, 22 de diciembre de 2024
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El emotivo homenaje a Roberto Fraile por parte de sus compañeros en La 8 de Salamanca
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salmantino asesinado en Burkina Faso

El emotivo homenaje a Roberto Fraile por parte de sus compañeros en La 8 de Salamanca

Actualizado 28/04/2021
Redacción

"Esa era la pasión de Roberto Fraile. Pasión por escarbar en esas historias que molestan, que muchos ponen mucho celo en que nunca vean la luz"

Los compañeros y compañeras de Roberto Fraile en La 8 Salamanca ha rendido un emotivo homenaje al cámara asesinado en Burkina Faso, que han divulgado en las redes sociales. En él destacan la vocación y pasión periodística de este profesional dispuesto a todo por contar la dura realidad que viven muchas personas y que otros quieren ocultar.

Mensaje de la plantilla de La 8 de Salamanca:

A ver cómo se puede explicar esto a quién no entienda qué es una pasión.

A ver cómo se puede entender que alguien, de repente, arme el petate con cuatro cosas imprescindibles y se vaya al otro rincón del mundo, ese que no importa a casi nadie, detrás de una historia que no importa a casi nadie.

Pues por eso mismo. Porque había que poner toda la pasión en mostrarlo, en contarlo. Porque así tal vez esa historia dejara de no importarle a casi nadie y pasara a importar a casi todos. Y entonces, quizá, el mundo se hiciera un poco mejor. Porque la luz no resuelve los problemas por sí sola, pero es más fácil encontrar una salida cuando no estás obligado a ir a tientas.

Esa era la pasión de Roberto Fraile. Pasión por escarbar en esas historias que molestan, que muchos ponen mucho celo en que nunca vean la luz. Pasión por la verdad. Por ir y contarlo. Y luego ya verás tú mismo que nada es tan fácil como parece.

Hacía más de veinte años que Roberto Fraile formaba parte de lo que hoy es La 8 de Salamanca. Tiempo en el que todos hemos tenido la suerte de convivir con ese empeño, esa determinación inquebrantable. Esa pasión.

Que tenía sus costes, claro. Los viajes, las ausencias. Los riesgos. Situaciones capaces de poner los pelos de punta al más pintado y de las que nos enterábamos luego, bastante después, en medio de anécdotas e incluso de alguna sonrisa.

Esa pasión que hacía que todo mereciera la pena. Que todo formara parte del mismo paquete: la cámara, los objetivos, el pasaporte. El casco y el chaleco antibalas.

Y así nos hemos quedado. Con ganas de seguir disfrutando de esas imágenes únicas que pocos saben ver. De esa paciencia de artesano hasta que la luz hace su magia y entonces todo forma parte de una coreografía que parece perfectamente ensayada para ese plano para el que en realidad ha habido que esperar horas y conjugar toda suerte de técnicas y, a menudo, de peligros.

Con ganas de verte volver con la media sonrisa irónica en los labios y, al cabo de un tiempo, reconocer que aquella vez en Burkina Faso sí que casi casi. Pero que qué demonios, ya estás haciendo la maleta para otro viaje, que sigue habiendo historias pendientes.

Pero, maldita sea, parece que esta vez no. Que al final no vas a volver de allí donde te fuiste siguiendo esa pasión. Por si acaso, te esperamos, Roberto, compañero. Todos, roto el corazón.

Lidia, Antonio, Alba, Ana, Diana, Elena, Jorge, José Ángel, Lydia, Paco, Silvia, Sara, Víctor, Alberto, Concha, Javier, María, Paco, Ramón, Raquel, Susana, Víctor, Mercedes, Alberto, Diana, Mari Sol, Rafa.