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El CES cree que la región debe multiplicar por cuatro su media de empleados por empresa
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El tamaño determina la longevidad de las empresas

El CES cree que la región debe multiplicar por cuatro su media de empleados por empresa

Actualizado 22/04/2017
El Norte de Castilla

Un estudio sobre el tejido empresarial insta a sacar partido a la extensión territorial de Castilla y León

El tamaño es un factor determinante de la longevidad de las empresas. Las comunidades autónomas con empresas de mayor tamaño son las que presentan un mayor PIB per cápita, algo que también puede trasladarse a las provincias de Castilla y León. Las empresas más grandes y, por ende, con mayor número de asalariados, se han enfrentado con mejores resultados a las consecuencias de la crisis y han contribuido a un empleo de más calidad y más consolidado. Asimismo, la productividad por empleado aumenta con el tamaño empresarial. Las inversiones en I+D+i las realizan en mayor medida las empresas de mayores dimensiones (10% entre las microempresas, frente a 30%-35% en el caso de las empresas medianas y grandes). También la actividad exportadora se incrementa con el tamaño de la compañía. Y la dimensión (también el sector de actividad) se erige como factor determinante de la rentabilidad, ya que un mayor tamaño empresarial lleva asociadas mayores rentabilidades por el efecto apalancamiento y el acceso a fuentes de financiación más adecuadas.

Por todas estas (y hay más) razones, resulta entre necesario y vital que las empresas, sobre todo las más pequeñas, ganen tamaño o de lo contrario no podrán triunfar. En Castilla y León algo más del 50% de las empresas no tienen asalariados (53,3% en la región, frente al 52,9% a nivel nacional). Entre las que tienen asalariados, las más numerosas son las microempresas (menos de diez trabajadores), que suponen el 42,2% del tejido empresarial castellano y leonés, mientras que las pequeñas (entre 10 y 49) representan alrededor del 4% y las medianas (de 50 a 199) y las grandes (más de 200) se encuentran por debajo del 1%.

Tal como expresó Julio Pindado, catedrático de Economía Financiera y Contabilidad y director del Instituto Multidisciplinar de Empresa de la Universidad de Salamanca, "hay que propiciar las posibilidades de crecimiento de las empresas y no limitarlo -como muchas veces hace la Administración-, porque las empresas grandes, las más resistentes, no nacieron grandes y es un hecho que en el mundo empresarial, o creces o desapareces". Así lo manifestó en la presentación del informe 'Análisis dinámico del tejido empresarial de Castilla y León', elaborado por el Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León.

El presidente de la institución, Germán Barrios, también se expresó en este sentido al señalar que el principal problema del tejido empresarial de la región es su "excesiva atomización, pues el 96% de las sociedades no supera los nueve trabajadores, con una media entre uno y tres" (el promedio global son 3,12 empleados si tomamos en consideración las 167.000 empresas activas en la última década). Barrios apostó por tomar como referencia Alemania, donde la media alcanza los doce trabajadores.

"Los países que resistieron mejor los efectos de la crisis son aquellos dotados con un fuerte tejido industrial y empresas de gran tamaño, aquellas que han podido ofrecer productos con valor añadido, una nueva imagen y un nuevo márketing... productos, en definitiva, con un hecho diferencial». De la misma manera, abogó por favorecer la creación de agrupaciones empresariales (o clústeres) «para poder investigar, innovar y exportar".

Según las conclusiones del informe expuestas por Pindado, entre las principales oportunidades con que cuenta el tejido empresarial de la región está "la extensión de su territorio, que da para mucho, sobre todo en las actividades ligadas al sector primario con gran recorrido para acometer una integración vertical y desarrollar importantes industrias agroalimentarias, especialmente si destinaran buena parte de su producción al exterior".

Pero no solo el sector agroaganadero, ya que "la riqueza natural de Castilla y León constituye por sí misma un sector económico con múltiples y variadas oportunidades tales como la minería, la economía forestal, la madera y la piedra natural, entre otras".

Además de apostar por el desarrollo del sector industrial ligado a la riqueza del territorio, instó a no dejar pasar la oportunidad de crear "negocios basados en el conocimiento, como la industria del 'software', apoyados en las universidades de calidad con que cuenta Castilla y León y la posibilidad que existe en este ámbito de trabajar de manera remota". De hecho, el informe insta a las empresas de la región a no desaprovechar, como está sucediendo, la investigación y conocimiento que atesoran las universidades.

Por otro lado, las empresas de la comunidad autónoma poseen "la ventaja de estar menos endeudadas que la media, lo que abre la posibilidad de incrementar la rentabilidad financiera y ofrece terreno para aumentar la calidad de su deuda", señaló Pindado.

El informe destaca también que "Castilla y León cuenta con la segunda mayor concentración de expertos en nuevas tecnologías de España, un sector que ha experimentado un gran avance en los últimos años» y «ofrece una oportunidad que debe ser aprovechada por las empresas castellanas y leonesas para crecer y generar empleo".

En definitiva, para reducir la elevada tasa de mortalidad de las empresas, el CES insta a "proporcionar una formación actualizada de gestión empresarial, que repercutirá positivamente tanto en sus resultados como en el entorno de trabajo". Por otra parte, considera que desde las instituciones públicas "deben poner a disposición de las empresas servicios de alto valor añadido, estratégicos, que les permitan abordar su crecimiento y con mayores posibilidades de éxito".

El Norte de Castilla

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