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Privacidad lingüística: proteger los datos de tus alumnos internacionales desde España
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Privacidad lingüística: proteger los datos de tus alumnos internacionales desde España

Actualizado 24/11/2025 19:59

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Los datos de las personas son información extremadamente valiosa y delicada actualmente. Para muchas personas, es importante dar consentimiento para guardar la información y resulta delicado para las empresas o personas que reciben la información el proceso de manejo y almacenamiento.

Lo anterior se debe a la responsabilidad que conlleva tener los datos de otra persona, la posibilidad de vulnerar su privacidad y las consecuencias que esto puede tener. Dada la importancia de proteger los datos de las personas, hablaremos a continuación sobre cómo proteger los datos de alumnos internacionales desde España.

¿Qué es la protección de datos en privacidad lingüística?

La privacidad lingüística es una extensión crucial de la protección de datos que aborda la sensibilidad inherente de la información generada a través de la comunicación verbal y escrita en un contexto educativo digital.

Hoy en día, la mayoría de los centros españoles utilizan herramientas que registran las interacciones de los alumnos internacionales, desde los ensayos entregados y los debates en foros, hasta las grabaciones de voz y las transcripciones de las clases en línea.

Imagina que estás en tus clases particulares y tengas inseguridad sobre cómo se escucha tu práctica de inglés, con una buena privacidad lingüística se garantiza que los audios o conversaciones no sean revelados.

Esto hace que la privacidad se vuelva un tema delicado en estos momentos, en un contexto en donde la información en internet es tan abundante y susceptible de ataques.

Regulación de datos en España

El aprendizaje online no está exento de regulaciones en torno al cuidado de datos o información de terceros. Esta manera de impartir educación brinda la posibilidad de superar las barreras geográficas y tener estudiantes en todas las regiones del mundo. Los estudiantes extranjeros tienen igualmente derecho de protección de datos, independientemente del país en el que se encuentren.

Al centro educativo se le aplica el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) que es la regulación española que define la protección de datos para los usuarios. De este modo, se conserva el derecho del alumno de saber cómo se almacena y procesa su información, así como su posibilidad de decidir si quiere que se eliminen sus datos o no.

Es importante que se tenga consentimiento del estudiante para guardar su información, así como para usarla para fines académicos en caso de que se requiera.

Este tipo de información puede ser delicada ya que puede revelar origen étnico, las opiniones de los estudiantes, información de salud, su voz, ubicación, etc. Es por ello que para muchos esto puede ser delicado y prefieren que no sea almacenado.

Una manera en la que un centro de estudio puede disminuir el riesgo es siguiendo el principio de minimización, según el cual se recolectan sólo los datos estrictamente necesarios para el proceso educativo, buscando anonimizar y destruir aquellos datos que no sean relevantes.

Privacidad lingüística: proteger los datos de tus alumnos internacionales desde España | Imagen 1

7 formas de proteger los datos de tus alumnos

A continuación veremos 7 formas de proteger los datos de tus alumnos.

1. Cifrado de la información

El primer pilar de la seguridad digital es asegurar que los datos de los alumnos internacionales sean ilegibles para cualquier actor no autorizado. Esto significa que todo el contenido sensible, desde las grabaciones de voz de las clases hasta los ensayos cargados en el sistema de gestión del aprendizaje, debe ser sometido a un proceso de cifrado robusto.

Esta práctica no es un simple añadido técnico, sino una defensa esencial contra las amenazas cibernéticas y las filtraciones accidentales. Al cifrar la información, la institución educativa garantiza que, incluso si un atacante lograra acceder a la base de datos, sólo encontraría un conjunto indescifrable de caracteres sin valor.

De esta forma, se mantiene la confidencialidad de los datos lingüísticos y académicos, reforzando la imagen de la institución española como un lugar seguro y confiable para la educación internacional.

2. Volver la data anonima

Para fines de investigación académica interna, análisis de calidad de los programas o la mejora continua de los contenidos, puede ser necesario procesar grandes volúmenes de datos lingüísticos. Sin embargo, procesar esta información manteniendo la identidad del alumno expuesta constituye un riesgo innecesario y puede ir en contra del principio de minimización.

Por ello, la institución debe implementar procesos rigurosos de pseudonimización y anonimización antes de que estos datos sean utilizados para análisis masivos.

La pseudonimización implica reemplazar los identificadores directos (nombre, email) por un código alfanumérico que solo puede ser revertido por un sistema de claves controlado por el Delegado de Protección de Datos.

Con lo anterior se consigue que no se pierda totalmente la traza de la información y pueda ser utilizada para propósitos internos, manteniendo la seguridad en caso de que la información se haga pública o se vulnere la seguridad de la información.

