Diego García, presidente de CEOE-CEPYME Empresas de Salamanca, y Antonio Rollán, presidente de la Confederación de Empresarios de Salamanca (CES), hacen un repaso a la situación de las pequeñas y medianas empresas
Las pequeñas y medianas empresas (PYME) son piezas clave en el tejido productivo y el motor de la economía salmantina; de hecho, la mayoría de las empresas de la capital y la provincia son pequeñas. Pero se enfrentan a muchos problemas y su supervivencia en muchos casos es complicada, aunque depende mucho del sector al que se dediquen.
“El mayor problema es, primero, la incertidumbre que hay en todo el panorama geopolítico, que afecta muchas veces a las empresas; además venimos de atravesar la crisis del covid, luego hemos tenido una crisis de acceso a la financiación, una inflación brutal, tenemos un gran grave problema para encontrar personal para trabajar y todo esto genera que la situación no sea muy halagüeña”, afirma Diego García, presidente de CEOE-CEPYME Empresas de Salamanca. Aunque, añade, España está creciendo y las empresas están creciendo, porque “al final, nos vamos adaptando; siempre digo que los empresarios somos camaleones, nos adaptamos a las circunstancias, no nos queda otro remedio”.
En Salamanca hay sectores que “están sufriendo mucho”, como “el que no encuentra gente para trabajar; luego están los altos costes de producción de estos últimos años, porque hemos tenido la energía por las nubes, ahora parece que se está regulando un poco, pero hemos tenido unas materias primas muy costosas, toda la inflación se acusa en las empresas”, señala García.
Sin embargo, añade, “tenemos una provincia y una ciudad muy dependiente del turismo y eso nos está ayudando; el turismo y la hostelería están funcionando bien, están tirando del carro, pero hay otros sectores con más problemas”. En este sentido, alude a los relevos generacionales, “hay muchos problemas para encontrar gente que trabaje en sectores productivos como la construcción, los talleres, carpinterías, electricistas, etc.”. Por eso, es necesario “volver a motivar a la gente joven, que hay trabajo, que hay posibilidades y también debemos de hacer un esfuerzo importante para retener el talento y para volver a motivar a la gente al emprendimiento. Es muy necesario que haya emprendedores, es necesario que esté bien visto poner una empresa”.
Pero, lamenta, “también es verdad que hemos sufrido muchos ataques brutales a la imagen del empresario, parece que el empresario es un enemigo y yo creo que la economía la mueve la empresa, el desarrollo lo genera la empresa, que es la que, mediante los impuestos, los salarios y la creación de tejido productivo, genera empleo y, por lo tanto, podemos alcanzar el bienestar de una sociedad mediante la aportación de las empresas”. El funcionariado “evidentemente es muy necesario, pero la principal aportación al tejido productivo lo hacen las empresas y tenemos que ser conscientes de que hay que cuidar a las empresas y no ponerlas en el punto de mira de la sociedad, como si fuésemos el problema de todos los males, cuando es al contrario, somos el remedio”.
Por otro lado, está la financiación, que siempre ha sido un problema, sobre todo para las pequeñas empresas. “Hay que tener en cuenta que la subida de los tipos de interés lo que ocasiona es el elevado coste de la financiación para la inversión. Y las empresas necesitan inversión para seguir reinventándose, para adaptarse a los cambios de los mercados, para digitalizarse, para poner en marcha nuevos procesos productivos y, si el acceso a la financiación es caro, pues eso hace que se ralentice el crecimiento”, afirma García.
Salamanca y su provincia cuentan con “un importante número de empresas muy importantes; el tejido productivo y empresarial que tenemos no lo tienen otras provincias. Salamanca es una ciudad muy emprendedora, con empresas grandes y de mucha relevancia, con una cifra de empresas medianas bastante importante, con otras que exportan al exterior a infinidad de países y también con un tejido de pequeñas empresas, de pymes y de autónomos, bastante considerable”. Además, “tenemos un sector servicios muy desarrollado, una hostelería y una restauración también muy desarrollada, las dos universidades hacen que seamos una ciudad muy acogedora, acogemos mucho turismo, mucha gente joven, por eso, tenemos que intentar retener el talento y seguir desarrollándolo, aunque, es verdad que hay otros sectores que tienen más problemática”.
Y en el mundo rural, añade García, “también tenemos que poner mucho interés en la retención y el asentamiento de empresas; creo que es un gran problema que los políticos tendrán que abordar y que atajar con medidas como bonificaciones fiscales a la implantación de empresas y de industrias, porque si no, nuestros pueblos cada vez se van a ver más despoblados y al final tendremos un gran problema”.
En la misma línea, Antonio Rollán, presidente de la Confederación de Empresarios de Salamanca (CES), afirma que la situación de las pymes es “muy complicada”, ya que existen “muchas trabas burocráticas, muchos problemas fiscales, sobre todo vemos que en Salamanca al haber pocas empresas que funcionen en ese sentido de una manera correcta, las que realmente tienen un funcionamiento viable, se ven asfixiadas fiscalmente, con inspecciones continuamente”. Y eso, lamenta, es “un problema; hablas con los empresarios y te dicen que les hacen más de una inspección anual y eso es un gran problema, ya que muchos están pensando en llevarse sus sedes fiscales o bien a otras ciudades como Madrid, con muchas más empresas, o bien a otros países, como Portugal, que tienen menos presión fiscal. La situación empresarial es complicada, no es nada fácil”.
Para las pequeñas empresas “sobrevivir se hace muy complicado, porque muchas veces hace falta mucha financiación y a día de hoy, el coste de la financiación es muy elevado y eso hace que sea muy complicado subsistir”. Además hay otro “gran problema: las grandes plataformas hacen un gran frente a la PYME y es algo que tenemos que tener muy en cuenta de cara al funcionamiento de las pequeñas y medianas empresas en Salamanca, sobre todo en el sector del comercio, que está sufriendo mucho, ya que tiene una gran competencia con las grandes plataformas de venta, tanto online, como presencial, como grandes superficies”.
Hay otros sectores como la hostelería, que “está muy apoyada por las diferentes administraciones y se están construyendo muy buenos números en Salamanca a nivel tanto hotelero como hostelero; es uno de los principales motores de Salamanca”. El sector servicios “no va mal, lo que más preocupa es el pequeño comercio, que ahora está bastante parado”.
Hay otro sector, como la industria, “en el que sí se debe de trabajar más, y ahí sí que se le pide a las administraciones, a los ayuntamientos, que se dejen terrenos a unos precios económicos y viables para que se pueda instaurar un mayor tejido productivo industrial en Salamanca”.
Para mejorar la situación, Rollán cree necesario que las empresas cuenten con “más apoyo de las administraciones: más facilidad y agilidad en todos los temas administrativos y burocráticos, reducir la presión fiscal, apoyar como punto principal en la economía al empresario, todo eso es fundamental para las empresas de nuestra zona”.