Sueños alados cruzaron la noche y dejaron mi alma sembrada de palabras. La vigilia me visitó muy temprano y volcó sus dudas sobre mi. Hallé un discurso confuso, imposible de entender. Tuve que esforzarme en comprender el por qué de muchas cosas, a través de intrincados caminos que no conducen con seguridad.
En ocasiones, le sobran elementos al intelecto, los mismos que desecha la razón cuando aplica sus criterios con veracidad. Excesivos argumentos invitan a la confusión. La verdad es transparente, no admite más partes que las necesarias, precisamente, para que todo el mundo entienda su lenguaje. Lo cierto es que, nos complicamos la vida con cosas insustanciales que roban nuestro tiempo y atención. Lo esencial para vivir, podemos obtenerlo con facilidad.
Sin embargo, una y otra vez, nos empeñamos en torcer lo sencillo; en perseguir lo que no tiene traducción práctica en la vida. Todo es enredo en el zarzal donde quedamos atrapados por falta de previsión. Multitud de intereses y afectos nos roban la vida. Pues, todo está escrito con meridiana claridad. Nada oculta la naturaleza a quienes le prestan atención, sin otro propósito que emular sus principios. Pero se libra de corazones compulsivos que tratan de aprovecharse, incluso de lo que ofrece gratuitamente.
Sí, aquel día desperté muy temprano, y el mundo, con todas sus ofertas de felicidad se abalanzó sobre mi. Pero otro universo misterioso se opuso previniéndome del engaño. El mundo de las dudas vino en mi auxilio.
Flaco favor me hizo la vigilia cuando suspendió mi sueño. Poco tiempo después, plegaron sus alas los anhelos, y volví a la realidad de lo cotidiano. Pasadas unas horas, trate de recordar mi periplo nocturno, y vinieron a mi mente reflexiones que nunca me había planteado: ¿Conserva la mente vestigios de otra realidad; normas y conceptos ceñidos a otros protocolos de vida? ¿Por qué recordamos en sueños la realidad distorsionada?
Menos mal que al despertar, la razón, siempre atenta a lo que se tuerce, filtra los conceptos. Separa el grano de la paja, como hace el agricultor con la criba. A veces, solo puede salvar los elementos esenciales del lenguaje, es decir, las letras que conforman las escritura. Ese enjambre de signos, revueltos y desordenados, formarán otros párrafos. Tutelados por la razón, emitiran otros pronunciamientos, más acordes con la verdad.
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.