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Maimón
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Maimón

Actualizado 03/08/2014
Raúl Vacas

Entrar en una panadería es como entrar en un diccionario. Tanto surtido, tanta repostería dispuesta y ordenada en los estantes o los márgenes, no hace sino aumentar nuestro apetito o nuestras ganas de saber.

El bollo maimón ?me cuenta Capi, una de las panaderas de Matilla de los Caños (Salamanca)? también es conocido como bollo de almidón. Hay quién lo prepara con maizena, pero el auténtico se hace con harina fina de trigo.

Su nombre original debió de ser mamón, por su tendencia a succionar y mamar el chocolate, la leche o el café donde se untaba o se migaba.

Antes, sobre todo en los pueblos, era un postre indispensable en los convites. No había comunión o bautizo sin que el maimón presidiera el mantel. Ahora ?dice Capi? todo es salado en las meriendas.

Pero el maimón no sólo es pasado, sino presente, y hay quien lo compra o lo elabora para pagar un favor o agradecer un detalle. En ese reparto, los médicos de los pueblos y las recién paridas se llevan la mejor parte.

No es mucho el coste (de preparación y económico) del maimón pero a más de uno puede salirle por un ojo de la cara si puja por él en alguna de las subastas que, en Corpus o Semana Santa y con la bendición del Cristo o de la Virgen, aún se hacen en los pueblos, tras bailar la rosca.

Con la complicidad de Machado podría afirmar que mi infancia son recuerdos de un horno de Matilla. Allí se hacen los mejores bollos maimones que he probado nunca. No es de extrañar, por tanto, que muchos de los niños de este pueblo se críen felices y rollizos como cantos rodados.

Una advertencia final: si piden en Andalucía un maimón asegúrense de que le sirven un bollo y no una especie de sopa de pan con aceite.

Anoten bien la receta: Se escachan con amor los huevos gordos / y se baten las claras hasta el punto. / Luego se añade el llanto de las yemas /y una lluvia de azúcar y almidón. / Se vierte en un dornillo enharinado / (o untado con aceite o con manteca)

la mezcla que ha de darse fiel al horno. / Y, al rato, cuando cueza con ternura, / después de que se dore y se solace, / se enfría en el cacharro donde duerme. / Al fin, cuando se apague y se desmolde, / se adorna con azúcar glas al gusto. / Puede tomarse sólo o con un trago / de espeso chocolate y aguardiente.

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