Superar el cáncer infundió energía a Lourdes Mateos. Una fuerza que, en la actualidad, transmite a quienes padecen la enfermedad y se enfrentan a la radioterapia y a la quimioterapia, asesorando al cliente de una forma muy especial y personalizada.
A punto de celebrar su primer aniversario, el centro de Lourdes Mateos y José Pedro Corredera se caracteriza, sobre todo, por una oferta personalizada y de calidad frente a las secuelas de la radioterapia y la quimioterapia.
Superar el cáncer infundió energía a Lourdes Mateos. Una fuerza que, en la actualidad, transmite a quienes padecen la enfermedad y se enfrentan a la radioterapia y a la quimioterapia. Y lo hace en compañía de José Pedro Corredera, su compañero sentimental. Uno de sus pilares en los momentos difíciles, cuando de pronto, sin esperarlo, ella escuchó el temido dictamen médico y, después, se vio inmersa en un arduo proceso de recuperación. De aquella experiencia ambos se quedaron con la parte positiva: aprendieron a crecerse ante la adversidad. Y, además, se percataron de que no existían centros que cubrieran al completo las necesidades de los enfermos. Lo cual les sirvió de incentivo para abrir HALIA, un establecimiento de estética y cuidados oncológicos situado en el número 6 de la avenida de los Maristas.
Lourdes y José Pedro son pioneros en Castilla y León gracias a un negocio que se caracteriza por la atención personalizada y la calidad de sus productos y servicios. Entre los artículos que oferta HALIA, se encuentran la colección de lencería, los complementos para cubrir la cabeza y los cosméticos específicos y naturales, muchos de ellos importados de Estados Unidos, Alemania y Francia. Por consiguiente, en el catálogo no faltan los sujetadores confeccionados para las mujeres que se han enfrentado a la mastectomía, los turbantes, los gorros, las pelucas y los pañuelos oncológicos, así como las cremas que revitalizan las zonas sensibles después de los agresivos tratamientos que reciben los enfermos. Todos los productos incluidos en el catálogo están elaborados con materiales que protegen la piel y evitan las irritaciones. Los cosméticos naturales, que también pueden adquirir las personas que no padecen la enfermedad, cuentan con los correspondientes certificados y carecen de ingredientes derivados del petróleo u otras sustancias cancerígenas.
Estética y servicio de peluquería
La cabina de estética constituye uno de los activos de HALIA. Con un servicio adaptado a cada cliente, Lourdes y José Pedro ofrecen servicios tanto para personas que están a punto de recibir la quimioterapia y la radioterapia como para quienes concluyen los tratamientos médicos y necesitan proteger las zonas sensibles. Con el objetivo de atender las citadas demandas, el personal especializado del centro prepara a los afectados para las primeras sesiones médicas, e hidrata las zonas sensibles de los enfermos cuando finalizan las sesiones. Y, por supuesto, todo en un entorno íntimo: un espacio cerrado, apartado de la zona de atención al público.
Otro de los enclaves destacados de HALIA lo conforma el salón de peluquería. También se caracteriza por ser un espacio donde predomina la privacidad. Dentro, con el personal especializado, únicamente permanecen quienes acuden a cortarse el pelo, a recibir determinados cuidados o a probarse los complementos del catálogo. Además, en este último caso, si el cliente prefiere quedarse solo, sin la presencia del empleado especializado, este respeta en todo momento su decisión y abandona la estancia.
Asimismo, dada su experiencia, Lourdes y José Pedro apuestan por la solidaridad. Por eso colaboran con una fundación malagueña, Mechones Solidarios. HALIA corta el pelo a cambio de un módico precio y, a continuación, entrega ese cabello para que diseñen pelucas destinadas a cubrir las necesidades de los niños que sufren la enfermedad. A su vez, el centro incluye un probador y un cuarto de baño ajustados a las necesidades de cada usuario, igual que las cabinas de estética y peluquería.
Accesibilidad y asesoramiento
La quimioterapia y la radioterapia debilitan el cuerpo hasta el extremo de que, en ocasiones, muchos se ven forzados a desplazarse en sillas de ruedas. HALIA piensa en ellos y dispone de unas instalaciones adaptadas a sus demandas, así que la accesibilidad se encuentra también entre los rasgos que han convertido a Lourdes y a José Pedro en pioneros a la
hora de ayudar a los enfermos. Normalmente, quienes visitan el establecimiento se encuentran luchando contra el cáncer. Sin embargo, algunos de los complementos de belleza y de los tratamientos estéticos incluidos en el catálogo están destinados también a las personas que no padecen la enfermedad.
El asesoramiento es, sin duda, otra de las fortalezas de HALIA. Ante la dificultad a la hora de encontrar
información sobre determinados artículos y tratamientos, Lourdes y José Pedro se decantan por reunirse con los interesados y facilitarles detalles acerca de los productos y servicios adecuados a sus necesidades. Llevan casi un año en ello; pronto celebrarán el primer aniversario de un negocio que, desde su creación, es un referente en la Comunidad en estética oncológica. Y, como todo buen establecimiento, HALIA busca nuevas vías de negocio. Por eso sus propietarios abrirán en breve una tienda online para responder a las peticiones del mayor número posible de personas.