Religión o Fe

Vuelven a primer plano planteamientos sobre la religión en las aulas, con evaluaciones que cuentan en los cómputos del currículo de los alumnos como cualquier asignatura. El PSOE insiste en que en un estado laico, la religión católica como las demás, deben estudiarse fuera del horario escolar.Pero esto ni siquiera debe ser considerado. La Fe es una Gracia, un Don gratuito que Dios da al que humildemente la pide. La Fe Cristiana no es una obligación, es una respuesta personal al Amor de Dios, manifestado en Jesucristo que vivió y manifestó esa FE con palabras y hechos. Los Escritos Evangélicos cuentan de forma catequética la vida de Jesús de Nazaret. Siempre han sido los padres, las Iglesias-Parroquias, las Instituciones de predicadores, los que se han encargado de formar a las personas, a los niños en el conociciento y seguimiento de Jesús.

Durante el Imperio romano, la Iglesia Cristiana fue perseguida, hasta que los emperadores Constantino y Teodosio la dejaron libre y acabaron convirtiéndola en Religión Oficial del Imperio Romano. Los emperadores la reorganizaron al modo de su antigua Religión. Se convirtió en eso, en religión y necesitó un culto a Dios, equivalente al de los dioses romanos, un sacrificio y un sacerdocio jerarquizado; vestimentas sagradas, capas, tiaras, altares, templos cada vez más grandiosos. No vamos a seguir con esta historia de "desnaturalización", y "corrupción" de la Fe cristiana, que llega a nuestros días. El último Concilio, el Vaticano II, trató de corregir y reorientar la "Religión" cristiana, católica por ser universal, pero de nuevo, triunfaron las fuerzas conservadoras. Ahora el papa Francisco, lo intenta, como Juan Pablo I. Este murió al mes de su pontificado, ¿asesinado? y Francisco tiene una fuerte oposición de la Curia que le rodea, del fuerte Estado Vaticano.

Actualmente se ha extendido el ateismo, y prácticas de "cumplimiento", de "celebraciones sociales" de bautizos y bodas sin repercusión en la vida cristiana. En España la mayoria de las personas estamos bautizadas, pues la "Fe de Bautismo" era en el Franquismo, un requisito necesario para cualquier estudio y trabajo. Muchos siguen bautizando a sus hijos, pero la mayoría descuida su formación cristiana. Las parroquias y Colegios privados de monjas y frailes, siguen con sus adoctrinamientos y Catequesis.

Qué los padres tienen derecho a la educación religiosa de sus hijos no puede negarse. Que tenga que estudiarse como cualquier asignatura en la Enseñanza reglada, NO. La Educación, la Enseñanza está concebida para formar personas para una vida de ciudadanos, capaces de convivir y trabajar para su sustento familiar y social. La FE es un ingrediente importante para la vida personal y hasta comunitaria, que se debe alimentar, contrastar y comunicar en la familia, amistades, en las comunades Cristianas y en las parroquias. Por supuesto, respetando, dialogando, nunca imponiendo.

En España, desde la actual Constitución, hay libertad para todos los credos en igualdad de condiciones.

Mantener como asignaturas las "Religiones" de las confesiones que hay en España, aparte de que no deben ser objeto de ese tipo de estudio, supondría unos gastos enormes, en contraste con la desaparición de asignaturas de griego y latín, tan importantes para el conocimiento de la propia lengua y cultura, la Filosofía cuya existencia peligra y las artísticas, recientemente suprimidas por los recortes educativos.

Es un hecho, históricamente constatado que, a menudo, las "religiones" no han sido beneficiosas para la humanidad, porque atan y manipulan a las personas, con creencias basadas muchas veces en el miedo, porque han rayado con frecuencia en el fanatismo, deformidad personal y colectiva, tantas veces asesina, y en la convicción de que todos deben aceptar la religión propia como la mejor. En consecuencia, los seguidores se han enzarzado en guerras "religiosas" para conseguirlo, porque casi siempre el poder y el dinero se hacen sus aliados. Cuántas veces, interesadamente, los gobernantes han adoptado determinada religión como Religión de Estado, hasta convertirlo en una Teocracia. Funesto maridaje que aún persiste.

