Las pruebas concluyeron en el patio con un breve acto
“Que la solidaridad siga siendo un signo diferenciador del Mateo Hernández en su lucha por una sociedad más justa y un mundo más humano” las palabras de Anuja Sierra Prieto, alumna de Primero de Bachillerato del IES Mateo Hernández resumen a la perfección la jornada solidaria que se cerró con la entrega a Alfonso, responsable del Centro Padre Damián, del dinero recaudado a través de la iniciativa solidaria de la venta de bocadillos, punto y final a una jornada que había comenzado de la mejor manera posible: corriendo en el cercano parque de Würzburg.
De nuevo, los profesores del Departamento de Educación Física, junto con los alumnos de los dos Ciclos Formativos de Grado Superior especializados en actividades deportivas, organizaron la carrera solidaria a la que se unieron docentes y alumnos. A lo largo del parque, y fieles al Proyecto de Alimentación Saludable en el que está inscrito el centro, los alumnos corrieron con los dorsales de la Asociación Internacional Save the Children para recaudar fondos con los que ayudar a los niños que sufren escenarios de guerra y escasez. Una carrera llena de alegría en la que todos animaron y disfrutaron de una jornada de sol y no excesivo calor en ese entorno privilegiado del IES Mateo Hernández.
Las carreras, divididas así para disfrute de los más pequeños y de los mayores del centro educativo, acabaron en el patio con este breve acto en el que resonaron las palabras de Anuja agradeciendo a profesores, personal del centro, miembros del AMPA y alumnos que habían trabajado desde hace semanas, su implicación para recaudar dinero que ayude al Centro que se ocupa de atender a las personas sin hogar.
¿Por qué elegir el proyecto de Cáritas “Centro Padre Damián”? Las palabras de Anuja fueron muy claras: este espacio que ofrece más que techo y comida, donde se convive con otras personas, se vive como en una casa normal y se trata de hallar salida a situaciones muy duras, es un espacio próximo al centro que los alumnos han visitado de la mano de su profesor, Miguel Ángel González. Una visita que no solo ha servido para concienciar a los alumnos, sino que también ha servido para “extender la red de trabajo comunitario” tan deseable para que todos los centros escolares se conciencien de su entorno y a la vez, tengan la oportunidad de “ser la voz de los que no la tienen”, en palabras de Anuja.
Empatía, reconocimiento, deseo de ser solidarios, cooperativos, cercanos a la realidad que nos circunda y que, en ocasiones, entrega peores cartas a quienes precisan de ayuda, esos son los verdaderos valores que hay que enseñar a los alumnos que han disfrutado a lo largo de la carrera con los dorsales rojos que tanto identifican al IES Mateo Hernández curso tras curso, y naturalmente, a este rato de sol y convivencia tras una dura mañana de trabajo en la que la biblioteca del centro se convirtió en una divertida y eficiente cocina de “bocadillos solidarios”. Y todo para que continúe, año tras año, siendo la solidaridad un signo diferenciador del IES Mateo Hernández.