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Aina S. Erice: “Es un error que las disciplinas científicas miren por encima del hombro a las...
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Autora de 'LA INVENCIÓN DEL REINO VEGETAL'

Aina S. Erice: “Es un error que las disciplinas científicas miren por encima del hombro a las...

Actualizado 01/06/2015
Charo Ruano

De la mano del filósofo José Antonio Marina, Aina S. Erice ha escrito un delicioso ensayo sobre las plantas y su presencia en el arte y la cultura, desde los clásicos hasta la actualidad

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De la mano del filósofo José Antonio Marina, Aina S. Erice ha escrito un delicioso ensayo sobre las plantas y su presencia en el arte y la cultura, desde los clásicos hasta la actualidad. Una pura delicia?Un libro único e inclasificable que nos ha entusiasmado. Poco sabemos de esta mujer aparte de la pasión que pone en lo que hace y de su juventud, pero le seguiremos la pista seguro.

Aina S. Erice cursó Biología en la Universitat de les Illes Balears donde también realizó una maestría en Biología de las Plantas en Condiciones Mediterráneas. Más allá de su pasión por la biología, sus diferentes ensayos y artículos descubren un interés particular hacia la antropología, el arte, la diversidad cultural, la historia y todo asunto que relacioné la psique humana con el mundo vegetal. Es autora del blog Imaginando Vegetales donde comparte y publica información sobre diferentes temáticas, siempre relacionada con la etnobotánica. El presente libro, su primera publicación, es el resultado de una investigación rigurosa, orientada por la asesoría de su amigo y mentor, José Antonio Marina.

.- Un proyecto de J.A Marina que dice llevaba tiempo dándole vueltas, ¿Qué sucedería si estudiáramos las cosas que ha hecho la inteligencia humana con la naturaleza?

[Img #322027]Una buena manera para entender quienes somos ?como personas, como sociedad, como especie? es analizar la manera en que nos hemos relacionado entre nosotros, pero también con la realidad que nos rodea. Creo que José Antonio intuyó que podríamos descubrir cosas interesantes sobre nosotros mismos viendo cómo nos hemos comportado con la naturaleza, una realidad en la que vivimos inmersos desde siempre, además de descubrir muchísimas cosas sobre ella, conocerla un poquito mejor.

Sin embargo, no es un descubrimiento inútil o anecdótico, que podamos aparcar en un cajón tras haberlo sacado a la luz. Si queremos que un matrimonio dure, no basta con reflexionar sobre los errores y aciertos en pareja, o ir a terapia para analizar la historia pasada y presente: hay que aprender de todo ello para aplicarlo y mejorar en el futuro. Nuestra historia compartida con la naturaleza, como sucede en cualquier relación, puede ayudarnos a entender mejor dónde y por qué hemos metido la pata, o dónde y por qué acertamos de lleno, y gestionar nuestro futuro común aprendiendo de ello.

La alianza entre un filósofo y una bióloga para escribir una obra de divulgación en la frontera entre lo científico y lo humanístico es algo poco común?

Y, sin embargo, creo que también muy provechoso. Durante los dos últimos siglos, las disciplinas científicas han mirado un poco por encima del hombro a las humanidades, algo que me parece un error. Creo que, cuando entendamos que esta división entre "ciencias" y "humanidades" es arbitraria (además de reciente), y recuperemos el espíritu de curiosidad universal que tenían los naturalistas-artistas de antaño, nuestra comprensión será más profunda e interesante.

Jose Antonio Marina afirma que el libro funda un nuevo género literario, una divulgación de frontera.

Me encantaría contribuir a la aparición de una divulgación de frontera, "científica" en el método, pero no necesariamente en los contenidos.

Y, precisamente por el método empleado, es un libro de divulgación, no de opinión: no es una apología de mis ideas sobre lo que debería ser nuestra relación con las plantas, sino un collar de historias, ensartadas y contadas como mejor he sido capaz, que he recopilado como verdaderas.

[Img #322030]Es un libro subjetivo, claro que sí: al fin y al cabo, lo ha escrito un sujeto, no un objeto, y ahí está la gracia. Siempre va a haber de por medio una sensibilidad, unas convicciones, una visión del mundo que imprime su carácter al producto final. Pero mi intención es compartir historias entre plantas y personas de la forma más ideológicamente neutral posible. Es, o quiere ser, un libro para todos.

