Sin incidencias en un encierro a caballo que entró compacto pero incompleto entre la niebla

Loterías y Apuestas del Estado debería plantearse incluir el próximo año en el boleto de La Quiniela el encierro a caballo del Domingo de Carnaval de Ciudad Rodrigo, para que cualquier persona pudiera apostar cuántos toros van a entrar en agujas. Este año, la cifra ha sido de 4, el doble que el año pasado, pero todavía incompleto.

Tras los graves incidentes que hubo el año pasado en la última parte del tramo de campo, este año el encierro se saldó sin incidencias de ningún tipo, tras realizar eso sí las fuerzas de seguridad notables advertencias a las personas que estaban en la zona de la Puentecilla (donde concluía el tramo de campo, al que no se podía acceder) en los minutos previos al encierro que, de forma inesperada, estuvo marcado por la niebla.

De este modo, uno de los grandes atractivos del actual encierro a caballo, el ver bajar la manada de caballos y toros por la ladera del teso de Valhondo, no se pudo disfrutar del todo.

En lo que se refiere a esa bajada, el primero en hacer presencia fue un astado en solitario que llegó a aproximarse un par de veces al tramo urbano, pero se dio la vuelta hacia la zona de campo, 'esperando' a la manada principal de la ganadería de La Herguijuela. Esa manada ya estaba incompleta, ya que dos de los toros se habían escapado rompiendo un mallazo en la parte superior del tramo de campo (se desviaron demasiado en vez de realizar la bajada natural hacia abajo). Estos dos toros fueron dormidos, estando previsto que al menos uno de ellos pueda participar en la capea de la tarde.

Salvo estos dos astados, el resto de la manada entró muy compacta en agujas envuelta entre los caballos, y subiendo a bastante buen ritmo hacia la Plaza Mayor. Desde el punto de vista de Joaquín Pellicer, el encierro ha transcurrido "bastante bien".

Sin embargo, hay un aspecto del que se quejó bastante el público a lo largo de la mañana del domingo: la presencia de los astados, diferente a la que tenían en las imágenes que se facilitaron en su día. Al parecer, el problema ha estado en su última estancia en Buenamadre, donde han perdido peso.

Precisamente, en la capea de la mañana se pitó por este motivo al único astado del encierro a caballo que tomó parte en esa capea, que contó con un total de 3 toros, siendo los otros un ejemplar de la capea nocturna del Viernes y otro de la jornada sabatina. A lo largo de la capea hubo dos revolcones serios, pero por fortuna nadie tuvo que pasar por la enfermería de la Plaza, según el parte médico facilitado por la misma.

El desencierro también se quedó a medio gas. La idea era que bajasen 3 toros, pero únicamente se consiguió hacer bajar hasta los Toriles de San Pelayo a uno de ellos, quedando los otros dos guardados en los toriles de la Plaza, tras llegar a pisar brevemente el Registro y darse la vuelta (los cabestros subieron un par de veces en su busca, sin éxito). El desencierro duró alrededor de media hora.