“Hay que generar autoestima en esta tierra, donde la negligencia y el olvido nos han dejado con tantas carencias, pero donde conservamos una rica historia y cultura”.
Tengo el privilegio de llamar primo hermano a Miguel Ángel Martín Mas, a quien le fascina la ornitología e imagino como un martín pescador a la vera del río que atravesaron los ejércitos napoleónicos rumbo a nuestro paisaje común de los Arapiles. Le crecen las alas a este investigador incansable y, como su curiosidad es infinita, se encarna en chova piquirroja para cruzarse con la nieta de Leonor de Aquitania, aquella que trazó una cenefa heráldica para que Miguel Ángel y Charo García de Arriba nos la leyeran.
Charo Alonso: ¿Cómo empezó todo? ¿En un campo de trigo… o de batalla?
Miguel Ángel Martín Mas: En ambos sitios, ya que mi interés por la batalla de los Arapiles surgió en un lugar de juegos habitual de mi infancia, el paraje de la ermita de Nuestra Señora de la Peña en Calvarrasa de Arriba, el pueblo de mi padre, donde se libraron los primeros combates el 22 de julio de 1812. Crecí oyéndole contar algunas cosas sobre la batalla así que, desde niño, deseé conocer todos los detalles.
Ch.A.: Pero te decantaste no por estudiar Historia, sino Filología.
M.A.M.M.: Estudié Filología Hispánica e Inglesa y Magisterio; mi interés por la Historia siempre estaba ahí, pero también es verdad que se me daban bien los idiomas extranjeros. Y me alegro de haber estudiado Filología, porque en esa facultad conocí a Chus, mi pareja y madre de mi hija.
Ch.A.: Me han dicho que has trabajado como intérprete de ruso…
M.A.M.M.: Es verdad, trabajé como intérprete de inglés y ruso para el Cuerpo Nacional de Policía y los Juzgados. La historia de cómo me comencé a interesar por la lengua rusa me sigue ilusionando. Cuando era responsable en los Scouts recibimos en Salamanca a un grupo de niños residentes en una región de Bielorrusia cercana a Chernobyl. Su monitor solamente hablaba inglés y yo era el intérprete habitual, al tiempo que los niños me enseñaban mis primeras palabras en ruso. Me impactó mucho esa experiencia, así que busqué una profesora, una ucraniana con la que pasé un año para luego matricularme en la facultad con el ruso de segundo idioma.
Ch.A.: Y siempre con la pasión por la batalla de los Arapiles por delante.
M.A.M.M.: Claro, en la Secundaria y el Bachillerato mi mayor aspiración era aprender bien inglés para poder leer los libros sobre el tema que estaban escritos en ese idioma. Iba asiduamente al campo de batalla y allí me encontraba con ingleses a los que guiaba y que me regalaban mapas, artículos y libros. Quería leerlo todo, saber más. Pasados los años he aprendido alguna cosa y he podido publicar varios libros, además de la web salamancanapoleonica.com, cuyo contenido elaboré durante la pandemia.
Ch.A.: Un empeño tuyo que abarca toda la provincia.
M.A.M.M.: Sí, la web la sufragó la Diputación de Salamanca, porque tenemos la batalla de Tamames y la de Alba de Tormes, los dos sitios de Ciudad Rodrigo, la batalla de Fuentes de Oñoro y la de los Arapiles, el combate de El Bodón y el de Garcihernández… Esto es así porque Salamanca, dada su posición geográfica entre Madrid y Portugal, sufrió un constante paso de ejércitos entre 1807 y 1813.
Ch.A.: Esa tarea de recuperar la historia se ha plasmado recientemente, además de en Arapiles y Ciudad Rodrigo, en el Torreón de Alba de Tormes, que realmente merece ser visitado.
