‘Escribir’, por Rodrigo del Castillo Medina

o teclear en una pantalla,

como quieran hacerlo,

pero hay que escribir.

Aunque sea a deshoras

a la hora de la cena,

o al desayuno

masticando las noticias,

pasando un mal trago.

Escribir en cualquier parte,

en un accidente,

que aumentan,

en un desahucio,

que aumentan,

en un suicidio,

que también aumentan.

Escribir

en medio del tsunami corrupto

que nos arrasa.

Escribir y avanzar

por las cloacas del Estado,

sin mirar los salvavidas

deshinchados de recuperación,

ni escuchar discursos huecos

de una Europa hueca, vacía.

Escribir y no rendirse

atravesando esta jungla,

leer hasta la letra pequeña

incluso del prospecto

de las preferentes,

haciendo dudar a los corruptos,

de los ERE,

haciendo temblar a los corruptos,

o de los sumarios

y sus 300 tomos.

Hay que escribir

para que salgan a la luz

y derrumbar sus guaridas.

Escribir

para que alguna vez fallen

y lo canten todo,

saber de sus movimientos.

Escribir cuanto se pueda.

Escribir,

incluso a la hora del gin-tonic,

o si nos llega,

a la hora de la horca.

Pero escribir,

no dimitir de la vida,

no callar.

Rodrigo Del Castillo Medina