Las religiones son construcciones humanas, con puntos de partida parecidos: miedo a lo desconocido, al nacimiento, a la muerte; admiración o extrañamiento ante fenómenos de la naturaleza grandiosos, en el pasado inexplicables, y la creencia consecuente en la existencia de un ser o múltiples seres superiores, a los que hay que mantener favorables, con ritos y relatos míticos sobre su vida y relación con los mortales. Etapas míticas que permanecen en poblaciones alejadas de países civilizados, con modos de produción primitiva, agricola y cazadora. Más avanzadas son las religiones en cuyo origen está la necesidad sentida profundamente de acercamiento a un SER, que se experimenta como el gran arquitecto de la Creación, el creador y dador de todo bien: belleza, bondad, verdad, amor. Las personas que han experimentado con fuerza la llamada a un encuentro amoroso con este Ser, pertenecen a todos los rincones de la tierra. En general esa experiencia cambió sus vidas, pero sólo algunos han sido capaces de explicar la relación con ese SER, intuido muy cercano y amoroso y la consecuencia que se desprende del cuidado y ayuda a los demás, sentidos como hermanos, en especial los más vulnerables. Estas personas han tenido siempre seguidores más o menos fieles y estables y su experiencia de un Dios cercano y amoroso, se ha considerado más "espiritualidad" o "mística" que "religión".

Pero a la muerte del "hombre de Dios" ?¿profeta?, ¿santo?, ¿místico?? nace en sus seguidores un doble deseo y movimiento: crear un grupo de imitación y seguimiento y exaltar a la persona a quien siguen, deseo que poco a poco se materializa, se institucionaliza; van surgiendo estructuras complejas: altares, templos, sacerdocios?y acaban deificando al que sólo se quiso seguir e imitar. En la segunda o tercera generación, por olvido de los orígenes y necesidad de seguridad, se produce un salto cualitativo y aparece una construcción, en la que lo primordial empieza a ser la estructura, que en sus inicios fue simple; depués se multiplican las ceremonias, acciones, sacrificios, ofrendas y objetos sagrados; calendarios, fiestas. Todo ello para mantener propicio a ese Dios, experimentado inicialmente como amor y ahora como ser poderoso, lejano, exigente, que castiga o retribuye por los actos buenos o malos que hagamos, como un trueque o intercambio, un toma y daca. Queda también lejos el Dios bíblico de Moisés, de los profetas. Se verbaliza, codifica y sacraliza la relación con Dios en mandatos, escritos con frases lapidarias, y en creencias estampadas en códigos de fe, llamados dogmas, credos.

Jesús de Nazaret, que se autodenominó muchas veces, "hijo de hombre", que pasó por el mundo humildemente "haciendo el bien", redescubrió al Dios amoroso y gratuito: Abba (papá, mamá), lo más cercano que imaginarse pueda; transgredió los preceptos judíos, cuando cuestionaban la prevalencia de la persona frente a las creencias y preceptos "religiosos"; defendió con su palabra y con su vida la filiación divina y fraternidad universal, dignificó al ser humano poniéndolo en el centro de todo, porque no se puede invocar, adorar, amar a Dios si no se ama al "hombre", y cuestionó los ritos, ceremonias, los numerosos mandatos judios que pesaban como losas sobre las personas: "No es el hombre para el sábado sino el sábado para el hombre"

Entonces, Jesús ¿vino a instaurar una nueva religión o sencillamente un modo nuevo de entender quién es Dios para el hombre y qué es el hombre para Dios, una espiritualidad de intimidad con ese Dios, Padre amoroso, y de comunión y amor fraterno con sus hijos? Lo que nos escribieron los primeros seguidores, historia o relato catequético, deja claro cómo lo entendieron y vivieron las primeras generaciones de cristianos y también qué abismo nos separa hoy de la vida de Jesús y de lo que él quiso enseñarnos.

El Cristianismo ha tenido seguidores excelentes en misoneros que han dado su vida, en verdaderos santos anónimos y de calendario, pero también capítulos tristes e inconcebibles de fanatismo religioso-político que condujo a la Inquisición. El cambio de una Fe llena de amor a una religión de estado ha atravesado casi toda la historia, y se mantiene porque es muy fácil hacer cambios incluso sustanciales, pero muy difícil recuperar la originalidad perdida. Hay muchos intereses económicos por medio, muchas personas que han vivido y viven de la existencia de esa religión, de las clases regladas de religión.

Dice Pablo que el objeto de nuestra Fe tiene que ser razonable, que se pueda dar razón de ella. Si se convierte en algo que da dinero, seguridad, si pensamos que nuestra forma de vivirla o entenderla es la mejor y la única, si tiene afán proselitista, si hay más prácticas religiosas que entrega a los más débiles, podemos sospechar de fanatismo.