La verdad os hará libres

En pocos días estaremos, de nuevo, inmersos en campaña electoral, en esta ocasión de Elecciones al Parlamento Europeo. Y, tal vez más que en las anteriores, parece que estará dominada por la falta de interés de los electores, la escasez de programas y propuestas, la baja relevancia de sus candidatos y la casi total ausencia de un verdadero debate político, en definitiva una campaña de "patio de colegio", en la que se impondrá, como en ocasiones anteriores, el "tú más" y el interés por desacreditar al oponente a una autentica y honesta confrontación de posiciones para enfrentar los graves problemas a los que todos nos enfrentamos. En medio de este guirigay de esperpénticas soflamas donde apenas se apuntan soluciones creíbles para las dramáticas causas de esta crisis en la que estamos sumidos ¿cómo saber distinguir la paja del grano, la simple propaganda de las verdaderas intenciones de diferentes partidos?

Todos hemos oído alguna vez la acertada sentencia evangélica donde se afirma que "la verdad os hará libres", que Juan (Jn 8,32) pone en boca del mismísimo Jesucristo con motivo de una de las numerosas conversaciones que el profeta mantenía con algunos de sus seguidores. Pero puede que, al igual que antiguos oyentes, no todos entendemos lo mismo al escucharla. Cierto es que a simple vista parecer una frase sencilla, pero en mi opinión contiene un exigente compromiso, un compromiso difícil y peligroso de asumir, sobre todo para personas como nosotros que vivimos en una sociedad en cuyo seno creemos ser libres, lo que nos puede llevar a concluir, erróneamente en muchos casos, que conocemos la verdad.

Y digo que ese compromiso es exige y difícil porque convendrán conmigo en que buscar la VERDAD no es tarea fácil, al tiempo que es anhelo supremo y vocación de todo ser humano. También es un peligroso compromiso pues implica estar dispuesto a realizar una búsqueda responsable y honesta, una búsqueda sin juicios preconcebidos, asumiendo el riesgo de encontrarnos con cosas que no nos gusten y que hagan tambalearse esas seguridades a cuya sombra vivimos confortablemente.

La verdad está, irremediablemente, unida a la libertad, porque sólo conociéndola podremos actuar con libertad. ¿Cómo podremos tomar decisiones libremente sin conocer la verdad? Que se lo pregunten, por ejemplo, a los afectados por las preferentes o las hipotecas. La pregunta clave ahora es ¿para qué ser libres? Pues entre otras cosas, para poder opinar con sentido y por nosotros mismos, para poder cuestionarnos las cosas, para tomar decisiones coherentes, y principalmente para actuar, para actuar en el mundo, en la vida y dejar de ser simples espectadores de ella.

Europa es una apuesta, una apuesta colectiva que a todos nos atañe y no podemos ignorar este hecho por de ello depende el modo de vida de millones de personas. Creo que Fernando Savater en su ensayo "Ética para Amador", obra en la que el autor trata de explicar de forma sencilla a su hijo algunos de los principios básicos del actuar en sociedad y que recomiendo a todos, expresa con mucha claridad lo que quiero decir: "En los sistemas políticos en que los individuos nunca son del todo <>, tampoco suelen serlo los gobernantes que siempre actúan movidos por la <> históricas o los imperativos de la <>ón>".

Son las decisiones personales, individuales e intransferibles, el voto de cada uno de nosotros, lo que definirá cómo será la Europa que nos jugamos dentro de una par de semanas. No podemos delegar nuestra responsabilidad, haciendo caso omiso de la única herramienta de participación que tenemos. Europa es un asunto importante para todos incluso para muchos millones de personas que no pertenecen a su territorio. Son muchas cosas las que están por decidir, cosas muy importantes.

"El voto es el instrumento más poderoso jamás concebido por el hombre para derribar la injusticia y derribar las terribles paredes que encarcelan a unos hombres por ser diferentes de otros" Son palabras del Lydon B. Johnson, presidente de los Estados Unidos tras el asesinato de Jhon F. Kennedy. Voten lo que quieran pero voten. Con libertad y ante todo con responsabilidad y conscientes lo que puede estar detrás de su voto.