.- Deberíamos empezar diciendo que el libro es una de esas joyas que se leen seguidas, por partes, vuelves atrás, avanzas? ¿Cuánto tiempo para un proyecto de esta envergadura?

La propuesta en firme llegó a principios de 2010, y me puse manos a la obra empezando a leer cantidades ingentes de información sobre el tema. Desde entonces fui elaborando, re-elaborando, escribiendo, volviendo a investigar, retocando, investigando otro poco, volviendo a escribir? hasta definir una estructura que fluyese bien, en la que las historias que quería contar se encontrasen cómodas.

También es cierto que no han sido cinco años de dedicación completa a la escritura, sino compaginada con estudios, trabajos, mudanzas, y una vida fuera de las páginas.

.- Lo que nos proponemos es contar una historia de la humanidad guiada por su relación con el mundo vegetal

Debo confesar que, en realidad, no es "una" historia, sino muchas; hay historias artísticas, de amor, despistadas; historias de codicia, de aventuras, de esclavitud y de libertad; historias que hacen llorar y otras que, como poco, te roban una sonrisa? pero con un nexo entre ellas: las plantas las co-protagonizan todas.

.- ¿En qué momento de la humanidad nos damos cuenta de que necesitamos las plantas, o siempre lo hemos sabido?

No ha existido un momento bombilla colectivo, tras el cual todas las culturas han tomado consciencia simultánea de necesitar al reino vegetal. A lo largo de la historia, cada pueblo ha ido conociendo a algunas de ellas, entablando relaciones un poco despistadas, y la mayoría de veces sólo nos damos cuenta de necesitarlas cuando la relación falla, o cuando empieza a agriarse por haberlas tratado mal. Por ejemplo: ¿se pierden las cosechas? Nos volvemos trágicamente conscientes de nuestra dependencia absoluta de los vegetales cultivados para sobrevivir.

Sin embargo, hay necesidades vegetófilas que no detectamos fácilmente; no fue nada fácil entender que el escorbuto podía evitarse comiendo vegetales ricos en vitamina C, como tampoco comprender que necesitamos bosques para proteger el terreno de la erosión. Vivimos en un mundo muy complejo, y no estamos especialmente dotados para analizar, y entender holísticamente, sistemas así.

.- ¿Y cómo ha evolucionado esa relación del hombre con lo vegetal?

[Img #322028]Se ha multiplicado y complicado, ramificándose en todas direcciones hasta abarcar ¿todas? las esferas de interés y actividad humanas, desde las más utilitarias hasta las más espirituales. Sin embargo, no olvidemos que las historias entre plantas y personas no responden todas al mismo patrón: dependen del vegetal, de la cultura, de su forma de relacionarse, del momento histórico. No hay una única respuesta, pues cada pareja vegetal-cultura cuenta una historia única.

Lo que sí es cierto es que, p. ej. en Occidente, la relación ha evolucionado hacia un mayor reconocimiento del valor intrínseco de la biodiversidad vegetal (y biológica en general), desligándolo de su posible valor utilitario, estético o incluso religioso.

.- ¿Ha sido la codicia lo que más ha perjudicado la relación del hombre con la naturaleza?

Creo que probablemente sea el deseo que ha hecho, si no más daño de forma absoluta, sí el que más lo ha hecho conscientemente, el que más ha enconado la relación con las plantas en algunos casos. Cuando un campesino tala un bosque, convencido de estar haciendo un bien al sustituirlo por campos labrados que darán fruto, está realizando una sustitución de vegetales "inútiles" por otros "útiles"; en este caso, los vegetales son víctima de una necesidad (y desconocimiento de sus consecuencias). Sin embargo, la codicia sacrifica los vegetales en una búsqueda de satisfacción de deseos (no de necesidades) como la acumulación de riquezas, poder, estatus? La relación avariciosa suele terminar mal para la parte más débil ?las plantas?, y a menudo también sufren las otras culturas que de ellas dependían.

.- ¿En algún momento el hombre pensó que podría prescindir de ese mundo vegetal, creyó ser tan poderoso que podría inventar sustitutos?

