Del valor al precio

No, hoy no hablaré de fútbol la saturación de estos días lo hace innecesario y además poco podría añadir a lo dicho, sobre nuestra efimera presencia en el Mundial de Brasil. Aunque existen ciertas similitudes entre una cosa y otra en lo referente a valor y precio, porque como un sabio dijo el valor de algo (¿de alguien?) generalmente tiene poco que ver con su precio y que por tanto confundir lo uno con lo otro es un grave error de apreciación, lo triste es que este desliz es muy frecuente.

No sé si ustedes reconocerán la pintura que acompaña al texto, por si no es así les diré que se trata de una obra del pintor nacido en Letonia y afincado en Estados Unidos, Mark Rothko, realizada en 1961 y que tituló "Naranja, rojo, amarillo" (¿inspirado no les parece?). Dicha obra alcanzó en subasta el récord en la categoría de arte contemporáneo al pagar por él, un anónimo personaje (¿por qué siempre son anónimos?), una cantidad próxima a los 87 millones de dólares, unos 66 millones de euros. La critica especializada afirmo que se trata de: Tres rectángulos y tres colores. Cálidos y ardientes tonos de rojo pintados sobre un fondo carmesí más lavado. La obra pone de relieve el personal lenguaje pictórico de su autor, con el que se propuso expresar emociones universales como la tragedia o el éxtasis. ¿A ustedes les emociona? ¿Les transporta a la tragedia o el éxtasis?. Pues lo siento, tal vez esté falto de sensibilidad pero a mí, no.

Sí, ya sé todo eso de que los artistas plasmas en sus obras su particular visión del mundo ? en muchos casos excesivamente particular - pero también los compradores de sus obras lo hacen. Además, dicen que el arte tiene un objetivo estrictamente estético, pero la estética, en su acepción filosófica, tiene por finalidad el estudio de la esencia y la percepción de la belleza ¿es bella la obra de Rothko? Hombre cuando se paga ese precio uno no puede por menos que preguntarse ¿es "estético" pagar una fortuna por un lienzo con tres rectángulos de colores con tan inspirado título? ¿No les recuerda a nuestra enseña patria?

¿Qué variables definen el "valor" y cuales el "precio"? Según la paradoja de Adam Smith deberían ser su valor de uso y la complejidad del proceso para obtener el objeto en cuestión. Sin duda una obra como la de Rothko apenas tiene más valor de uso que más allá de ser admirada y subastada, por tanto su precio debería venir marcado por la complejidad del proceso de elaboración y tal vez sea así.

Lo cierto es que resulta un secreto insondable el trabajo de los marchantes de arte cuyo fruto es el precio del mismo del mismo, tanto como el de los corredores de Bolsa, y es que cuando se vinculan valor a precio todo es susceptible de ser comprado y vendido, incluso y lamentablemente, las personas. Entramos en el terreno de juego de la pura y dura especulación, del rumor, de lo etéreo e irracional o al menos lo incompresible para el común de los mortales. Nos situamos en ese insondable universo que manejan a su gusto reducidas élites capaces tanto de subir a los altares como de condenar a las profundidades de los infiernos cualquier cosa, o a cualquier persona, de hacer subir o bajar el precio de las cosas sin que su valor sea algo a considerar. Tal vez sea por aquello que un día dijo Alfonso Guerra: A veces, el arte está en los críticos. Ellos inventan el arte o quizas la verdad se encuentre en los acertados versos de Antonio Manchado: Todo necio, confunde valor y precio.