En Castilla y León, durante el curso 2016/17, han sido 79, 10 de los casos en Salamanca
El Defensor del Profesor del sindicato ANPE ha atendido en Castilla y León a 79 docentes, fundamentalmente de la enseñanza pública, que en algún momento de su actividad profesional han sufrido actos de acoso o violencia hacia su persona, "incompatibles con la convivencia escolar", tal y como recogen los datos del informe correspondiente al curso 2016/17 presentado en Salamanca por el presidente de ANPE Salamanca, Nicolás Ávila; la presidenta de ANPE Castilla y León, Pilar Gredilla; y el coordinador del servicio del Defensor del Profesor, Jesús Niño.
Desde el sindicato ANPE han mostrado su preocupación "por la continuidad de la tendencia ascendente en el número de situaciones que alteran el normal desarrollo de la convivencia en los centros educativos", puesto que han aumento en casi un 20% con respecto al curso anterior, "principalmente por el gran incremento en los casos de agresiones por parte de alumnos a profesores". Así, durante el curso 2009/10 el número de casos atendidos fue de 49; en el 2015/2016, 66 casos; y 79 en el último curso.
Por provincias, han sido 10 los casos atendidos en Salamanca, por detrás de Valladolid (con 26 casos), y de Burgos (con 11).
Si nos centramos en los 79 casos atendidos por el Defensor del Profesor en el curso 2016/2017, 33 han sido maestros y otros 33 profesores de secundaria. El resto se reparten entre las enseñanzas restantes.
Por lo que se refiere a la tipología de los casos atendidos, se distinguen los concernientes a los alumnos, los que provienen de la interacción con los compañeros de profesión y los relacionados con los padres. En cuanto a los alumnos hay que destacar el gran aumento de casos en lo relacionado con las agresiones (pasando de 6 a 14 casos). En lo relativo a los compañeros, ha aumentado en 3 el número de casos de acoso. Por lo que se refiere a los padres, disminuyen las amenazas pero aumentan las agresiones (pasando de 2 a 3).
Situaciones que provocan inestabilidad emocional en los docentes, llegando en algunos casos a producir serias consecuencias para su salud mental. El 38% de los casos presentaba ansiedad, el 5% estrés y el 14% depresión, produciéndose en un 11% baja laboral de distinta temporalidad. Estos datos trascienden al propio docente puesto que un profesor con estado emocional alterado, además del sufrimiento personal que debe soportar, reduce significativamente su rendimiento profesional, lo que disminuye la calidad de la educación.
Tras el análisis y valoración de los casos atendidos este curso, junto con la experiencia acumulada en los últimos años, ANPE y El Defensor del Profesor insisten en la propuesta de elaboración de un Plan Estratégico de Mejora de la Convivencia Escolar, que debería contar, entre otros, con la reactivación del Observatorio sobre la Convivencia Escolar, un programa de prevención de acoso escolar que contemple la aceleración de los protocolos de protección a las víctimas y un plan de detección precoz y erradicación de los problemas de convivencia en los centros educativos.
También demandan un plan específico de formación del profesorado para la prevención y detección de conflictos relacionados con la convivencia escolar; la coordinación para el cumplimiento de los Decretos de convivencia, así como los Planes de convivencia y los Reglamentos de régimen interior de los centros; asistencia psicológica gratuita a los profesores agredidos; reconocimiento de la ansiedad, la depresión y el estrés como enfermedades profesionales de los docentes siempre que se deriven de situaciones de acoso; y compromiso, por parte de la administración, para el tratamiento rehabilitador de los agresores.
Defensor del Profesor
El Defensor del Profesor de ANPE sigue siendo, un año más, un servicio de atención inmediata y gratuita para docentes víctimas de situaciones de conflictividad y violencia en las aulas. En Castilla y León se puso en marcha en el año 2006, como primera medida de apoyo ante la indefensión del profesorado y como llamada de atención sobre la problemática de la violencia escolar. Es un servicio abierto a todos los docentes, sin ningún tipo de distinción, y operativo en todas las comunidades autónomas, a fin de favorecer la atención personalizada de los demandantes.