Berkeley recuerda que el CSN concluye que el impacto de la mina no supera los límites establecidos ...

Mediante un comunicado, la empresa minera Berkeley recuerda que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), organismo competente en las actividades del ciclo del combustible nuclear, tras evaluar cada uno de los estudios requeridos ha concluido que "de acuerdo con las estimaciones realizadas, la explotación de la mina y el funcionamiento de la planta de tratamiento no suponen un impacto a la población por encima de los límites establecidos".

De esta manera, la empresa minera sale al paso de las afirmaciones difundidas por la plataforma Stop Uranio en las que señala que aseveran que "el Gobierno reconoce que no hay un estudio sobre el impacto en la salud de las personas en la mina de Retortillo". Ante estas nuevas manifestaciones, para Berkeley "es evidente que nuevamente este colectivo está tergiversando la realidad, y hace declaraciones que son absolutamente falsas con el objetivo de crear confusión".

Además, la empresa aclara que "el hecho de que el Instituto Carlos III no haya realizado estudio sobre nuestro proyecto, para nada significa que el impacto sobre la salud o de las personas no haya sido estudiado", recordando así las conclusiones del CSN.

Del mismo modo, asegura que "el Instituto Carlos III sólo puede hacer evaluaciones sobre proyectos ya en funcionamiento, cuyos impactos pueden ser estudiados físicamente, y en este sentido, el Instituto Carlos III ya realizó dicho estudio junto con el Consejo de Seguridad Nuclear y el Ministerio de Ciencia e Innovación en el que se evalúa el impacto sobre la salud de todas las instalaciones radiactivas y nucleares de España, incluyendo todas las minas de uranio que hubo en nuestro país, y en el que tras analizar más de mil municipios y 8 millones de personas, ha concluido que: El impacto derivado de las instalaciones sobre la población de las áreas de estudio a causa del funcionamiento de las instalaciones son muy reducidos, y están por debajo de los niveles que podrían afectar a las personas".

Por ello, Berkeley rechaza completamente las acusaciones de Stop Uranio, que "nuevamente solamente buscan generar confusión mediante la divulgación de informaciones terciadas y manipuladas".

Inversión en la zona

Por su parte Berkeley ha invertido ya en la comarca más de 70 millones de euros, ha creado ya más de 50 puestos de trabajo, ha obtenido más de 90 permisos e informes favorables de todas las administraciones españolas y europeas, y está desarrollando un proyecto que sigue los estándares más estrictos en materia de seguridad, salud, y cuidado del medioambiente, y estamos preparados para continuar con nuestro proyecto de inversión que tras la inversión de otros 250 millones de euros generará otros 450 puestos de trabajo de alta calidad.

Berkeley está operando siguiendo los procedimientos más exigentes, y en base a todos los permisos recibidos, que nos autorizan para realizar todas las actividades que estamos llevando a cabo.

Comunicado de Stop Uranio

El comunicado emitido por Stop Uranio está centrado en la respuesta ofrecida por el Gobierno a una pregunta formulada por el senador Carles Mulet, del Grupo Compromis, sobre la existencia de estudios que evalúen el impacto de la mina de uranio en Retortillo en la población de la zona.

Además, el colectivo antimina recuerda que la Declaración de Impacto Ambiental aprobada por la Junta de Castilla y León en octubre de 2013 no hace ninguna mención a la repercusión del proyecto minero en la salud, a pesar de que la normativa española y europea así lo exige.

"Los antecedentes que existen sobre ese tipo de instalaciones nos hacen albergar serias dudas sobre las consecuencias negativas en nuestra salud", y ponen como ejemplo el caso de Urgeiriça (Portugal) o Andújar (Jaén), además de Saelices el Chico (Salamanca)".

Para Stop Uranio, a pesar de las conclusiones del CSN, "una planta de concentrado de uranio tiene riegos químicos importantes que deben considerarse a la hora de aprobar este tipo de instalaciones", como señalaron en 2009 el propio CSN y el Instituto Carlos III. Además, recuerdan el riesgo que supone el mantenimiento de balsas de ácido para extraer el uranio y los vertidos al río Yeltes que ha autorizado la Confederación Hidrográfica del Duero a pesar de contener metales pesados y otras sustancias que afectan a la calidad de las aguas.