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Ir al psicólogo: señales de alerta
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Salud mental

Ir al psicólogo: señales de alerta

Actualizado 20/05/2022 11:35
Adrián Martín

Es completamente normal que, esporádicamente, tengamos algún día en el que nos sintamos apáticos, sin ganas de hacer nada, o de ver a alguien

Es habitual que en algún momento no te sientas bien anímicamente pero también es frecuente no saber cuándo esto puede entrar dentro de algo común o en qué momento ya pueda ser necesario acudir a un profesional para que nos ayude. A continuación, te acercamos algunas señales que pueden ayudarte a dar el paso.

Te sientes mal sin razón aparente

No hay que olvidar que un mal día es algo que todos tenemos. Es completamente normal que, esporádicamente, tengamos algún día en el que nos sintamos apáticos, sin ganas de hacer nada, o de ver a alguien. Todo el mundo necesita algo de tiempo para sí mismo para poder olvidarse así de las preocupaciones diarias. Pero si esta sensacion se da ya con cierta frecuencia, y te cuesta disfrutar de cosas de las que antes sí lo hacías sin tener una causa concreta aparente, esta sí es una señal clara de que lo mejor que puedes hacer es buscar ayuda profesional. Para ello sólo tienes que buscar un psicólogo en tu ciudad como puede ser un psicólogo en Ávila o Salamanca entre otros y concertar una cita.

Sientes que no tienes el control de tu vida

Obligaciones todos tenemos, y en ocasiones de más, pero si tienes la sensación de que estás completamente desbordado por estas obligaciones y es un pensamiento recurrente, quizá si sea el momento de buscar ayuda. Es común pensar esto de vez en cuando pero si es demasiado recurrente quizá estés sobrepasado por la situación. Si consideras que realmente ya no tienes el control sobre tu vida y que tus días son una sucesión de obligaciones diarias impuestas por los demás que te llevan a sentirte mal de manera continuada, lo mejor será acudir a un profesional.

No te valoras y no te cuidas

Abandonarse también puede ser un síntoma claro. Si no te valoras, no te cuidas y, en definitiva, tienes una baja autoestima esto será una razón más que suficiente para empezar una terapia psicológica. Si consideras que no estás a la altura del resto de personas debes buscar ayuda de un profesional. El objetivo del profesional será reconducir esta situación hacia una autoestima positiva que te permita afrontar tu día a día con confianza y optimismo, algo que hará que te sientas mucho mejor en cualquier ámbito posible.

El autoestima es cambiante y depende de muchos factores, entre ellos las vivencias personales y reveses que cada uno pueda haber experimentado. Por tanto, el nivel de autoestima puede cambiar a lo largo de la vida y es importante mantenerlo siempre en un nivel que te permita estar bien contigo mismo.

Estás atravesando una crisis personal

Ocurre más a menudo de lo que nos pensamos que las cosas que se tienen no correspondan, o no del todo, con lo que se quiere. En ese punto es fácil que uno se acabe planteando cambios importantes que afectarían a tu vida actual e incluso la pondrían del revés. Es importante tener claro que es normal atravesar este tipo de situaciones en la vida y que pueden convertirse en una oportunidad.

No obstante, si se observa que esta crisis se prolonga en el tiempo y que no se resuelve y que acaba generando malestar lo más importante será acudir a un psicólogo para que te ayude a situarte y ver qué puede ser factible y que no, gestionando todo del mejor modo posible.

Tus relaciones personales

Las relaciones personales son otra de las claves para sentirnos queridos y bien con nosotros mismos. En este sentido, los problemas se dan cuando una persona siente que los demás, o alguno de sus seres queridos, no le corresponde como debería. O ve que no es capaz de establecer vínculos sociales positivos, manteniendo relaciones que le resultan insatisfactorias.

En este sentido, se muestran serias dificultades para mantener y disfrutar las relaciones que se tienen. En este punto es importante comenzar algún tipo de terapia que se centre en la mejora de las habilidades sociales, en saber cómo resolver conflictos del mejor modo posible y trabajar la capacidad que una persona puede tener para entablar conexiones emocionales con los demás.

Todo esto hará que te sientas mejor, más querido, tu autoestima se reforzará y te permitirá disfrutar más de las pequeñas cosas, incluidas del presente, angustiándote menos.