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Pasión cofrade en Alba de Tormes (Parte I)
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SEMANA SANTA

Pasión cofrade en Alba de Tormes (Parte I)

Actualizado 17/04/2019
Manuel Diego

El carmelita albense, Manuel Diego, relata en dos capítulos la historia y proyección de la Semana Santa albense

La grata sorpresa del cartel y el tríptico de la Semana Santa 2019, ambos impresos a color y editados por la nueva Junta de Cofradías de Alba de Tormes y la Parroquia de san Pedro (cosa que sucede por vez primera), me impulsan a plantear que ya va siendo hora de que nos proporcionemos una Guía documentada de nuestra Semana Santa que tiene ya varios siglos de historia, si no es que más bien habría que pensar en un proyecto de historia de la misma como un capítulo importante de la historia general de la villa que aún está por escribir. Porque además la Semana Santa de Alba es singular, ya que a partir de la celebración del Misterio de Cristo en la Liturgia de estos días (siempre lo principal e insustituible), de ella o se desprenden una serie de variantes que, por la importancia de estas fechas, tocan al sector de la religiosidad popular, usos y costumbres y hasta la gastronomía local. Y es que a estas alturas podemos además presumir de una Semana Santa con una proyección artística de calidad en alguno de sus pasos, con su versión literaria (Sánchez Rojas, Álamo Salazar, Juan Alberto de los Cármenes, Francisco Soto?), musical (partituras compuestas en y para Alba), y como no, también con un estilo teresiano y sanjuanista propio, porque Teresa y Juan de la Cruz con su visita y presencia entre nosotros han marcado nuestra historia, también este capítulo tan particular.

Quiero ofrecer en primicia algunos datos sueltos que pueden ayudar a incentivar este trabajo de búsqueda e investigación, de todo punto necesario para dar a nuestra Semana Santa una proyección que vaya más allá de lo local aunque, claro está, lo primero es que todo lo nuestro empecemos por conocerlo los de casa. Por ahí hay que empezar, incluso para ilusionar la adhesión de más gente (sobre todo jóvenes y hasta de niños) a nuestras cofradías de la Pasión.

El influjo de la espiritualidad franciscana

No siempre tenemos fuentes de primera mano, pero para mí se trata de una hipótesis muy fiable y que puede ser el mejor punto de partida de toda investigación sobre el tema. Como ocurre en otros sitios, lo mismo sucede en Alba, ha sido la presencia franciscana (la de los frailes duró hasta el 1836) la que más ha ayudado a todo lo relativo de devociones y prácticas, cofradías y procesiones de estos días, y de lo que ?aun sin ser conscientes y haber perdido ya esta memoria- todavía vivimos de ello. Y esto por su espiritualidad tan ligada a la evocación de la humanidad de Cristo (Navidad, Pasión y muerte), como también por el influjo que ejercían en el laicado agregado a ellos, como es el caso de la Orden Tercera de San Francisco que, inexplicablemente, todavía subsiste en nuestra villa. Cuando se habla de órdenes y cofradías de penitencia, de procesiones penitenciales, de paradas de penitencia, toda esta terminología esconde un sabor franciscano seguro. Añadir que hasta nuestros días esto se ha mantenido gracias a la presencia de las religiosas Isabeles (monjas terciarias franciscanas), las cuales llevan tanto la Orden Tercera Franciscana albense como también se preocupan de algunos pasos de Semana Santa que provienen de su convento. Este me parece el punto de partida más cierto que se puede ofrecer, aunque está pidiendo el ser clarificado y documentado.

En las actas municipales consta que muchos actos de la cuaresma y Semana Santa eran promovidos y sostenidos económicamente por el ayuntamiento, y realizados en la que entonces era la parroquia principal de la villa y que acogía todos los festejos religiosos oficiales, es decir, la iglesia de san Juan; pues estos actos cuaresmales y de Semana Santa casi estaban siempre encomendados a los franciscanos del convento albense (sobre todo los sermones más tradicionales de estos días). Por eso, cuando los franciscanos se quejaban de ser postergados en la Semana Santa local, no defendían el orgullo corporativo de familia religiosa, sino más bien la tradición que se remontaba mucho tiempo atrás, por su labor primordial y cuidado en la constitución y asesoramiento de procesiones y cofradías penitenciales. Allá por el 1696 hubo un litigio entre frailes y clérigos con carácter judicial, y se expresaban así los franciscanos de Alba: que hasta ahora "han estado y están en la quieta y pacífica posesión de presidir todas las procesiones de Jueves y Viernes Santo de cada año, con capa pluvial, precediendo a la Clerecía secular de dicha villa", que tenía que ir detrás de ellos. De todas estas discusiones que hoy nos hacen reír ha quedado bastante documentación.

Pero lo que quiero resaltar es que la presencia medieval de los franciscanos en Alba está al origen de muchos de los actos populares y devocionales de la Semana Santa. De ninguna manera se debe atribuir este influjo a premostratenses, jerónimos, benedictinas y carmelitas. Me parece que se trata de un principio metodológico a no perder de vista en cualquier estudio serio sobre el tema.

