Estado confusional en el P.P.

Comprendo que es difícil defender la gestión del Gobierno del Partido Popular durante estos dos años, pero lo que me resulta sorprendente son algunas declaraciones de políticos provinciales del P.P contra las personas que criticamos dicha gestión, acusándonos, sutilmente, de ignorantes, e indocumentados, de criticar por el mero hecho de criticar para hundir a las personas y, nada más lejos de la realidad.

Me he esforzado siempre por ser lo más sincera posible en todo aquello que pienso y expreso; defendiendo y argumentando con la vehemencia que caracteriza mi personalidad, para bien o para mal, pero intento que sea con razonamientos lógicos, sin faltar al respeto y menos de hundir a nadie, y como yo, muchas personas de esta provincia que no somos rehenes de nadie, ni tenemos que pagar aranceles por favores políticos o mendigar la inclusión en alguna lista electoral, porque lo único que nos mueve es la defensa de las ideas y contribuir a hacer un mundo más justo y solidario.

A mi edad, no creo en adoctrinamientos ni en dogmas de fe, y menos en política. Entiendo la crítica como compromiso de lealtad y respeto, pero muchos de ustedes están acostumbrados a vivir en una nube de aduladores que les dicen que son estupendos y prefieren rodearse de mediocres ante el miedo de perder lo obtenido.

Me resulta paradójico y hasta incomprensible que tengamos en nuestra provincia, tanto de un lado como de otro, políticos que cuando son criticados utilizan la técnica del victimismo y del ataque contra el contrario, intentando confundir o engañar para no reconocer sus torpezas políticas con argumentos hipócritas de que las cosas se están haciendo bien; como desahogo y falta de argumentos les puede valer o consolar a ustedes, pero lo único que esconden es falta de seguridad, madurez y cintura política, sobre todo, deja ver esa sobredosis de soberbia y rabietas en su huida de la realidad.

La crítica no es un ataque, no obliga a estar de acuerdo ni pretende hundir a nadie, sea dicha con suavidad o con vehemencia. En la conversaciones y debates hay que encajar las críticas aunque sean duras, se debe escuchar abriendo la mente y oídos y, se argumenta, porque la crítica es el reflejo y sentir de los ciudadanos, de los problemas que tienen por los recortes en estos dos años de Gobierno del P.P.

Vivimos en un constante atropello a nuestros derechos a través de las decisiones que están tomando desde el Gobierno central, de las que ustedes, están participando y defendiendo con actitud cómplice, al defender lo indefendible, con ese simplismo político que les hace caer en el cinismo y la hipocresía, poniendo su mejor sonrisa. Les falta no solo convicción sino argumentos.

Dicen que admiten la crítica constructiva, pero no es cierto, su ego y falta de humildad no se lo permite, no aceptan ni la crítica que se hace con respeto.

Algunas personas nos expresamos contra los abusos del poder y si ustedes creen que debemos de encajar con resignación todas las decisiones que están tomando y que atentan contra nuestro estado de bienestar, están equivocados.

¿Creen seriamente que no estamos haciendo una crítica con mesura, cuando nos están arrancando nuestros derechos? En este periodo de Gobierno del P.P. han aumentado en un millón los parados y tenemos la tasa más alta de desempleo; han abaratado el despido, recortado el desempleo y bajado el salario de los trabajadores.

¿También nos callamos con la subida de impuestos y la amnistía fiscal para los que defraudan? Podemos hablar de la devaluación de las pensiones, copago farmacéutico, destrucción de empleo público, recortes en las ayudas a las víctimas de la violencia doméstica, en la Educación y Sanidad; la limitación al acceso de la justicia de la mayoría de ciudadanos por las implantación de tasas judiciales abusivas y?. lo que amenaza por venir.

La realidad es que ustedes, han creado más pobreza y desigualdad, y así lo ponen de manifiesto todos los organismo serios y rigurosos, y sobre todo, el día a día de las personas que están pasando grandes dificultades y, esa realidad es incontestable.

Algunos políticos viven en un estado confusional preocupante con alteración de la capacidad de orientación en el tiempo y en el espacio y con gran pérdida de control crítico. Esto no lo entiendan como un insulto, más bien una ironía.