3. Tener una política de información clara

La transparencia es uno de los pilares del Reglamento General de Protección de Datos y es especialmente relevante para los alumnos internacionales que pueden no estar familiarizados con la legislación europea. Por ello, la institución debe redactar y publicar una Política de Información o Aviso de Privacidad que sea accesible y exhaustiva.

Este documento no debe ser un texto legal incomprensible, sino una guía clara que especifique qué datos lingüísticos, sean grabaciones, trabajos o chats, se recogen, con qué finalidad exacta se utilizan y, crucialmente, cuánto tiempo se van a conservar.

Esta claridad fomenta una relación de confianza fundamental: al saber exactamente cómo y por qué se utilizan sus interacciones lingüísticas, el alumno internacional puede tomar una decisión informada sobre su participación y uso de las herramientas digitales, cumpliendo así con los estándares de transparencia y buena fe que definen a la educación española.

4. Dar a los estudiantes posibilidad de configurar su política de datos

El principio de Privacidad por Diseño y por Defecto establece que la configuración más protectora debe ser la predeterminada en todas las plataformas de e-learning.

Sin embargo, las instituciones deben ir un paso más allá y ofrecer a los alumnos internacionales la posibilidad activa de configurar el manejo de sus propios datos, especialmente aquellos relacionados con la privacidad lingüística. Esto implica incluir un centro de preferencias fácilmente accesible dentro del campus virtual.

La idea es que el estudiante pueda decidir si sus grabaciones, apuntes, clases, audios, etc son almacenados para análisis interno de calidad, si quiere que sea guardado de forma anónima o no, entre otras configuraciones.

Con esto se garantiza que cada estudiante se sienta agusto con una configuración de seguridad más personalizada, además de garantizar que el manejo de su información se haga con su consentimiento.

Privacidad lingüística: proteger los datos de tus alumnos internacionales desde España | Imagen 2

5. Educa al profesorado y crea una cultura de gobierno del dato

El factor humano es, a menudo, el eslabón más débil de cualquier estrategia de protección de datos. Por ello, las instituciones deben invertir de forma continua en la formación específica y obligatoria de su claustro, tutores y personal administrativo. Esta formación debe ir más allá de los conceptos generales del RGPD y enfocarse en el manejo de los datos lingüísticos de los alumnos internacionales: cómo usar las plataformas de proctoring de forma segura, la prohibición de descargar datos personales a dispositivos no corporativos y la importancia de eliminar los archivos de los alumnos de sus computadoras una vez finalizado el periodo de evaluación.

El objetivo de esto es formar una cultura de gobierno del dato que ayude a que las personas tengan conocimiento de que hacer con la información de los estudiantes. Un profesor consciente de la sensibilidad de una grabación o un ensayo está mejor preparado para actuar como guardián de la privacidad.

Esta práctica asegura que la excelencia académica española se complemente con una excelencia ética en la gestión de la información sensible de sus estudiantes globales.

6. Busca proveedores confiables

La educación online depende de una compleja cadena de suministro tecnológico: plataformas, herramientas de videoconferencia, software de examen remoto y servicios de almacenamiento en la nube. Cada uno de estos proveedores externos actúa como un encargado del tratamiento de los datos de tus alumnos, y su elección es una decisión crítica de cumplimiento.

La idea es contar con un software de protección de datos como el de Usercentrics, robusto, que garantice la seguridad de la información de los estudiantes nacionales e internacionales, así como de todo el centro educativo.

Al elegir un proveedor se debe priorizar su confiabilidad, esto se consigue a través de aquellos que estén sujetos a regulaciones, tengan amplia trayectoria y solidez en lo que hacen. Además, se deben hacer cláusulas dentro del contrato para que se garantice el cumplimiento de todas las regulaciones europeas.

Privacidad lingüística: proteger los datos de tus alumnos internacionales desde España | Imagen 3

7. Mantén una comunicación clara y pública la política de privacidad

La confianza del alumno internacional se basa en la transparencia constante, no solo en el momento de la matrícula. Por ello, la política de privacidad y el resumen de la política de información deben estar permanentemente publicados en un lugar visible y de fácil acceso, como el pie de página del sitio web de la institución y dentro del dashboard del campus virtual.

Esta comunicación debe ser proactiva: informar a los alumnos sobre cambios significativos en la política de datos o en las herramientas tecnológicas utilizadas antes de su implementación. Al mantener este canal abierto y transparente, la institución refuerza su compromiso ético y transforma la protección de datos de una obligación legal a un valor añadido de su oferta educativa global.

El valor añadido de la confianza

Las mejores prácticas para la educación online enfatizan la aplicación práctica, los proyectos colaborativos y la validación de competencias, convirtiéndose en una herramienta esencial para la competitividad y la relevancia profesional en la economía digital. Al adoptar un enfoque robusto y ético hacia la privacidad lingüística de sus alumnos internacionales, las instituciones educativas españolas no solo cumplen con la ley, sino que fortalecen su reputación global.