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La mayoría absoluta de Costa, la debacle de la izquierda y el ascenso fulgurante de los nuevos partidos de derecha: fotografía de las legislativas en Portugal
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ELECCIONES

La mayoría absoluta de Costa, la debacle de la izquierda y el ascenso fulgurante de los nuevos partidos de derecha: fotografía de las legislativas en Portugal

Actualizado 31/01/2022 19:30
Raquel Martín-Garay

La voluntad de la izquierda se concentra en el Partido Socialista, en un voto útil y penalizador de los antiguos socios de gobierno

El Partido Socialista (PS) ha ganado por mayoría absoluta las elecciones legislativas en Portugal celebradas este domingo 30 de enero, con 117 escaños, al menos, de los 230 que tiene la Asamblea de la República, de los cuales ya se han atribuido 226, los cuatro restantes lo serán después del recuento del voto de los portugueses residentes en el extranjero.

El PS ha obtenido nueve escaños más que en las elecciones de 2019. Así, el partido que gobernaba en minoría desde 2015 con el apoyo de los partidos a su izquierda, ha consolidado su posición con un aumento de votos que se debe, precisamente, al trasvase de los perdidos por sus hasta ahora socios del Bloco de Esquerda (BE) y Partido Comunista-Los Verdes (PCP-PEV).

Las elecciones fueron adelantadas dos años, a raíz del rechazo a los Presupuestos del Estado para 2022 acontecido en el Parlamento en octubre de 2021, cuando los socios del Gobierno votaron recurrentemente en contra. El Presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, del partido de centroderecha PSD, advirtió entonces que, si no había acuerdo, convocaría elecciones.

El electorado de izquierda ha penalizado la actitud del BE y del PCP-PEV –que concurría a las elecciones como Coalición Democrática Unitaria (CDU)-, migrando hacia el centro-. Han pasado de ser la tercera y cuarta fuerza política en el hemiciclo, respectivamente, a ocupar el quinto lugar la CDU y el sexto el BE, siendo éste último el más duramente castigado por el electorado, pues ha perdido 14 escaños de los 19 conseguidos en 2019 (ahora BE tiene cinco y CDU, seis). La estrategia, si la hubo, detrás del bloqueo a los presupuestos nunca fue entendida por el pueblo portugués.

El otro responsable del encumbramiento del PS, que le permitirá gobernar en solitario, podrían haber sido los sondeos. La campaña electoral comenzó con António Costa a pedir a los portugueses una mayoría que le permitiese continuar con sus programas y dar estabilidad política al país en el momento de recibir los fondos de recuperación europeos. El líder del principal partido de la oposición de centroderecha, Rui Rio, del PSD (Partido Social Demócrata), mostró una expectativa más comedida: ganar las elecciones. En la recta final de la campaña, los sondeos pronosticaban una bajada del PS y la consecuente subida del PSD, casi un empate entre los dos partidos, lo que llevó a António Costa a enviar un mensaje rotundo hacia la movilización del voto útil de la izquierda. Rui Rio comenzó a hablar de la derrota del PS, sin centrarse en movilizar eficazmente a su electorado.

La combinación de voto práctico y de castigo a los socios de izquierda habrían sido los dos elementos decisivos para la mayoría absoluta al Partido Socialista. Los sucesivos votos en contra por parte de estos partidos a los Presupuestos del Estado llevaron a Portugal a unas elecciones que no tocaban por calendario, en pleno ascenso de la incidencia de COVID y con la recuperación económica del país en el aire, y que pusieron en un brete al Gobierno de cara a la Unión Europea, comprometiendo su solvencia para gestionar los fondos NEXT GENERATION.

Una singularidad del electorado portugués es la concentración de votos entre los dos principales partidos, la izquierda moderada y la derecha moderada. Sin embargo, estas elecciones han dejado una mayoría absoluta del centro-izquierda y un espectacular crecimiento de la ultraderecha, así como de un partido de la derecha liberal.

Chega (CH), un partido creado para las elecciones de 2019, en las que obtuvo ya representación parlamentaria con un diputado, ha conseguido 12 en estas elecciones. Iniciativa Liberal (IL), un partido a la derecha del PSD, ha pasado de un solo escaño en 2019 a ocho en 2022, pasando de novena a cuarta fuerza política.

