De ruta urbana por el Bajo Tormes

Un paisaje de campos de cereal y dehesas de encinas define los contornos de Almendra, aunque lo hace compartiendo protagonismo con otro de sus tesoros, el agua, y en concreto, la presa y el embalse de Almendra. Y una vez llegado hasta esta zona de la comarca, el visitante no puede perder la oportunidad de recorrer las calles de un pueblo que ha hecho de la piedra su seña de identidad en sus construcciones más tradicionales. La Ruta Urbana Autoguiada, una propuesta que comparte con otros cuatro municipios del Bajo Tormes (El Manzano, Monleras, Sardón de los Frailes y Villaseco de los Reyes), es la mejor guía para recorrer el municipio.

Una ruta con paradas interpretativas en diferentes lugares con valor arquitectónico, natural o histórico, como en la que fuera la casa palacio (luego granero y hoy abandonada) de una de las hijas del Conde Duque de Alburquerque que, según cuenta la historia, fundó Almendrina, oculta bajo las aguas del pantano. No faltan tampoco en Almendra ejemplos de arquitectura en sus casas tradicionales.

La ruta urbana por Almendra también lleva al visitante hasta la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, construida entre los siglos XVII y XVIII, y le hace caminar por la estrecha Callita, una calle ubicada entre pajares pero estrecha para que no pasaran los carros. Al final de la Callita, en tiempos, se celebraba la feria de ganado. Junto al pozo los Benitos estaban los lavaderos de piedra donde las mujeres llegaban con sus tajuelas. A lavar o a por agua también se iba a la Fuente Arriba. El portal del Rodillo era mucho más un resguardo de la puerta de entrada, ya que nos cuenta cómo era la distribución de la casa.