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Medio Ambiente
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Medio Ambiente

Actualizado 05/06/2024 08:08
Juan Antonio Mateos Pérez

Somos la primera generación que siente los efectos del cambio climático y la última que puede hacer algo al respecto

AL GORE

Vivimos en la Tierra como si tuviéramos otra a la que ir.

TERRY SWEARINGEN

La palabra medio ambiente es la suma de todos los componentes bióticos (vivos) y los abióticos (suelo, agua, aire, luz, temperatura) que rodean a un organismo, o grupo de organismos. El medio ambiente natural comprende componentes físicos, tales como aire, temperatura, relieve, suelos y cuerpos de agua, así como componentes vivos, plantas, animales y microorganismos. Los elementos dentro de un medio ambiente no existen de forma aislada, sino como parte de un sistema de procesos que los vinculan entre sí. Un ecosistema es un sistema natural formado por un conjunto de seres vivos y el medio físico donde se relacionan. Los ecosistemas varían enormemente en tamaño; un estanque temporal en el hueco de un árbol y una cuenca oceánica ambos pueden ser ecosistemas.

Desde su aparición, el ser humano ha modificado el medio ambiente. Posiblemente fue la Revolución Industrial y la globalización las que han acelerado los procesos de modificación ambiental, con el crecimiento de la población, la urbanización acelerada, los desplazamientos masivos de la población debido al turismo, así como el aumento de la explotación de los recursos naturales: minerales, energéticos, hídricos y biológicos. Los ecosistemas de todo el mundo están en peligro. Desde bosques y tierras áridas hasta tierras agrícolas y lagos, los espacios naturales de los que depende la existencia de la humanidad están llegando a un punto de no retorno.

En la antesala de las elecciones europeas, los ciudadanos han expresado, según las encuestas, que tienen unos altos niveles de preocupación medio ambiental, con una idea clara de que las cuestiones medioambientales tienen un efecto directo en su vida diaria y su salud. Existe cada vez más, una mayor conciencia ecológica. Por ello, el hombre se plantea modos de combatir la degradación del medio ambiente que él mismo ha provocado. Aparecen las políticas de protección de la naturaleza: creación de espacios naturales protegidos, limitación de emisiones contaminantes, protección y regeneración del bosque, etc. Pero estamos muy lejos de un desarrollo armónico con la naturaleza, lo que llamamos un desarrollo sostenible.

Uno de los problemas más importantes es la deforestación, provocado por la roturación de bosques, debido a la construcción de carreteras, embalses, aumento del espacio urbano e industrial, consumo de papel, expansión de la agricultura y las prácticas agrícolas insostenibles. En los últimos años se deforestaron entre 15 y 20 millones de hectáreas de bosque al año. En los últimos treinta años la Amazonia brasileña ha perdido una superficie boscosa similar a la de Francia. La pérdida de la cubierta forestal se concentra en países intertropicales: Indonesia ha perdido el 10% de sus bosques, Jamaica el 53% de su superficie boscosa y Venezuela el 20%. Sin embargo, el consumo de esa madera se realiza en los países desarrollados, fundamentalmente para la fabricación de pasta de papel y muebles.

No debemos olvidar los incendios forestales, que se han ido incrementando en los últimos años, quemando el doble de la cobertura arbórea. Algunos son provocados por causas naturales, otros por negligencias como colillas, quema de rastrojos y de basuras; o por actos intencionados: para extender los pastos, para obtener madera, por intereses inmobiliarios, por conflictos o venganzas personales. Pero es el cambio climático uno de los principales impulsores del aumento de los incendios. Las olas de calor extremo son 5 veces más probables en la actualidad de lo que eran hace 150 años, y se espera que aumente su frecuencia a medida que el planeta continúa calentándose.

Otro de los grandes problemas es la contaminación y la escasez del agua que nos toca muy de cerca. Se produce por la emisión a la atmósfera de gases y partículas en suspensión procedentes de las industrias, centrales térmicas, automóviles, calefacciones, etc. El estrés hídrico y la escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial, según el Foro Económico del Agua, la agricultura representa más del 70% del agua utilizada en los países más áridos del planeta. Debemos de añadir a los productores de energía y el turismo como grandes consumidores de agua. La sensación ciudadana es que no se está haciendo lo suficiente por todos estos sectores para utilizar el agua de forma eficiente.

Ahí está la superpoblación y la gestión de los residuos. El crecimiento exponencial de la población supone el consumo de mayores cantidades de recursos, provocando también cantidades ingentes de residuos con la correspondiente alteración del medio. Al hablar de residuos no debemos limitarnos a las basuras domésticas, son muy variados, residuos de las ciudades (comercios y servicios, centros educativos, limpieza de calles), pero también incluyen residuos agrícolas y ganaderos, sanitarios, industriales y radiactivos. La cantidad cada vez mayor de residuos, no sólo producen problemas medioambientales, también inciden en la salud humana. Muchas personas en nuestros países europeos tienen en cuenta la seguridad química de los productos a la hora de realizar sus compras. Es una preocupación cada vez mayor.

En el Día Mundial del Medio Ambiente, tenemos que tomar conciencia de la situación del planeta y de nuestro país. Este año Las Naciones Unidas se centra en restaurar las tierras, detener la desertificación y fortalecer la resiliencia a la sequía bajo el lema “Nuestras tierras. Nuestro futuro”. No podemos retroceder en el tiempo, pero sí podemos hacer crecer los bosques, revitalizar las fuentes de agua y restaurar los suelos. Somos la generación que puede hacer la paz con las tierras.

Para ello debemos subrayar un desarrollo sostenible, consumiendo los recursos de manera respetuosa con el medio ambiente, pensando también en las generaciones futuras. Pero también, conseguir una mejor calidad de vida de todos los habitantes del planeta, el acceso a la sanidad y la educación, a las tecnologías de la información, una seguridad alimentaria, el acceso al agua, así como erradicar la pobreza, la marginación y las desigualdades.

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