección Helga de Alvear en Cáceres, el MEIAC de Badajoz, la Feria Arco, M. Reina Sofía y Thyssen-Bornemisza madrileños, Guggenkeim bilbaíno, etc. etc. ¿Qué está pasando en las vastas latitudes de la estética, ya sea de naturaleza plástica, que incluye la pintura, escultura y arquitectura, o la escénica: teatro, música y danza, así como la poético-literaria?

Por situarnos más específicamente en la que anteriormente denominábamos "plástica", dada la predominante asistencia de visitantes que acude a los espacios museísticos tanto de carácter privado como públicos, no resulta infrecuente escuchar a nuestras espaldas y aun delante conversaciones del siguiente tenor: "Mira, mira aquel chafarrinón colgado en la pared; esos manchones deslavazados los pinta cualquiera de mis niños en cuestión de segundos y sin levantarse de la cama. ¡ Uff, fíjate qué cara más dura, piden por ellos veinte mil euros!. ¿No les dará vergüenza vender esas "chafarroniñerías" que ni dicen nada y que, en las escuelas de párvulos, los peques las pintan hasta con más gracia y luego la "profe" las tira a la papelera?". ¿Chafarroniñerías? Ahí queda la cuestión.

Desde que el tiempo es tiempo, todas las bellas artes se solazan y hasta justifican en la mera autocomplacencia de sus autores, quienes desdeñan criterios como el de la utilidad, hasta el extremo que el archifamoso y muy cotizado escultor estadounidense Richard Serra afirmaba recientemente que "El mejor arte es intrínsecamente inútil" (Babelia, 22 agosto 2017). Asimismo no tienen en cuenta valores, referencias ni conceptos como la exactitud, la transcendencia, la comprensión, el pragmatismo, la concreción, entre muchos otros. En tales creadores predominan lo confuso y lo difuso, lo sugerido y nunca lo explícito, lo enmarañado, banal e inconsistente, es decir, tratan de reflejar la nada en su estado natural y primigenio: a la intemperie. En cambio no se privan de alardear de sus hallazgos mediante la publicidad más o menos encubierta y el autobombo más estrepitoso en su afán de llamar la atención hacia su posible originalidad, creatividad, progresos, hallazgos?aunque a la corta o la larga acaben terminando en naderías.

No obstante, servidor recomendaría escuchar con atención y respeto los latidos del arte, sea viejo, nuevo o novísimo, siquiera porque así permitiremos que la vida - ¡ese misterio! ? continúe prolongando las debilidades e incertezas que la fundamentan, ya que alguna/s de ellas derivarán a la postre en fortalezas y grandezas del género humano. Así ocurrió en la Historia precedente, sigue sucediendo aunque sin advertirlo en nuestra cotidianidad, y ocurrirá en el tiempo venidero per in sécula. Ensayo y error. Tal es la fórmula universal que nos rige y conduce. No hay otra.

El lenguaje poético tampoco queda fuera de lo anteriormente expuesto. Mis vetustas amigas, las palabras, que son la única arcilla de que dispongo para modelar mis pensamientos y sentimientos, se hallan en permanente evolución y, lo que se escribe hoy, no se parece ni de lejos a lo que otras voces ya consagradas como clásicas plasmaron por escrito en los tiempos y circunstancias que vivieron. Utilizaré por vía de ejemplo la propia experiencia que estoy llevando a cabo en el que considero último tramo de mi vida. Verán. Desde hace diez años llevo escribiendo en mis cuadernos de bitácora lo que he denominado "docenarios", que son poemas de doce versos endecasílabos blancos, esto es, sin rima, mezclados con algún que otro heptasílabo. A continuación les expondré un ejemplo de los más de dos mil "docenarios" inéditos aún que se hallan, debidamente fechados y ordenados, en decenas de carpetas a la espera de que algo o alguien los haga despertar de su prolongado letargo. Pues bien, uno de tales "docenarios" fue escrito el pasado 27 de julio, a causa de una pequeña remodelación llevada a cabo en el modesto jardín de nuestra casa mirobrigense con ayuda de Frank Sastre, exfutbolista de los equipos entrenados por Toñete que también estuvieron al cuidado amistoso de mi hermano Diego.

Se trataba de enlosar con pizarra el camino del jardín, y propuse a Frank que, en lugar de hacerlo a lo plano y directo, tratara de romper las pizarras a su libre albedrío para configurar con ellas un mosaico de formas geométricas irregulares, unidas entre sí por perfiles de cemento blanco. Al principio Frank no salía de su estupor, pero poco a poco se fue dando cuenta de que aquel enlosado tenía algo peculiar que, en el conjunto de la obra quedaba bonito. Habíase transformado de simple albañil en un albañil artista, y tal transformación le complacía en extremo. A mí solo me cupo trasladar al papel aquella nueva emoción artística brotada en la conciencia de Frank, y dedicarle el siguiente "docenario" titulado:

(elogio de la inexactitud)

"Solo están lejos las cosas / que no sabemos mirar".

ATAHUALPA YUPANQUI.-

.-La exactitud se mide, se exagera,

y se fotografía. No hay indulto

posible para el crimen que perpetra

desde su precisión tan matemática

sin mérito ante el éxito.

¿Qué le sirve de centro, para así

sostenerse en mitad, equidistante

de células y estrellas? Pero tú

buscas la exactitud de los espejos

rotos, porque en la asimetría

del caos, de lo ignoto y el desorden,

esconde su tesoro la Belleza.

Comentarios...