No creo que una mañana alguien se levantase pensando, "¡qué poderoso soy, voy a inventar un sustituto para la patata!"; sin embargo, sí hemos intentado no depender de las plantas para cubrir nuestras necesidades en multitud de ocasiones. Allá donde soñamos una idea, y las plantas son un factor que limita ese sueño, intentamos eliminar ese límite como podamos. Ello es muy evidente en campos como la medicina, los combustibles, o los tintes: romper nuestra dependencia de los ciclos biológicos de las plantas tintóreas, empleando en su lugar derivados del alquitrán, hace que, de repente, ya no estemos limitados por cosechas malas, ritmos de crecimiento, mayor o menor capacidad colorante de la planta. Lo controlamos todo (casi) perfectamente, y encima obtenemos colores más brillantes.

Cualquier sustitución de una sustancia vegetal por otra no-vegetal puede acarrear efectos beneficiosos para la planta (p. ej. si no lo necesito, no lo destruyo), pero también perniciosos (si no lo necesito, no lo cuido)? Todo depende de qué relación planta-humanidad estemos considerando.

.- Me ha gustado mucho esa distribución de los distintos capítulos que da profundidad pero al mismo tiempo mucha claridad al texto al experimento a lo que cuenta El vegetal usado, el vegetal contemplado, el vegetal cultivado, el vegetal deseado?y que son nuestras formas de relacionarnos con la naturaleza

¡Gracias! El índice es la parte de la que estoy más contenta, la que siento más mía (bueno, eso, y los títulos); al fin y al cabo, no me he inventado ninguno de los datos que ofrezco, pero puede decirse que sí he 'inventado' el modo de estructurarlos para mis propósitos.

Sin embargo, esta es mi propuesta para mapear las relaciones con el reino vegetal; estoy segura de que con el mineral y el animal, saldrán cosas distintas?

.-Las formas que tenemos los humanos de relacionarnos en general, ¿no son siempre bastante parecidas en todos los ámbitos?

Creo que los investigadores-divulgadores debemos estar atentos a no absolutizar nuestro campo de estudio, e interpretarlo todo desde una perspectiva única. Por ejemplo, los enteógenos, las plantas de los dioses y sustancias psicoactivas, son en su mayoría (que no todas) vegetales; en cambio, el papel de los minerales es mínimo en este campo. Del mismo modo, la tecnología bélica debe muchísimo a los metales, y mucho menos, a los vegetales?

.- De ese sentirse poderoso y por encima de la naturaleza-máxima ignorancia- hemos pasado a lo verde casi como religión?

En ciertos círculos parece que cualquier cosa, por el mero hecho de proceder de vegetales ("inalterados", o usados de manera tradicional), es saludable, respetuosa con el medio ambiente, y superior en todos los sentidos a cualquier sustituto 'artificial'. Creencia no sólo ingenua, sino peligrosa en algunos casos: uno no puede llevarse cualquier hierba a la boca, convencido de que 'total, es una planta inocua'? ¡infeliz será quien hinque el diente a la adelfa, o al acónito!

En general, creo que amar a las plantas es estupendo, pero con amar no basta: hay que amar bien, de forma equilibrada, para que tanto el amante como el amado prosperen.

.- ¿Y dónde quedaría el término medio, la relación civilizada con lo vegetal?

Personalmente, creo que el término medio lo da el sentido crítico, una sana dosis de escepticismo (para con ambos extremos, ojo; aunque sus consecuencias puedan ser mejores o peores, las credulidades son un problema a evitar tanto si pecan por adoración a lo natural, como si adoran el extremo opuesto), y una conciencia ética.

Creo que lo ideal sería conseguir que nuestra relación con el reino vegetal, tan descuidada, se vuelva más consciente; aprender a respetarlo con una sana dosis de cariño. Eso no quiere decir no cortar árboles o volverse vegetariano, sino dejar de verlos como meros objetos a nuestro servicio cuyo único valor posible es el monetario y pragmático. Hay que tener ganas de conocerlos mejor, desde todos los ángulos de nuestra humanidad, y quererlos como compañeros de un viaje que ha de durar, esperemos, aún muchas generaciones.

.- El libro además nos desvela misterios de la historia, compara la mentalidad de distintas civilizaciones y, nos deslumbra con datos científicos.

Mi mayor deseo es que el libro sea un plato tan entretenido como nutritivo; es un guiso con más de 900 fuentes bibliográficas consultadas, hervidas a fuego lento, y mientras lo preparaba me daba cuenta de lo poco que sabía sobre el tema, ¡y lo poco consciente que era de mi ignorancia!

