Jueves, 30 de mayo de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
La obra maestra
X

La obra maestra

Actualizado 31/05/2015
José Román Flecha

En las audiencias de los miércoles 15 y 22 de abril de este año 2015, el Papa Francisco, comentando los textos iniciales del Génesis, ha reflexionado sobre la diferencia y la complementariedad entre el hombre y la mujer. He aquí un resumen de su pensamiento.

1. Sólo en el hombre y en la mujer se encuentra la imagen y la semejanza de Dios. Esa diferencia no justifica la contraposición o la subordinación, sino que apunta a la comunión y la generación, siempre a imagen y semejanza de Dios.

2. El hombre y la mujer están hechos para escucharse y ayudarse recíprocamente. Sin esta relación no es posible llegar a entender de verdad qué significa ser hombre y ser mujer.

3. En este tiempo, la llamada teoría del género trata de cancelar la diferencia sexual. Pero ignorar la diferencia no es la solución sino el problema. Para encauzar su relación, el hombre y la mujer deben hablarse más, escucharse más, conocerse más, quererse más.

4. Debemos hacer mucho más a favor de la mujer, para dar más fuerza a la reciprocidad entre hombres y mujeres. La mujer ha de ser más escuchada, de modo que su voz tenga un peso real en la sociedad y en la Iglesia.

5. La crisis de confianza colectiva en Dios, que genera la incredulidad y el cinismo, está conectada a la crisis de la alianza entre hombre y mujer. La comunión con Dios se refleja en la comunión de la pareja humana, mientras que la pérdida de la confianza en el Padre celestial genera división y conflicto entre hombre y mujer.

6. El relato bíblico de la creación de la mujer nos dice que Adán es libre y es señor, pero está solo. Con la creación de la mujer surge la reciprocidad. La mujer no es una «réplica» del hombre; viene directamente del gesto creador de Dios. El hombre y la mujer son de la misma sustancia y son complementarios.

7. La mujer es creada mientras el hombre duerme. Eso significa que la mujer no es una criatura del hombre, sino del mismo Dios. Por otra parte, para encontrar a la mujer ?y para encontrar el amor en la mujer?, el hombre primero tiene que soñarla.

8. El pecado genera desconfianza y división entre el hombre y la mujer. Su relación se verá acechada por mil formas de abuso y sometimiento, de seducción engañosa y prepotencia humillante, hasta las formas más dramáticas y violentas.

9. La devaluación social de la alianza estable y generativa del hombre y la mujer es una pérdida lamentable para todos. Según la Biblia, el hombre debe dejar a su padre y a su madre para encontrar a la mujer. Ha de comenzar un nuevo camino. El hombre es todo para la mujer y la mujer es toda para el hombre.

10. Aunque hayan quedado heridos por el pecado, confundidos y humillados, desanimados e inciertos, el hombre y la mujer son amados por Dios. El relato bíblico dice que Dios les hizo unas túnicas de piel y los vistió. Esa imagen de ternura hacia la pareja ha de guiar nuestros sentimientos y compromisos. Dios mismo cuida y protege su obra maestra.

José-Román Flecha Andrés

VIDA TRINITARIA

Solemnidad de la Santísima Trinidad. B.

31 de mayo de 2015

"Reconoce hoy y medita en tu corazón que el Señor es el único Dios allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra, no hay otro". Así habla Dios a Moisés, Según el libro del Deuteronomio que hoy se lee en la misa (Dt 4,32-34.30-40). Estas palabras no están aisladas. Hay que leerlas en el contexto de lo que las precede y las continúa.

Antes de ellas está el recuerdo de tres maravillas que Dios ha realizado: la creación del mundo, los prodigios que llevó a cabo para liberar a su pueblo de la esclavitud de Egipto, y la revelación de su voluntad en el monte Sinaí.

Lo que sigue a esta proclamación del Dios único corresponde al hombre: guardar los mandamientos de Dios. A esa fidelidad a lo que Dios prescribe seguirá la felicidad para la familia y la prosperidad en la tierra que Dios le concede.

Como dice el Papa Francisco en su exhortación La alegría del Evangelio, los cristianos "creemos, junto con los judíos, en el único Dios que actúa en la historia, y acogemos con ellos la común Palabra revelada. (EG 247).

EL BAUTISMO

Pero, en el mismo documento, el Papa da un paso más para recordar lo específico de la fe cristiana: "El Espíritu Santo, enviado por el Padre y el Hijo, transforma nuestros corazones y nos hace capaces de entrar en la comunión perfecta de la Santísima Trinidad, donde todo encuentra su unidad. Él construye la comunión y la armonía del Pueblo de Dios. El mismo Espíritu Santo es la armonía, así como es el vínculo de amor entre el Padre y el Hijo (EG 117).

Esta fe en la Trinidad Santa de Dios hunde sus raíces en las palabras de Jesús que hoy se proclaman en el evangelio (Mt 28,16-20). Jesús resucitado había dado cita a sus discípulos en un monte. Desde allí los envía por el mundo a anunciar su palabra y a bautizar a las gentes "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".

Bien sabemos que el nombre significa, indica y revela a la persona. Así que hemos sido lavados, inmersos e incorporados en la bondad misericordiosa del Padre, en la cercanía y la salvación de Jesús, que es Camino, Verdad y Vida, y en la verdad y el amor que nos comunica el Espíritu Santo.

LA FE Y EL CAMINO

Nuestra fe en la Trinidad Santa de Dios no puede quedar en una mera afirmación teórica. Nuestra fe en el Dios trino y uno es la fuente de nuestros valores, de nuestros compromisos y de nuestras esperanzas.

El Papa Pablo VI sacaba ya cinco importantes consecuencias: "De aquí parte nuestro vuelo al misterio de la vida divina, de aquí la raíz de nuestra fraternidad humana, de aquí la captación del sentido de nuestro obrar presente, de aquí la comprensión de nuestra necesidad de ayuda y de perdón divinos, de aquí la percepción de nuestro destino escatológico".

Es evidente que esta fe trinitaria ya ha tenido un comienzo en la profesión de fe bautismal. Pero ha de ir recorriendo un camino de oración contemplativa y de acción y testimonio diario. Y ha de alcanzar un día su culminación en la gloria eterna de Dios.

- Padre nuestro que estás en los cielos, te damos gracias por la luz de tu palabra que nos ha sido revelada en Jesucristo y por el amor a nuestros hermano que el Espíritu suscita en nuestros corazones. Amén.

José-Román Flecha Andrés

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.

Comentarios...