El cumplimiento de estas normativas no solo protege la salud pública, sino que también refuerza la reputación y fiabilidad de los establecimientos alimentarios.
Garantizar la seguridad alimentaria es una prioridad en la industria de la alimentación. Cada año, millones de personas en todo el mundo sufren enfermedades transmitidas por alimentos contaminados. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 600 millones de personas enferman anualmente por consumir alimentos en mal estado, lo que representa casi una de cada diez personas en el mundo.
Además de una correcta manipulación de los alimentos, la información clara y transparente al consumidor es una obligación legal en todos los establecimientos que comercializan productos alimentarios. Tanto en restaurantes como en carnicerías, panaderías, fruterías y pescaderías, es necesario cumplir con normativas que regulan la declaración de alérgenos, el origen de los productos y los tratamientos a los que han sido sometidos, entre otros datos.
A pesar de la normativa y los controles sanitarios, siguen registrándose casos de intoxicación alimentaria en España. En enero de 2025, la Junta de Andalucía investigó un brote de intoxicación en Córdoba que afectó a 44 personas tras consumir montaditos de pringá en una taberna local. Lamentablemente, una de las personas falleció. En este caso, las bacterias sospechosas fueron Escherichia coli y Clostridium perfringens.
Otro incidente ocurrió en octubre de 2024 en Pamplona, donde al menos 23 personas requirieron asistencia médica y dos fueron hospitalizadas tras consumir hamburguesas en un evento gastronómico. La bacteria detectada en este caso fue Escherichia coli serotipo O157, un patógeno peligroso que puede provocar complicaciones graves.
Estos casos ponen de manifiesto la importancia de la formación en manipulación de alimentos y el cumplimiento de la normativa sobre información al consumidor. Una correcta formación y la transparencia en el etiquetado pueden evitar problemas de salud pública y reforzar la confianza en los establecimientos alimentarios.
Desde la entrada en vigor del Reglamento (UE) 1169/2011, todos los establecimientos que venden o sirven alimentos deben proporcionar información clara sobre la composición, origen y tratamiento de los productos que comercializan.
Esta normativa se aplica a restaurantes, carnicerías, panaderías, fruterías y pescaderías. La información debe estar disponible en etiquetas, carteles visibles o documentos específicos que los empleados deben conocer para ofrecer detalles a los clientes. Por ejemplo:
Los establecimientos de hostelería están obligados a indicar en la carta o en un documento accesible los alérgenos presentes en cada plato. También deben informar si un producto ha sido previamente congelado o contiene ingredientes de origen desconocido, reduciendo así posibles riesgos para los clientes.
Los productos elaborados, como hamburguesas, embutidos caseros o adobados, deben detallar no solo los alérgenos, sino también su porcentaje de carne, aditivos y si han sido previamente congelados.
Dado que muchos productos de panadería y repostería contienen ingredientes que pueden afectar a personas con alergias alimentarias, es obligatorio indicar los ingredientes y alérgenos en panes, bollería y tartas. También debe especificarse si los productos han sido elaborados con ingredientes congelados o precocinados.
Aunque las frutas frescas no suelen presentar alérgenos, ciertos productos pueden contener sulfitos o haber sido tratados con ceras y conservantes. En especial, se debe informar sobre estos tratamientos en frutas desecadas o productos troceados y envasados en el propio establecimiento.
Las pescaderías tienen la obligación de proporcionar información clara sobre los productos del mar que comercializan. Según la normativa vigente, deben especificar:
Esta información no solo garantiza la transparencia en la venta de productos del mar, sino que también ayuda a los consumidores a tomar decisiones informadas sobre su compra.
Contar con una formación en manipulación de alimentos es fundamental para garantizar la seguridad en cualquier establecimiento del sector. Obtener el carnet de manipulador de alimentos gratis es una opción que ofrecen algunas entidades y empresas a sus empleados, facilitando el cumplimiento de la normativa sin coste adicional para los trabajadores.
Los beneficios de realizar un curso de manipulación de alimentos incluyen:
Actualmente, es posible completar el curso de manipulación de alimentos de manera sencilla a través de cursos online, adaptados a la disponibilidad de cada persona.
Primero, debes inscribirte en un centro de formación especializado en Seguridad Alimentaria, donde recibirás materiales didácticos sobre higiene alimentaria. A tu ritmo, podrás estudiar estos contenidos y, una vez estés preparado, realizar un examen final. Si lo superas, recibirás una certificación oficial homologada que te habilita para trabajar en cualquier establecimiento del sector, asegurando que cumples con la normativa vigente en manipulación de alimentos.
La seguridad alimentaria no solo depende de la correcta manipulación de los alimentos, sino también de la transparencia en la información que se proporciona al consumidor. Casos recientes de intoxicación en España han demostrado que el cumplimiento de la normativa es esencial para evitar riesgos sanitarios.
Obtener el carnet de manipulador de alimentos es un paso clave para garantizar un manejo seguro de los productos, mientras que proporcionar información detallada sobre los alimentos vendidos ayuda a generar confianza en los consumidores.
El cumplimiento de estas normativas no solo protege la salud pública, sino que también refuerza la reputación y fiabilidad de los establecimientos alimentarios.