Viernes, 10 de mayo de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Aniversario del Convento Carmelita Descalzo de Mancera de Abajo
X
MANCERA DE ABAJO

Aniversario del Convento Carmelita Descalzo de Mancera de Abajo

Actualizado 12/06/2020
Manuel Diego

Segundo convento masculino de la Reforma Teresiana (1570-2020)

La ocasión conmemorativa del 450º aniversario de la fundación carmelita de Mancera de Abajo nos permite hacer algunas consideraciones de carácter histórico que resalten los vínculos teresiano-sanjuanistas de este lugar que actualmente forma parte de la Ruta de peregrinación llamada 'De la cuna al sepulcro'.

Todo ello dentro de un entorno (Ávila, Fontiveros, Duruelo, Mancera, Salamanca, Alba de Tormes?) que tiene la singularidad de juntar tantos motivos, ya sea el de ser la cuna de los dos reformadores y místicos carmelitas, incluso la cuna y los orígenes de la reforma teresiana, como también el espacio geográfico más conocido y pisado por ellos. De ahí que si a estos sitios le añadimos los cercanos lugares de Segovia, Arévalo, Medina del Campo, podemos hablar incluso del mejor enclave (el más concentrado y evocativo) de lo que se puede considerar la Ruta de la mística castellana del siglo XVI.

Segundo convento masculino de la Reforma Teresiana

Mancera pertenece a los mismos orígenes del Carmelo Teresiano, puesto que recibe apenas un año y medio después, a la comunidad original del proyecto reformador para hombres ideado por Teresa, la de Duruelo, situado a pocos kilómetros y que tenía unas condiciones de vida durísimas. Estamos, pues, con Mancera en los primeros momentos de esa experiencia espiritual tan fecunda, cuando la comunidad inicial sigue estando guiada por los dos protagonistas de la primera hora: san Juan de la Cruz y el padre Antonio de Jesús, bajo la orientación de Teresa de Jesús. La Santa hizo de cronista de ambas fundaciones (Fundaciones 14), y lo hizo con mimo y mucho detalle sabiendo de la trascendencia que tenía para su proyecto esta reforma entre los frailes. Gracias al Señor de Mancera y de las cinco villas (Salmoral, Naharros, San Miguel, Montalvo y Gallegos), Luis de Toledo y su esposa Isabel de Leiva, miembros de una rama colateral de la casa ducal de Alba y que tuvieron un hijo e hija carmelitas descalzos, se funda este convento o, mejor dicho, se hace la traslación de Duruelo a este lugar con una sencilla procesión entre ambos sitios y la misa solemne en la iglesia parroquial. Esto ocurrió en la mañana del 11 de junio de 1570, fiesta de san Bernabé.

La Santa lo resume así: "Llámase este lugar Mancera. Aunque no tenía ninguna agua de pozo, ni de ninguna manera parecía la podían tener allí, labróles este caballero un monasterio conforme a su profesión, pequeño, y dio ornamentos; hízolo muy bien" (Fundaciones 14,9). Para este nuevo convento siguieron en sus cargos los mismos de Duruelo: Fr. Antonio de Jesús Heredia como prior, y San Juan de la Cruz de suprior y maestro de novicios. De hecho Fr. Juan preside y recibe los votos de los dos primeros candidatos que ya habían empezado su noviciado en Duruelo (8-10-1570). Mancera, pues, se convierte así no sólo en el heredero de la primacía de Duruelo, sino además en el 1º noviciado de la Reforma teresiana que tiene la suerte de tener por formador al mismo padre espiritual del Carmelo Teresiano, a San Juan de la Cruz. Pero al mismo tiempo de Mancera, hay otro centro vocacional no menos importante, el de Pastrana en Guadalajara (13-7-1569) que contemporáneamente desarrolla una intensa promoción de mucho éxito por la cercanía de la Universidad de Alcalá. De este modo, Mancera y Pastrana, se convierten en los dos focos más importantes de captación de personal para la nueva familia carmelitana ideada por santa Teresa.