M.A.M.M.: Hace un par de años fui el responsable de organizar una exposición permanente dedicada a los episodios de la Guerra de la Independencia en Alba y así tuve el gran placer de trabajar con Alberto Mateos Jurado, maquetista, y con José Luis García Morán, ilustrador, con los que sigo colaborando.
Ch.A.: Un aliciente más para ir a Alba, aparte de la ruta Teresiana.
M.A.M.M.: Sí, por supuesto, Alba es un lugar magnífico para hacer una escapadita desde la capital y puede todavía ofrecer historias de la Historia de lo más interesante. De hecho, ahora estamos trabajando en una exposición permanente sobre la Alba del Medievo, pero hasta aquí puedo leer.
Ch.A.: No paras, siempre me ha impresionado tu capacidad de trabajo.
M.A.M.M.: En cierto modo me ayuda mi profesión, ya que prácticamente me dedico a lo mismo en el trabajo que en el tiempo libre. Soy docente en el Centro de Educación de Personas Adultas de Peñaranda de Bracamonte y allí doy clases de Historia de España.
Ch.A.: Además, la tuya es una labor de muchos años, ahí está tu aportación a Ciudad Rodrigo durante los bicentenarios.
M.A.M.M.: Fui el comisario de la primera exposición, que se hizo en el año 2008, dedicada a los sitios de Ciudad Rodrigo, una muestra en la que la mayor parte de la piezas exhibidas pertenecían a la magnífica colección del etnógrafo y músico José Ramón Cid Cebrián, con quien he participado también en el tercer volumen de la Historia de Ciudad Rodrigo y su tierra, recientemente publicado por el Centro de Estudios Mirobrigenses. Él ha escrito un capítulo dedicado al folclore, no en vano es uno de nuestros mejores folcloristas, y yo otro dedicado a la guerra de la Independencia.
Ch.A.: Es decir, que nunca dejas el tema de la Salamanca napoleónica.
M.A.M.M.: No, sigo divirtiéndome y aprendiendo y además ahora hay un sueño que se hará realidad: el hecho de por fin habrá un museo de historia de la ciudad de Salamanca en el Cerro de San Vicente, con la guerra de la Independencia ocupando su merecido espacio. He tenido la suerte de poder colaborar en el proyecto y lo he hecho sin contrapartida económica alguna, como es mi costumbre, aportando asesoramiento histórico y una enorme cantidad de texto escrito inédito y otro perteneciente a algunas de mis publicaciones.
Ch.A.: Miguel Ángel, en ocasiones veo chovas…
M.A.M.M.: Ésta es otra historia que me hace sentir muy afortunado. Todo empezó con mi amigo Raúl de Tapia, la verdad es que tengo mucha suerte con los amigos, que fue el primero que citó una chova piquirroja en la techumbre de la iglesia del convento de Santa Clara. Yo había conocido a Charo García de Arriba gracias a su libro Tamames, paseando por su historia y luego en persona durante una actividad dedicada a la batalla librada en dicha localidad en 1809. Se dio la casualidad de que, charlando, descubrimos que ambos estábamos fascinados con la maravillosa decoración heráldica de la techumbre, así que comenzamos a hacernos preguntas y a estudiar y los resultados de nuestra investigación han tenido eco en el suplemento cultural de El País, en el diario británico The Times… Y hasta el mismísimo deán emérito de la catedral de Canterbury vino a visitar las Claras, donde puede que se encuentren pintadas las cinco chovas piquirrojas más antiguas relacionadas con santo Tomás de Canterbury. Se trata solamente de una interpretación, la nuestra, pero Charo y yo estamos convencidos de que el castillo de oro en campo de gules y la chova piquirroja únicamente puede representar a Alfonso VIII de Castilla y a Leonor Plantagenet, los padres de la reina Berenguela, la artífice política de que los reinos de Castilla y León tuvieran un único rey a partir de 1230, su hijo Fernando III, y la posible promotora del conjunto iconográfico que decora la techumbre.
Ch.A.: Habéis hecho un estudio impresionante y la repercusión pública para la ciudad ha sido invaluable.
