En la provincia de Salamanca son unos 170 kilómetros de la N-620, N-630 y N-501 y el cambio afecta a más de medio centenar de señales
Reducir la siniestralidad en la carreteras convencionales es el objetivo que persigue la DGT con la limitación de velocidad de 100 a 90 km/h, una medida que entrará en vigor este martes, 29 de enero. La subdelegada del Gobierno, Encarnación Pérez, ha acudido a la N-620, término de Castellanos de Moriscos, donde los operarios han procedido al cambio de la última señal. En Salamanca, la sustitución de las señales se ha realizado en la N-620, N-630 y N-501 con más de 170 kilómetros y unas 52 señales, con un coste de 190 euros cada placa.
Acompañada por el jefe provincial de Tráfico, Miguel Moreno, y el jefe de la Unidad de Carreteras del Estado en Salamanca, Alberto Buitrago, la subdelegada destacó que la razón fundamental para limitar la velocidad es evitar accidentes y muertes por velocidad excesiva. Recordó que, en Salamanca, seis de los nueve accidentes mortales en carreteras convencionales tuvieron que ver con la velocidad.
Con esta medida, "nos equiparamos a la mayoría de los países europeos" que ya tienen la velocidad limitada a 90 km/h en este tipo de vías. Reducción de velocidad, controles y mantenimiento de las vías con los que la subdelegada espera reducir los siniestros y las víctimas mortales. "Hay muertes que se puede evitar", aseguró Encarnación Pérez.
El objetivo: bajar de 37 la tasa de fallecidos
Bajar de 37 la tasa de fallecidos en accidente de tráfico por millón de habitantes es el objetivo que se busca con esta reducción de velocidad en las carreteras convencionales, donde se producen más siniestros por exceso de velocidad. Hay que tener en cuenta que siete de cada 10 accidentes con víctimas tienen lugar en estas vías, en las que cada año fallece un millar de personas. Además. La velocidad inadecuada es la causa del 20% de los accidentes de tráfico.