Aniversario del Convento Carmelita Descalzo de Mancera de Abajo | Imagen 1

Una presencia sanjuanista de gran trascendencia

Visitada esta villa por la Santa en sucesivas ocasiones, sin embargo Mancera es sobre todo un capítulo importante de la vida de Juan de la Cruz, aunque a veces los biógrafos no le concedan tanto espacio. Y lo es no tanto por su faceta de escritor, que es muy posterior, cuanto más bien por la de maestro espiritual, formador que inicia a otros a la vida carmelitana, una tarea que le encantaba y que la va a ejercer de por vida. Juan de la Cruz desde Mancera es sobre todo el Padre y Maestro del Carmelo Teresiano. De hecho, será reclamado en sucesivas ocasiones, y ahora con esta misma tarea (o si no, con la de enderezar el proyecto formativo de Pastrana, un tanto peligroso, y el de Alcalá) tiene que viajar desde Mancera a esos nuevos conventos entre 1570 y 1571, justo hasta que es nombrado rector de la primera casa de estudios, la de Alcalá de Henares (abril 1571), y así ya no volverá a estos primeros lugares tan queridos de Duruelo y Mancera, aunque sabemos de una venida a Mancera desde la Encarnación de Ávila para la elección del prior de la casa (11-9-1575). Es la experiencia educacional de Mancera la que tratará de difundir e implantar en otros centros de Castilla y Andalucía, aunque no siempre con buen éxito. Y este magisterio oral está a la base de la posterior fase (muy tardía) de escritor místico. Uno de los biógrafos sanjuanistas más informados, cuando tiene que justificar las ausencias del prior de Mancera y que por eso a Fr. Juan le incumbe dirigir la comunidad y educar novicios, lo enjuicia de esta manera: "y el beato fr. Juan regía su convento en su lugar. Y según las ausencias del padre fray Antonio de Jesús se colige que el beato padre, desde que comenzó la Reforma hasta ahora lo más del tiempo gobernó este monasterio de Mancera, con que tuvo tiempo para plantar, como plantó, allí su espíritu y toda perfección" (Alonso de la M. de Dios, c. XX). Esta fue la aportación de Mancera a la Reforma Teresiana, aunque después pasara a lugar secundario remontada por otros noviciados (Pastrana, Valladolid?), pero aquí se dio la experiencia carmelitana primigenia que, gracias a la movilidad de Juan de la Cruz por Castilla y Andalucía, se difunde y erige en modelo de iniciación a este nuevo estilo de vida ideado por Teresa de Jesús. Porque, no se ha de olvidar, que las primeras fundaciones masculinas como que se le escaparon de las manos a la fundadora y hubo un serio peligro de distorsión de su ideal, pero que en este caso, gracias a Juan de la Cruz, pudo controlar y encarrilar.

Por el noviciado de Mancera (1570-1600) pasaron muchos candidatos, algunos atraídos desde la vecina ciudad universitaria de Salamanca, no pocos provenientes del antiguo tronco del Carmelo (carmelitas calzados) que adhirieron a la nueva forma de vida carmelitana, aunque el libro de profesiones registra solamente el número de 45 entre los años 1570-1591, con algún curso bastante significativo, como es el año 1573 con 8 profesos. Entre ellos uno que llegó a tres veces Superior General de la Orden en Roma, Ferdinando de santa María; aquí profesó también en manos de Juan de la Cruz (1570) al que podemos considerar como el primer fraile lego de la Reforma, Hº Pedro de los Ángeles; y hasta nos hallamos con un fraile natural de Goa, India, José Evangelista, que profesó en 1585. La experiencia como tal duró hasta el mismo año en que se suprime el convento (1600) y se traslada a Ávila. Gracián, que lo llegó a conocer, incluso como superior provincial, apostilla: "Perseveró mucho tiempo este convento de Mancera y tomaron en él hábito muy buenos sujetos" (Peregrinación de Anastasio XIII).