El CH ocupará el tercer lugar en el Parlamento. Es un partido que ha movilizado al electorado basándose en la corrupción de los partidos tradicionales, la inseguridad ciudadana, el fortalecimiento de la policía y las Fuerzas Armadas y el patriotismo. A destacar los buenos resultados obtenidos en territorios históricamente comunistas, como el Alentejo, una región donde Chega ha pasado por delante del PCP. André Ventura, su líder, calificó eufórico anoche el partido como “una fuerza antisistema”.

El ascenso de IL provendría de un voto urbano, joven e intelectualmente liberal. Ha tenido más peso en las áreas metropolitanas del norte del país, las económicamente más desarrolladas, como Oporto y Braga. Iniciativa Liberal se presentó a las elecciones con uno de los programas electorales más sólidos y concretos. Era un hipotético socio del PSD si hubiese ganado en minoría, una vez que Rui Rio dijo expresamente que nunca negociaría con Chega. El líder de IL, João Cotrim de Figueiredo, habló anoche de dos compromisos políticos para esta legislatura: “ser una oposición fuerte e implacable frente al socialismo y trabajar todos los días para convencer a los portugueses de que el liberalismo funciona”.

António Costa, en su comparecencia en la noche electoral, dijo que iba a reunirse con todas las fuerzas políticas representadas en el Parlamento, “salvo con aquella con la que no tiene sentido intentar el diálogo”, afirmó, en clara alusión a Chega.

BE y CDU reconocieron los malos resultados, pero ambos achacaron al primer ministro el haber forzado una crisis que les llevó a esta situación. “La estrategia de António Costa de crear una crisis artificial fue un éxito, una polarización falsa que penalizó a los partidos de la izquierda”, afirmó Catarina Martins, la presidenta de BE y una de las primeras en comparecer.

La primera víctima política de estas legislativas ha sido Francisco Rodrigues dos Santos, el líder del CDS-PP (Centro Democrático Social-Partido Popular), un partido a la derecha del PSD, que dimitió anoche, tras perder la representación parlamentaria al no conseguir ningún escaño (en las elecciones de 2019 obtuvo cinco). El CDS es un partido histórico de la política portuguesa, cofundador de la democracia después del 25 de abril. Tras comunicar su dimisión, sobre el futuro del partido, el presidente del CDS afirmó que “no ha muerto, continúa vivo”. El CDS gobierna en coligación en las regiones autónomas de Madeira y Azores y en unos 50 ayuntamientos por todo el país, en solitario o como socio del centroderecha. Tenía previsto celebrar elecciones internas en breve, pero ahora hay dudas sobre su propia continuidad.

Otros partidos de la izquierda, el PAN (Personas, Animales, Naturaleza) y LIVRE, también protagonizan cambios. El PAN dejará de ser grupo parlamentario (cuatro diputados en 2019) al conseguir en estas elecciones únicamente uno. LIVRE, un partido que se define como “eco-europeísta de izquierda”, regresa al Parlamento con un diputado.

El PSD obtuvo más votos que en 2019 (27,80%) pero se tradujeron en dos escaños menos, ahora mismo tiene 76. La gran pregunta de la noche fue si este resultado provocará la dimisión de Rui Rio, quien declaró al respecto “no consigo argumentar cómo puedo ser útil al partido, habiendo cuatro años de mayoría absoluta del PS por delante”.

El líder de la oposición se mostró templado frente a este dilema, suficientemente claro pero dejando en manos del propio partido que lo eligió presidente hace apenas dos meses la decisión sobre su futuro. “Yo no soy de dramas”, sostuvo, y sobre el hecho que inclinó la balanza del voto práctico de centro hacia la izquierda, manifestó que “el primer responsable soy yo, ¿quién va a ser?”

Otra característica portuguesa suele ser la alta abstención que, esta vez sin embargo, en plena pandemia, ha sido menor. Con cerca de un millón de personas confinadas por COVID, se estableció para ellos un horario de voto exclusivo, de 18 a 19 horas. El 42% de abstención mejora mucho las cifras de otras elecciones, para la cual los analistas consideran que habría sido decisiva la movilización de las personas mayores.

