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“Salamanca deja huella; no importa que la hayas visitado porque siempre es la primera vez”
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JOSÉ MANUEL LUCÍA MEGÍAS, POETA IBICENCO

“Salamanca deja huella; no importa que la hayas visitado porque siempre es la primera vez”

Actualizado 25/02/2016
Redacción

"El Teatro Liceo lleno, la poesía a flor de piel, los versos convertidos en carne en un libro? ¿Qué más se puede pedir?", confiesa el poeta y vicedecano de la Facultad de Filología de la Universidad Complutense, quien estuvo en Salamanca como participante

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Publicamos la entrevista que el pasado mes de octubre realizamos al poeta José Manuel Lucía Megías (Ibiza, 1967). Es catedrático de Filología Románica de la Universidad Complutense de Madrid. Sus libros de poesía publicados son: Libro de horas (2000), Prometeo condenado (2004); Acróstico (2005); Canciones y otros vasos de whisky (2006); Cuaderno de bitácora (2007); Tríptico (2009); Trento (o el triunfo de la espera), en edición bilingüe español/italiano (2009); Se llamaban Mahmud y Ayaz (2012) y Los últimos días de Trotski (2015). Sus versos han sido base de varias obras de teatro: "Del amor y otros demonios" y "Voces en el silencio". Además de ser el promotor de Escritores complutenses 2.0, es director de la Semana Complutense de las Letras.

1.- ¿Qué impresiones le ha generado Salamanca tras esta visita?

Salamanca es una ciudad que abruma, que siempre deja una huella. No importa que la conozcas. No importa que la hayas visitado. Siempre es la primera vez. Y en este ocasión, era la primera vez con la poesía como ocasión del encuentro. Una poesía de ambas orillas del Océano. Una poesía que es universal. Me ha encantado poder ver Salamanca con los ojos de la poesía, de una poesía compartida, de una poesía sentida en la piel, de una poesía que no ha dejado de acariciarme los oídos y, un poquito, el alma.

2.- Ha sido uno de las invitados del XVIII Encuentro de Poetas Iberoamericanos, ¿cuál el balance general que hace del mismo?

El Encuentro de Poetas Iberoamericanos, después de 18 años, se ha convertido en una cita única, una cita necesaria, para permitir un diálogo no siempre fácil entre las poesía que se hace a ambos lados de la orilla. Es importante que nos leamos, pero también que nos escuchemos, que oigamos los diferentes acentos, los tonos [Img #569657]que nos vuelven más ricos, más humanos. Ha sido un honor participar en el Encuentro. Y felicito a los organizadores por dejar huella escrita del mismo: el libro que recoge las poesías de todos nosotros, los cuadros que nos vuelven imágenes de un panteón poético, es una de las señas de identidad del Encuentro, una de sus razones de ser. El Teatro Liceo lleno, la poesía a flor de piel, los versos convertidos en carne en un libro? ¿Qué más se puede pedir?

3.- ¿Y desde el plano personal? ¿Le ha resultado satisfactorio?

La poesía es voz, sin duda. Y es también cuerpo y gestos. Los encuentros poéticos permiten que esa voz callada en forma de libros, de versos impresos se vuelva una voz sonora, una voz vendaval, que llenó las horas y las horas de los encuentros poéticos, dentro y fuera de los actos. Convivir es una forma de conocerse, y desde un plano personal me llevo todos los encuentros, conversaciones, diálogos entablados en estos días. Un tesoro que conservo en mi casa. En forma de recuerdos. En forma de experiencias. En forma de libros que, ahora cuando los vuelvo a abrir, se llenan de todo aquel tiempo vivido juntos. Los libros que son algo más que libros.

4.- ¿Qué nos dice de León Felipe y de Juan Ruiz Peña, los homenajeados?