Conocer otras visiones, otras formas de clasificar la realidad, de organizar la sociedad, de relacionarse con el medio? pone a prueba tus ideas sobre quienes somos, y cómo somos. Hasta que Occidente no se encuentra con pueblos cazadores-recolectores, por ejemplo, no concibe que existan culturas sin agricultura; hasta que no descubres que la desigualdad social no es universal, puedes estar convencido de que es algo intrínseco al ser humano. Hay que ir a escarbar más allá de lo que das por descontado, porque de lo contrario seguimos ignorantes?¡y sin saber que lo somos!

.- Los hombres le damos un uso práctico a los vegetales desde hace miles de años. Nos sirven de alimento y de medicina, los usamos en la construcción y en los tejidos? Pero estamos ligados a ellos a niveles más profundos.

Profundos y además, sobre todo, inconscientes.

No nos damos cuenta, p. ej., de lo mucho que nos ha afectado 'casarnos' con plantas cultivadas/domesticadas, comprometiéndonos con la agricultura; ni tampoco pensamos en cómo la escritura, y el papel (¡vegetal!) como soporte de ésta, ha cambiado nuestra mismísima forma de razonar (las culturas orales, por ejemplo, ¡no piensan en listas!). ¿Qué habría sido de nosotros sin madera para barcos? Plus ultra, decía en el lema del imperio español bajo Carlos I? sin vegetales, ya nos podíamos olvidar de surcar los mares. Por no hablar de la importancia de los vegetales como metáfora para pensar en conceptos espirituales (el renacimiento de las semillas en primavera, la vida eterna de los árboles perennifolios), o científicos (desde árboles genealógicos a filogenéticos). Las relaciones establecidas con las plantas han hecho evolucionar a las culturas humanas de forma distinta, en ámbitos tanto evidentes (gastronomía, textiles?) como sorprendentes (organización social, ¿valores sociales y religiosos?).

.-Seguro que hay historias que le han llamado más la atención que otras mientras investigabas para el libro?

Los enteógenos fueron todo un descubrimiento para mí; las aventuras de Francisco Hernández en Nueva España; la masacre de las Banda y la nuez moscada; los filtros de amor en conventos medievales españoles (al menos, según la literatura del momento?); el loto sagrado y las habas de Pitágoras; el descubrimiento de la polinización de la vainilla por un esclavo de color; las aventuras de Pierre Poivre y todo lo que hizo en Réunion; las calabacitas de peregrino; la posible influencia de la agricultura en las ideas religiosas; los sistemas de clasificación del mundo vegetal; la importancia del papel en las culturas que lo adoptaron? ¡hay tantas como capítulos tiene el libro, si no más!

.-¿Ha habido historias que no ha podido incluir, y que le hubiese gustado?

¡Uh, demasiadas! Antes de pasar por el recorte editorial, el libro venía con una cantidad alarmantemente grande de notas a final de documento, en las que se reverenciaba cada trocito de texto? y también se encajaban historias que no habían cabido en el texto principal. Ahora las voy sacando como puedo vía blog? Algunas de las que tenía más ganas de contar, pero al final no pude incluir en el texto principal, fueron las reencarnaciones vegetales, el lenguaje de las flores, vegetales y combustibles, el caos monumental alrededor del "árbol de la vida" asirio/mesopotámico, los relojes de incienso orientales, los posibles efectos alucinógenos de las lechugas "(an)afrodisíacas" de la antigüedad?

.- Es autora del blog Imaginando Vegetales donde comparte y publica información sobre diferentes temáticas, siempre relacionada con la etnobotánica, me imagino que la comunión con J.A. Marina no ha sido difícil

Jose Antonio fue el primero que me sugirió empezar un blog, para dar salida a todo lo que no podía profundizar en el libro publicado; siempre he entendido este soporte digital como un complemento para el texto publicado, puesto que sin él, las historias 'digitales' pueden dar la impresión de ser un atajo de ideas inconexas, sin un hilo que las vertebre y les dé una coherencia entre sí.

La "comunión" con Jose Antonio ha sido fluida, posiblemente porque me encontré muy cómoda con el planteamiento del proyecto, que coincidía plenamente con mis intereses y curiosidad. He disfrutado de una enorme libertad para llevar a cabo este proyecto; Jose Antonio ha compartido conmigo ideas, sugerencias y fuentes bibliográficas, pero dejando que la criatura fuese creciendo sola y a su ritmo. La verdad es que ha sido un lujo, y si me dejan, yo repito?

Por Charo Ruano

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