En una situación como la actual, resulta fundamental elegir bien cómo y dónde nos informamos para evitar la saturación de noticias en torno a la pandemia y el abuso de quienes ven en el problema una oportunidad para hacer circular bulos
A medida que la crisis del coronavirus ha ido instalándose en nuestras vidas como una mancha de aceite han surgido algunos problemas asociados. Uno de los más importantes está relacionado con el gran volumen de información sobre la enfermedad que nos llega cada día por diferentes vías. Tal es la cantidad de noticias relacionadas con esta pandemia mundial que, literalmente, en muchas ocasiones no nos da tiempo a filtrar todas las que recibimos desde redes sociales, aplicaciones de charla, informaciones de amigos que aseguran ser de primera mano y muy certeras? y caemos inevitablemente en lo que se da en llamar 'infoxicación'. Nos saturamos e, incluso, caemos en el pesimismo.
Vivimos en una sociedad hiperinformada y eso, en muchas ocasiones, provoca un aumento del miedo y la ansiedad. La situación actual es territorio propicio para los amigos de los bulos y las noticias falsas, que normalmente tienden a preocuparnos en exceso.
En estos tiempos, hemos de dar únicamente validez a lo que dicen las autoridades sanitarias y tener mucha cautela con todo lo que no sea una fuente oficial. Especialmente preocupante resulta el caso de las personas mayores. En muchos casos están actualizadas pero quizá no son conscientes de lo necesario que es hacer un sesgo de la información. Y es una de las precauciones que hemos de tomar para evitar, incluso, que sea nocivo para nuestra salud.
El hecho de que prácticamente hayan desparecido las noticias que no tengan que ver con la enfermedad contribuye a ahondar en esa infoxicación pero lo cierto es que hemos de tomarnos unos minutos cada día para ser conscientes de que, aunque esté pasando lo que está pasando, la vida continúa y esto solo es una situación transitoria. En algún momento no muy lejano empezaremos a hablar de otras cosas.