PORTUGAL Y SU POCA AFICIÓN A LAS MAYORÍAS ABSOLUTAS

Según el propio Costa, los portugueses no están habituados a las mayorías. Aunque el conservador Cavaco Silva y el socialista Sócrates gobernaron con mayoría, Costa empezó la campaña pidiendo mayoría absoluta, para desistir después de esta expectativa y acabar por conseguirla. “Quiero reconciliar a los portugueses con la mayoría absoluta, y con que la estabilidad es buena para la democracia”, afirmó en su comparecencia ante los medios cuando ya se sabía ganador absoluto, pasada la medianoche, con el 41,68% de los votos.

“Mayoría absoluta no es poder absoluto, nadie gobierna solo”, dijo un muy emocionado Costa, añadiendo que el primer vigilante para no extralimitarse será él mismo. Satisfecho por la tranquilidad del holgado resultado con el que afrontar el programa de recuperación económica del país, lo consideró “una victoria de la humildad, la confianza y la estabilidad”.

También manifestó que dialogaría con todos menos con uno, y que su misión será “pasar la página de la pandemia y enfocar todas las energías en la recuperación del país”. En la campaña electoral habló sobre la intención de formar un gobierno más pequeño, con menos ministros, y avanzar con la regionalización del país, dando más competencias a los ayuntamientos.

EL PROGRAMA DEL PARTIDO SOCIALISTA

Algunos puntos principales del programa electoral de PS son los siguientes:

  • Alcanzar los 900 euros mensuales de salario mínimo en 2026, a través de una estrategia plurianual de actualización.
  • Aumentar el carácter progresivo de la tributación, con nuevos escalones en la declaración de la renta.
  • Simplificar la burocracia, creando el denominado “Simplex” para la gestión de los fondos europeos.
  • Considerar la implementación de la jubilación a tiempo parcial, como forma de ampliar la permanencia en el mercado de trabajo de una ciudanía sénior activa e involucrada en la sociedad.
  • Creación del ‘Vale Forestal’, una ayuda destinada a los pequeños propietarios que se ocupen de de la limpieza, gestión del material combustible o arborización de su terreno, contribuyendo así a la prevención de incendios.
  • Continuar con la iniciativa para legalizar la eutanasia, presentada en 2020.
  • Apostar por la sanidad pública, pero sin dejar de considerar el recurrir al sector privado para reducir las listas de espera.
  • Acceso de los inmigrantes en fase de regularización a todos los servicios sanitarios.
  • Mantener la permanencia en la OTAN y aumentar el presupuesto destinado a Defensa, previendo situarlo entre el 1,66 y el 1,98 del PIB en 2024.
  • No a la introducción de la energía nuclear en Portugal.
  • Mantener la radio y televisión pública (RTP).
  • Abrir del debate de la regionalización.

¿Y LAS RELACIONES CON ESPAÑA?

Pedro Sánchez y António Costa han presumido de tener buena sintonía. Han celebrado tres Cumbres Hispano-lusas, la primera en Valladolid, la segunda en Guarda y la tercera en Trujillo. Sin embargo, el avance en los eternos temas continúa sin producirse.

Las comunicaciones en la Raya suelen protagonizar estas reuniones. Muchas veces ha sido anunciada la mejora de la carretera entre Castelo Branco y la frontera con Cáceres, entre Bragança y Puebla de Sanabria o la autovía de Zamora a la frontera por Alcañices. Todas ellas se han dado por definitivas en muchas ocasiones, pero siguen sin concretarse las obras.

La alta velocidad Madrid-Lisboa por Badajoz avanza pero a un ritmo mucho más lento del anunciado. La extensión del Tren del Duero hasta la frontera con Salamanca, aprobada por unanimidad en el Parlamento portugués en 2020, está siendo objeto de estudio por una comisión creada al efecto, cuyas conclusiones se esperan para el verano de 2022.

Y nada se conoce sobre las conclusiones del grupo de trabajo hispano-luso surgido para afrontrar la emergencia demográfica de los territorios interiores.

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA Y LA MAYORÍA SOCIALISTA

Durante estos últimos seis años, ha habido una evidente sintonía entre el presidente de la República y el primer ministro, a pesar de ser Marcelo Rebelo de Sousa del PSD y António Costa del PS. Ambos parecen encontrar muchos puntos en común en su forma de entender la política.

Si durante estos años se interpretó la figura del presidente como estabilizadora de las diferencias entre los socios de gobierno, ahora que éste lo hará con mayoría y sin contrapesos, los expertos apuntan la posibilidad de que el papel de Rebelo de Sousa se focalice en equilibrar el poder gubernamental, si fuese necesario.