M.A.M.M.: Para nosotros ha sido un reto intelectual que iniciamos para nuestro propio disfrute. El que luego haya despertado un interés tan espectacular ha sido un verdadero regalo. Si nuestra interpretación es correcta al menos en alguna de sus partes, nos sentiremos enormemente felices de haber podido aportar algo a nuestra ciudad. En 2023 se cumplieron cincuenta años del descubrimiento de la techumbre y hasta entonces no se había dicho prácticamente nada al respecto de ella, ya es hora de que llame la atención y los deseos de romperse la cabeza de los especialistas en Historia Medieval e Historia del Arte.
Ch.A.: Y este pájaro tan especial nos ha unido con el pasado para escribir el futuro.
M.A.M.M.: Sí, la chova piquirroja nos ha permitido a conocer gente tan enriquecedora y diversa como la comunidad anglicana de Salamanca, con su reverendo Rubén al frente en la parroquia de Santo Tomás Cantuariense, al novelista José Ángel Mañas, que ha escrito una novela dedicada a la reina Berenguela, al arquitecto Enrique Nuere Mataúco, que restauró la techumbre en los años 80, al a Carmen y a Natalia, las siempre diligentes ordenanzas de las Claras… Para nosotros poder dar cuenta de nuestra interpretación allí es un regalo. De hecho, hace unos días fuimos ponentes en una jornada formativa organizada por el Centro de Formación e Innovación Educativa de Salamanca que se celebró en las Claras y en la iglesia de Santo Tomás Cantuariense.
Ch.A.: Hablando de reivindicar lo nuestro, hay un protagonista del periodismo de Castilla y León, Javier Pérez Andrés, que te ha dedicado estas palabras: “Gracias por socializar el conocimiento”. Creo que esto os define muy bien tanto a ti como a Charo García de Arriba.
M.A.M.M.: Para un maestro escuela vocacional como soy yo es un honor que diga esto alguien tan comprometido con nuestra tierra y tan buena persona como Javier. Tanto a Charo como a mí nos gusta hacer las cosas pensando en nuestra gente y en nuestra tierra para poder mejorar, aunque sea un poquitín, las cosas. Hay que generar autoestima en esta tierra, donde la negligencia y el olvido nos han dejado con tantas carencias, pero donde conservamos una rica historia y cultura.
Ch.A.: Qué bonito que te llames a ti mismo “maestro escuela”.
M.A.M.M.: Es lo que soy, y como docente en un Centro de Educación de Personas Adultas (CEPA), creo firmemente en ese derecho que la UNESCO denomina como “aprendizaje a lo largo de la vida”. La educación de adultos es un derecho y un servicio que ofrece la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León, aunque es la gran desconocida de las enseñanzas públicas, siendo una herramienta imprescindible para favorecer el envejecimiento activo. En mi caso se da una especie de simbiosis entre el hecho de mi afición por la investigación y la divulgación de la Historia y el de trabajar como docente en un CEPA, ya que muchos contenidos se pueden transvasar de un lado a otro, del mismo modo que ocurre con mi afición por la Ornitología y las clases de Bosque-Escuela que imparto en mi centro.
Ch.A.: Ornitología. Miguel, si fueras un pájaro, ¿qué serías?
M.A.M.M.: Un martín pescador para vivir en la orilla del río y darme chapuzones como hace él. Y por afinidad de apellido. El nuestro, prima.
Ch.A.: ¿Y si tuvieras que elegir a un personaje de la historia salmantina?
M.A.M.M.: Ponce Giraldo de Cabrera, para el que pido el nombre de una calle. Fue gobernador de Salamanca durante 30 años, promotor de las iglesias de San Cristóbal y San Juan de Barbalos, mayordomo de dos reyes de León y héroe de la conquista de Almería acaudillando las tropas salmantinas.
Charo Alonso / Fotos de Carmen Borrego