"Si la tendencia se mantiene, el 80% de los hombres y el 55% de las mujeres tendrán sobrepeso u obesidad en 2030", lo que supone además un importante coste sanitario y un desafío para los sistemas públicos de salud
La prevalencia de la obesidad arroja datos muy preocupantes. "Es una patología tan emergente y con tanta repercusión en la salud de la población que es fundamental trabajar en la prevención", tal y como subraya María Teresa Mories, endocrinóloga del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca. La obesidad, definida como un exceso de grasa, no solo aumenta el riesgo de padecer otras enfermedades (hipertensión arterial, diabetes, dislipemias, apneas del sueño, ansiedad, depresión o trastrornos de la conducta alimentaria), sino que supone un importante coste sanitario y un desafío para los sistemas públicos de salud.
Según los datos del Estudio Nutricional de la Población Española (ENPE) 2015, más del 60% de los españoles sufre exceso de peso. El 39,3 % de los españoles sufren sobrepeso (IMC entre 25 y 29.9) y el 21, 6% obesidad (IMC? 30). Además, "en comparación con datos precedentes, se observa un aumento importante de la prevalencia de esta enfermedad". Estas cifras, añade la doctora Mories, "son muy preocupantes y no siempre somos conscientes de que la obesidad no es un "problema estético", sino una enfermedad crónica que predispone al desarrollo de otras patologías, que afecta a la calidad de vida y que incrementa la mortalidad".
¿Cuándo el sobrepeso empieza a ser un problema? "Los estudios poblacionales más recientes objetivan una asociación entre el aumento del IMC (índice de masa corporal) y el exceso de mortalidad que se produce a partir de un IMC de 25, es decir, con cualquier grado de sobrepeso, si bien éste aumento es pequeño en los grados leves de sobrepeso y el riesgo se incrementa según progresa la intensidad del mismo".
Riesgos del sobrepeso
Tener problemas de sobrepeso aumenta las probabilidades de padecer otras patologías. "Diabetes mellitus de tipo 2, hipertensión arterial, dislipemia, enfermedades cardiovasculares (infarto de miocardio, ictus); enfermedades digestivas como hernia de hiato, hígado graso y litiasis biliar; enfermedades respiratorias como el asma o el síndrome de apnea del sueño; osteoartropatía en articulaciones de carga; infertilidad, y también a determinados tumores (esófago, colorrectal, páncreas, próstata, mama, endometrio, etc)". Por dar unas cifras, añade la doctora Mories, "se estima que el 44% de los casos mundiales de diabetes, el 23% de cardiopatía isquémica y el 7-41% de determinados cánceres están relacionados con el sobrepeso y la obesidad".
Coste sanitario
La obesidad también tiene un coste sanitario, por lo que es clave incidir en la prevención. "Además de la repercusión en la salud y en la esperanza de vida de la población y como consecuencia de ello, la obesidad incrementa de manera significativa el gasto sanitario. Supone actualmente unos 2.000 millones de euros anuales, suponiendo el 10% del presupuesto sanitario de nuestro país".
Recientemente, apunta, "se ha publicado en la Revista Española de Cardiología un trabajo que ha revisado medio centenar de estudios sobre la prevalencia del exceso de peso en España y que concluye que si la tendencia se mantiene, el 80% de los hombres y el 55% de las mujeres tendrán sobrepeso u obesidad en 2030. España tendrá más de 27 millones de personas con exceso de peso dentro de 10 años, lo cual supondrá un sobrecoste estimado de 3.000 millones de euros para el sistema de salud".
Prevención
La pregunta es, ¿hasta qué punto está en nuestras manos prevenir el sobrepeso y la obesidad? "Es cierto que nuestro estilo de vida, las condiciones ambientales y el entorno social no ayudan en este sentido", pero es fundamental "trabajar en la prevención".
"La educación en hábitos de vida saludables (dieta mediterránea, consumo de alimentos frescos y disminución del de productos procesados, y ejercicio físico) es clave", añadiendo que "esto es una tarea de todos. De los profesionales y autoridades sanitarias, de los educadores, de las familias y de los propios consumidores".
Además, "la industria alimentaria debe comprometerse en la elaboración de productos más saludables, con menos azúcares refinados y con menos grasas y de mejor calidad. Desde las diferentes administraciones se debería facilitar el consumo de productos frescos, frutas, hortalizas, legumbres, etc, con una política de abaratamiento de impuestos que los haga más accesibles a todas las franjas de población".
Cirugía
En determinados casos es necesario recurrir a la cirugía para tratar la obesidad. "Las indicaciones aceptadas de forma más generalizada son pacientes con obesidad mórbida, es decir IMC ? 40, en los que el tratamiento médico reglado durante más de un año no ha conseguido resultados satisfactorios, o bien pacientes con IMC entre 35 y 40 en los que el tratamiento médico no ha dado resultados satisfactorios y que presentan patologías secundarias a la obesidad que limitan su calidad de vida y que son susceptibles de mejorar con la reducción ponderal", explica la doctora Mories. Además, "los pacientes no deben ser portadores de patología orgánica o psiquiátrica graves que contraindiquen la cirugía. Tras una valoración individualizada por parte de un comité multidisciplinar se podría indicar también en pacientes seleccionados, con un grado menor de obesidad, portadores de una diabetes mellitus de tipo 2 de difícil control y aumento del riesgo cardiovascular".