Sistema sanitario

Asistí el martes pasado a una visita del Consejero de Sanidad al Colegio de Médicos de Salamanca y me alegró escuchar que en Castilla y León se va a seguir apostando por defender el Sistema Sanitario público y por su gestión pública. Es decir, no vamos a entrar en aventuras económico-sanitarias como está pasando en la Comunidad de Madrid y que probablemente conviertan al Buen Sistema Sanitario Español en un sistema más económico que social.

Me pregunto qué habría sido de los grupos más vulnerables, como ancianos, enfermos pluripatológicos, discapacitados y dependientes, en la situación actual si no hubieran tenido un seguro a todo riesgo como es el Sistema Nacional de la Salud y que constituye un pilar esencial del Estado del Bienestar español.

Estoy de acuerdo con el Consejero en que hay que lograr que a los pacientes se les dé una Atención Integral (Prevención, curación y rehabilitación) y una continuidad de cuidados mediante la atención primaria, hospitalaria y social. Porque el reto es resolver con mayor efectividad y eficiencia los problemas de los enfermos más prevalentes y que constituyen el gran déficit del sistema actual, los enfermos crónicos y pluripatológicos con independencia de su situación.

Para ello habrá que tomar medidas, una de las que se van a emprender son lasUnidades de Gestión Clínica que deben mejorar la toma decisiones y, sobre todo, la eficiencia de los servicios clínicos para mejorar y hacer compatible la efectividad con la eficiencia y la sostenibilidad. Es aquí, en la microgestión donde se toman muchas decisiones clínicas que siendo específicamente sanitarias y profesionales son también económicas, y es necesario reducir el gasto innecesario, que lo hay, para hacer sostenible el sistema, el buen sistema sanitario que disfrutamos.

También habrá que tomar decisiones sobre la organización y será necesario formar a los profesionales sanitarios para profesionalizar los cuadros intermedios de la gestión sanitaria. Con estas medidas y con la integración y conjunción de los intereses profesionales y sociales se puede seguir avanzando y dejarse de aventuras formativas, como la troncalidad, cuando tenemos unos de los profesionales mejor formados a nivel internacional. Probablemente esta idea se haya gestado en las épocas de innovación innecesaria, dado que lo sensato es innovar y cambiar aquello que no funciona, no lo que funciona. Esta iniciativa no se justifica en relación con la mejora significativa de la formación especializada de los profesionales sanitarios. Antes, entre otras, habría que ajustar la oferta a lo que realmente se necesita a nivel nacional en base a los que se forman en nuestras facultades de Medicina. Aspecto que mejoraría la calidad formativa y contribuiría a reducir el desempleo sanitario.

El que quiera hacer del sistema sanitario un negocio económico que mire en otros ámbitos y sectores económicos y deje el Sistema Sanitario en manos fundamentalmente de los profesionales sanitarios, que salvo excepciones son gente muy preparada y con voluntad de mejorar la Salud de sus conciudadanos.