Mancera se traslada a Ávila

La experiencia primigenia de Duruelo duró apenas año y medio, pero Mancera se mantuvo hasta unos 30 años, por lo que participaba activamente en la vida y capítulos de la antigua provincia castellana, al considerarse una fundación dentro de la legalidad permitida por el General de la Orden Padre Rubeo que había concedido a santa Teresa sólo la fundación de dos conventos reformados o contemplativos en Castilla; luego entró ya en la organización independiente de la provincia descalza (1581) y hasta conoció la nueva situación de gobierno ideada por el Padre Nicolás Doria. De hecho encontramos siempre al prior de Mancera como miembro de derecho de los Capítulos de la nueva provincia descalza de Castilla la Vieja. O sea que funcionó durante tiempo como un convento en toda regla y, por eso, cuenta con una lista de 13 priores, desde el famoso Antonio de Jesús Heredia que lo fue en dos ocasiones (1570-1572 y 1580-1581), hasta el último que fue Pedro de la Anunciación (1597-1600); pero lo fueron también otros religiosos competentes, como Francisco de la Concepción Espinel (1572-1575), el famoso catalán Juan de Jesús Roca (1575-1579), Germán de san Matías, compañero de Juan de la Cruz en la Encarnación y en el apresamiento (1579), Juan Bautista el Remendado (1583-1585).

Nos podemos preguntar el porqué se abandona Mancera en el 1600. Digamos que por política interna; la de favorecer y dignificar la nueva fundación masculina de Ávila en torno a la casa natal teresiana; Mancera era diócesis de Ávila y el obispo Otaduy que la patrocinaba, también la Orden, veían necesario el colocar esta nueva fundación abulense a la cabeza, de modo que en Ávila recayesen por igual el primado del Carmelo femenino (monasterio de San José) y aquel otro masculino (Convento de la Santa). De hecho, el privilegio que tenía Mancera de ser el 1º convento de la Reforma, que se traducía en ciertas consideraciones oficiales y de protocolo (p.e. el 1ºasiento en los capítulos), pasará de inmediato a Ávila que lo ostentará siempre.

Pero se aducen otras razones para justificar una decisión tan seria, que en cierta manera corrían ya casi desde el momento fundacional; como que el lugar era insano y proclive a enfermedades; lugar apartado de las grandes ciudades y poco propicio a la propaganda vocacional, etc. La misma crónica antigua de la Orden, escrita a distancia de la supresión (1644), llega a decir que la decisión de trasladarse de Duruelo a Mancera fue "no tan bien cimentada al parecer de algunos, si bien se alegan congruentes razones" (1, 134); e incluso se apoya en la misma Santa Teresa para encontrar inconvenientes: "Refiere nuestra Santa Madre esta traslación, pero no la alaba, ni dice contra ella, ni se sabe que la consultasen para hacerla; con que quedó en sospecha de la conveniencia" (ibid.). Aunque se suele dar la fecha del 1600, en realidad los frailes debieron abandonarlo antes y trasladarse a Ávila, aunque todavía no al sitio del convento actual abulense, como así se afirma en el antiguo libro de profesiones: "El año de mil quinientos noventa y siete, último día de agosto, se trasladó el convento de Mancera a Ávila" (Espicilegio historial, fol. 102v).

De esta manera se abandona este lugar de presencia teresiana y sanjuanista, situado de frente al palacio señorial de los Toledo, que aún en nuestros días es el único recuerdo histórico del tiempo, junto con la iglesia parroquial y la antigua huerta del convento. Años después (1608) el convento carmelita fue ocupado por los Frailes Mínimos que se mantuvieron en el mismo sitio hasta la exclaustración (1836). Y después de más de un siglo de abandono, el lugar lo recupera para la Orden Carmelita Santa Maravilla de Jesús que funda aquí un monasterio de monjas (1944) todavía subsistente.