Otro de los grandes logros y hallazgos de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos es el homenaje que le rinde a grandes poetas, como lo son León Felipe y Juan Ruiz Peña. El hecho de tener que escribir de ellos, escribir un poema sobre ellos, ha sido también una forma de entablar un diálogo que nunca hubiera pensado. A León Felipe lo conocía de mucho antes. A Juan Ruiz Peña lo he conocido y disfrutado gracias a este encuentro. Una poesía arraigada en los campos salmantinos, castellanos, a los que me siento muy ligado.

5.- ¿Podría hablarnos de las vertientes de su obra poética y de cuál es la temática que más le motiva en su escritura.

Quizás el término de "obra poética" sea un poco ambicioso. Quizás con el tiempo y, sobre todo cuando esté muerto, ese "obra poética" como un conjunto, una unidad, tenga sentido. Ahora. Ahora no sé si tengo o tendré [Img #569660]obra poética. Lo que sí que hago ahora es escribir libros. No soy poeta de poemas, de poemas independientes que, con el tiempo, se reúnen en un libro. Soy más bien de poemas extensos que, al ir escribiéndolos a lo largo de los años, se convierten en un libro. La visión crítica con nuestra realidad, la denuncia ante las injusticias, una mirada nada agradable sobre el mundo quizás sean tres de los elementos que más me inciten a escribir en estos momentos, en los últimos años? y el amor. Lo reconozco: soy un romántico revolucionario. Creo que sin amor nada tiene sentido. Ni cruzar una calle para ir a una manifestación. Ni torcer una esquina para sorprenderse por un misterio. Ni levantarse por la mañana con la única función de inaugurar un nuevo día. El amor. El amor y el sexo. El amor y la vida. El amor y la comunicación. El amor y la denuncia. El amor y el recuerdo. El amor y la angustia de la muerte? quizás sea un único tema y todavía no me he dado cuenta de ello.

6.- ¿Qué está escribiendo ahora?

En estos momentos no escribo nada concreto? versos de amor, quizás, pero que se pierden en los cuadernos rojos que voy llenando de palabras y de versos, de compromisos y de reuniones? Hace un año se publicó mi último libro de poemas: "Los últimos días de Trotski" (Calambur, 2015)... es un libro al que sé que tengo que volver, al que todavía tengo que decir muchas más cosas que se quedaron en su momento en el tintero. Hoy, más que nunca, es necesario rescatar la revolución permanente.

7.- ¿Cuáles han sido hasta ahora sus poetas esenciales, de referencia?

No puedo decir que tenga poetas de referencia únicos. En cada momento me encuentro con un poeta que me influye, y al que nunca abandono. Voy sumando uno detrás de otro: desde Lorca, Alberti y Cernuda en mi época más joven, hasta Jaime Jaramillo en épocas más cercanas, sin olvidar la poesía de poetas críticos que me siguen conmoviendo como Gabriel Celaya, Ángel González, Enrique Falcón, Matías Escalera? y también la poesía de Ana Rossetti o la de Almudena Guzmán siguen aún hoy conmoviendo como la primera vez.

7.- Finalmente, díganos ¿por qué escribe poesía?

Sin duda escribo poesía porque no hay un porqué. No escribo poesía por algo en concreto. La poesía para mí es un lenguaje, un medio de dialogar con el mundo, con mi mundo, con nuestro mundo. Escribir para mí es pensar. Escribir es discutir. Escribir es reflexionar. Es llorar y reír. Es vivir, sin duda. Y lo hago en poesía porque es el lenguaje que me permite una mayor libertad de expresión. La novela tiene demasiadas reglas y demasiadas limitaciones para un creador. El teatro, demasiadas voces y la necesidad de un conflicto que me aburre. Sin duda, la poesía sigue siendo la forma de expresión más libre, más revolucionaria. Es en la que más a gusto me encuentro. Sin ataduras gramaticales ni lingüísticas. Escribo poesía para sentirme libre. Quizás. Solo sea para eso.

Entrevista de Mauricio Cifuentes (estudiante de doctorado de la Universidad de Salamanca)

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