Conocido como 'Sotero' esté macoterano lleva años realizando la Matanza Tradicional para vecinos y visitantes, pero siempre respetando el proceso artesanal que le enseñaba su padre
Si hay algo característico de provincia salmantina y la comarca peñarandina, en las semanas más crudas del invierno, es sin duda la Matanza, un ritual que ha pasado de generación en generación y que, tras años perdida casi en el olvido por el avance de la sociedad, ha vuelto a resurgir en nuestros pueblos, convertida en una toda una fiesta que involucra a vecinos y visitantes.
Una tradición adaptada a los nuevos tiempos, que también cuenta con los que hoy llamamos ‘Maestros Matanceros’, quienes se encargan de realizar el dedicado proceso de preparación del marrano y el cuidado despiece, del que comenzarán a desarrollarse los diferentes productos y embutidos que, en nuestros pueblos, son verdaderos manjares, llamados de una manera tan simpática como coloquial ‘marisco de pocilga’.
Uno de los queridos de verdad y más que experimentado en el rito de la Matanza es el macoterano Santiago Domínguez, conocido como ‘Sotero’ quién este mismo fin de semana ha repetido un proceso que casi ha mamado desde la cuna, ofreciendo a vecinos y visitantes una demostración delicada, acompañada por la imprescindible explicación de su paso a paso.
Santiago recuerda como sus principios en la matanza son imborrables recuerdos familiares. “Tenía 14 años cuando participaba por primera vez en la Matanza en casa. Éramos cuatro y mi padre, aquel día, me cogió y me fue enseñando todo el proceso que el había realizado y vivido desde siempre. Fue algo que no he olvidado, de hecho, cada vez que hago matanza en mi casa o para el pueblo, siempre la repito tal cual lo hacía el, como de toda la vida vamos”.
A pesar de lo que muchos puedan pensar, el no se dedica profesionalmente a ello, ya que se dedica a la ganadería, pero no pierde la oportunidad de ofrecer sus conocimientos y destrezas en las matanzas en las que participa.
Pero para Santiago la gente, la sociedad y el ritmo de vida, parece haber dejado atrás el simbolismo personal de momentos como este, asegurando que “hoy la matanza se considera algo que da mucho trabajo, además de no estar ya adaptadas las casas para ello…Mira, antes era una fiesta en la que se juntaba toda la familia y los vecinos, preparando las carnes, lavando las tripas o los pies…se aprovechaba todo del cerdo hasta los andares, pero siempre en un ambiente familiar y de fiesta en casa”.
Hoy, al preguntar a ‘Sotero’ por lo que es más difícil dentro del ritual de matanza, asegura entre sonrisas: “Que se curen bien los chorizos”. Mientras ocurre eso, el seguirá fiel a la tradición, sin dudar en ofrecer su ayuda y conocimientos al pueblo cada vez que se lo pidan, algo que hará mientras las fuerzas y la energía que hoy tiene se mantengan.