Aniversario del Convento Carmelita Descalzo de Mancera de Abajo | Imagen 2

Últimos recuerdos de la presencia carmelitana

Y hablando de recuerdos carmelitas en Mancera, se suele citar el juego de candelabros de altar, de factura pobre, existente aún en la parroquia y cuya procedencia conventual viene delatada por el escudo carmelitano. Pero nadie cita un texto muy significativo del siglo XVIII donde los nuevos inquilinos del convento, los frailes Mínimos, en una aprobación de la publicación del sermón de la inauguración de la iglesia carmelita de Fontiveros y descripción del dicho convento y fiestas, evocan la tradición y recuerdos que han llegado hasta sus días en este lugar que ocupan (25-2-1724): "Lo que otro juzgará trabajo, atribuye nuestro tierno afecto a dicha. Fuélo el tener en este convento (cuando comenzó la estrechísima Reforma, que hasta hoy se multiplica como el grano de mostaza, en árbol tan copado, que infinitas aves del cielo le habitan) al bienaventurado San Juan de la Cruz por Suprior y Maestro de novicios, hasta que el Padre Prior el venerable fr. Antonio de Jesús le envió a Pastrana a entablar la educación y ejercicios de aquel Noviciado. Y entre nosotros es tradición sucesiva, que dos celdas que están junto a la escalera que baja a la Sacristía (aunque no en la magnitud que hoy tienen) es el ámbito de las moradas de San Juan de la Cruz y la mística Doctora y Madre Santa Teresa de Jesús, donde se detenía siempre que hacía tránsito de Alba a Ávila, o de esta ciudad a aquella villa. Pero lo que no ha podido obscurecer el tiempo, es el Cáliz y patena con las armas de esta sagrada familia carmelita, que se conservan en nuestro poder y Sacristía, con que tantas veces celebró aquel Serafín en carne humana que, aunque (como convenía a tanta pobreza y estrechez como se comenzó la Reforma), exceptuada la copa, lo demás es de un vastísimo bronce, /nunca ha permitido nuestra devoción renovación en lo físico, por no perder la venerable estimación en lo moral, en que siempre es preclaro nuestro Cáliz?" (Salamanca, 1724, pp. 1-2). Esto quiere decir que en el siglo XVIII no se había desvanecido aún el recuerdo carmelitano de este lugar.

Vínculos con Alba de Tormes

La cercanía de Alba de Tormes, el parentesco de los Señores con la familia ducal, hasta el escudo nobiliario (p.e. el que campea en la fachada del ayuntamiento), todo nos habla de una especial relación entre ambos sitios. Por ejemplo: entre otras ocasiones, por aquí pasó Teresa con el fin de llevarse consigo a fr. Juan de la Cruz como compañero en la fundación de Alba (enero 1571); el famoso prior de Mancera, Antonio de Jesús Heredia, muy amigo de la familia ducal albense, es el que en calidad de vicario manda torcer el camino a la Santa (por encargo de la duquesa) en Medina del Campo, septiembre 1582, y así murió en Alba; y fue además el fraile que la acompañó en la enfermedad y administró los últimos sacramentos antes de morir; por Mancera volvió el cuerpo muerto de Teresa de camino desde Ávila a Alba, y allí estuvo depositado una noche (22-8-1586 ), realizando en esta ocasión un milagro entre uno de los moradores del convento; y, por último, en Mancera han profesado entre 1573-1575 los primeros religiosos carmelitas descalzos que se conocen como naturales de Alba (Tomás de la Asunción, Pedro de San Alberto, Antonio de Santa María Lugones y Jerónimo de la Encarnación), el tercero de los cuales era criado de los duques. Estos y otros motivos nos hablan de una cercanía histórica y sentimental muy fuerte, que se consolidará cuando Teresa de Jesús muera en Alba de Tormes (4-10-1582) y allí quede su sepulcro para siempre. Así hasta nuestros días.

Manuel Diego Sánchez, carmelita

Comentarios...