Pasión cofrade en Alba de Tormes (Parte I) | Imagen 1

Fuentes históricas que se remontan al siglo XVI

Un documento que me encontré en el archivo diocesano refleja, aunque tardíamente, la situación de todos los actos de la Semana Santa, incluso los litúrgicos, entre todas las parroquias de la villa, lo cual quiere decir que, aunque independiente jurídicamente cada parroquia y con territorio propio, en estas fechas tan importantes se aunaban esfuerzos y se repartían entre clero y cofradías de cada parroquia la representatividad de tantos actos. Voy a transcribir el documento (adaptándolo y haciéndolo legible), porque hasta ahora (yo por lo menos) no he encontrado nada que dé una visión de conjunto sobre la Semana Santa de tiempos atrás, aunque seguramente éste ha sido escrito desde la tarea que tienen que asumir y repartirse todos los clérigos de la villa:

- DOMINGO DE RAMOS: [Misa y procesión de ramos].

- JUEVES SANTO: el Mandato (rito y sermón del Lavatorio de los pies); luego una Procesión de disciplina muy documentada que partía desde San Francisco.

- VIERNES SANTO: (nada concreto indica, pero es evidente que estaría la adoración de la Cruz, el sermón de las 7 palabras y las consiguientes procesiones, de seguro las más numerosas y solemnes de todo el triduo sacro).

- SABADO SANTO (por una corrupción medieval, los ritos del fuego, de la luz y del bautismo, y misa de resurrección (que nacieron como nocturnos) se hacían ya en este día, por la mañana, así hasta el 1955, en que Pio XII repristina la antigua vigilia pascual nocturna. Por todo lo cual, el toque de campanas a gloria y, posiblemente, hasta la procesión del Resucitado se celebraba el Sábado Santo por la mañana (se entiende hasta el 1955).

- LUNES DE AGUAS, es decir Lunes 2º de Pascua, no sabemos el por qué, pero, además de la Misa, habría algún acto devoto popular en un día de tanta tradición en la diócesis salmantina.

(*Salamanca, archivo diocesano, Parroquias de Alba, 112/18-12: Relación de las fiestas que celebra el Cabildo de Alba; hojas sueltas de un libro antiguo (parece del siglo XVII, aunque retocado y añadido en el XVIII).

Y por lo que toca a las Cofradías locales de Semana Santa, resulta un tanto raro que únicamente conste y haya documentación de una sola, la llamada 'Cofradía de la Vera Cruz' de la que se conserva su documentación más antigua (1580-1905) en el archivo diocesano, y se entiende que la posterior se guarda en el archivo parroquial. En otros documentos se la llama 'Cofradía de la Cruz', pero siempre se trata de la misma, la cual organizaba algún acto en la iglesia del convento de las Carmelitas Descalzas, puesto que se conserva un documento del 1579 apenas fundado éste (viviendo aún santa Teresa!), en que la fundadora del mismo, la famosa Teresa de Layz, da una limosna para que la procesión penitencial que el Jueves Santo sale de San Francisco, haga parada y ore en la iglesia de las Madres. Hubo algún que otro problema, pero así se haría durante años y hay que pensar sería más bien oración ante el Monumento. Ahora tocará dilucidar si la famosa Cofradía de la Vera Cruz era de origen franciscano y tenía allí su sede, pasando después (1836), por la ausencia de los franciscanos, a la dirección y control de la Parroquia. Porque no se ha de vincular originalmente a la ermita de la Vera Cruz, que en su tiempo fue parroquia. Y lo de guardar allí los pasos es muy posterior. Un tema pendiente de dilucidar.

Lo dicho no se ha de interpretar como ausencia o caída de otras cofradías, porque en el caso de la ya mencionada Orden Tercera de San Francisco, ésta tenía sus obligaciones y actos penitenciales propios durante la cuaresma y Semana Santa (p.e. el Miserere de los viernes, el ejercicio del Via Crucis). Y por lo que respecta a la Cofradía del Cristo de las aguas (o de san Jerónimo), no se olvide que es una imagen conventual que no salía del entorno del monasterio de los jerónimos, excepto en el caso de las procesiones de rogativas (para pedir la lluvia, de ahí el nombre de las aguas) y que, por lo tanto, se incorpora a las procesiones de la Semana Santa albense después de su traslado definitivo a la parroquia de san Pedro (1836) con ocasión de la supresión o exclaustración de los frailes Jerónimos.

Pero entre mayo y junio, en las rogativas, sí subía a la villa y se procesionaba junto con las reliquias teresianas del corazón y del brazo, porque hasta bien entrado el siglo XIX las carmelitas solicitaban anualmente que con este motivo dicha imagen milagrosa entrase también en su iglesia. Será después de esta fecha cuando se funda la Cofradía del Cristo de la Salud (tendría que ser en torno al 1843 cuando se publica la primera novena, pero no es seguro este dato), que luego también terminará por ser la de los labradores (1985), y ha renovado sus estatutos (1998). Más recientemente se ha fundado, cuando era párroco Don Florentino Gutiérrez, la Cofradía de la Cruz y del Amor para jóvenes (1988) que ya tienes estatutos propios y aprobados, y últimamente la del Nazareno (2018) que ha surgido en el monasterio de las Isabeles.

Y desapareció fugazmente la de los niños fundada hacia 1994, la de los Amigos de Jesús, pero que se volvió a recuperar (2014). No consta, y así debe ser, que los dos famosos pasos de las Madres Carmelitas, la Soledad de Pedro de Mena y el Nazareno de León XIII (siempre en clausura, ahora en el museo) haya tenido cofradía alguna.

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