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“La llegada de vocaciones las vivimos con asombro. No entendemos porqué aquí sí y en el...
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SOR MARIA ALELUYA, responsable de las CLARISAS DE CANTALAPIEDRA

“La llegada de vocaciones las vivimos con asombro. No entendemos porqué aquí sí y en el...

Actualizado 08/10/2020
Raúl Blázquez

Asegura que la sociedad de hoy y el consumismo "impiden recibir ideales más altos" pero mantiene su esperanza en la juventud

Hablar de la vida tras los muros de un convento es hacerlo de un diario duro y austero, dedicadas plenamente a la contemplación y la oración, siempre con el carácter propio que implica cada congregación. Es hablar de un retiro voluntario, de una separación del mundo, que sirve para facilitar el recogimiento exigido por la espiritualidad monástica que, tal y como reconocen quienes a ello ofrecen su vida, sirve de plena felicidad.

Este bien puede encontrar su ejemplo en el convento Sagrado Corazón de Jesús de las clarisas de Cantalapiedra, uno de los más numerosos en cuanto a hermanas, y que hoy sigue su vida silenciosa, con medio centenar de monjas arropando una fe y un convento con grandes raíces históricas en Las Villas.

La Madre Sor María Aleluya es la responsable del convento, quien ve con diferentes miradas, el hoy de la fe y la situación que está generando la pandemia entre la sociedad actual.

¿Las clarisas de Cantalapiedra es el convento más grande en número de monjas de la provincia y uno de los más grandes de España?

S.M: De la provincia sin duda, pero hay más hermanas en las clarisas de Soria. Hoy aqui somos 56, con un total de 54 aquí y otras dos ayudando en otros conventos. Hemos tenido además una nueva incorporación recientemente, una chica muy joven que entró el 4 de octubre.

¿Cómo han vivido y están viviendo la situación sanitaria por el coronavirus?

S.M: Pues lo hemos vivido y estamos viviendo mejor que el resto de la sociedad. Nosotras estamos en un régimen voluntario de confinamiento, nada que ver con la vida de fuera. Entendimos desde el primer momento que nuestra misión era incrementar la oración por la situación y las personas, por lo que hemos tenido tiempos de adoración nocturna y oración por todos. Lo hemos vivido con una intensidad especial de conciencia.

¿Cómo se sustenta el convento?

S.M: Nuestra fuente principal de ingresos es la repostería?Pero lo cierto es que nuestra vida es muy sencilla. La ropa nos la confeccionamos nosotras, el calzado igual, mientras que de la huerta sacamos buena parte de nuestro sustento por lo que necesitamos pocos ingresos para hacer frente a los gastos de la comunidad.

¿Las ventas de sus productos también se han visto afectadas por el Covid?

S.M: Si que se ha notado. Vendemos a una gran superficie y esta se ha mantenido, pero las que hacemos de manera presencial, a través del torno, de gente que venía a comprar o de visitas se ha quedado a cero.

¿Cómo ve la situación actual de las vocaciones?

S.M: El avance de la sociedad no las favorece. El consumismo hace que sea muy complicado escuchar ideales más altos, pero sí que sigue habiendo gente que recibe la llamada de Dios a algo especial, pero no para cubrir las necesidades de todos los monasterios claro está. El caso de las Clarisas de Cantalapiedra es el contrapunto vocacional a otros conventos que están a punto de desaparecer.

¿Cómo ve este auge vocacional que mantienen?

S.M: Con asombro. No entendemos porque aquí hay vocaciones y en el convento de al lado no. Sabemos que no es cuestión de la vida que lleven. Nos admiramos, pero no podemos más que dar las gracias a las que vienen porque no es que hagamos nada especial para ello. Sé que humanamente donde hay jóvenes se llama a otras jóvenes, algo que no pasa con las de avanzada edad. Cuando una persona busca entregarse al Señor, trata de encontrar esa vitalidad en la entrega, que se le exponga en un lenguaje que puedan entender. Aquí, desde que hay jóvenes, podemos dar un testimonio mucho más entendible para la juventud.

¿Cómo valora la situación de la fe hoy en la sociedad?

S.M: La fe ha sido una inercia durante mucho tiempo, porque la recibíamos o era una tradición. Ahora, con esta situación, estamos viviendo una purificación. Estamos quedando reducidos en número pero está siendo muy sincero. La gente que hoy va a misa, que procesa la fe, es porque tiene la fe muy sólida y arraigada.

¿Cómo animaría a quien este sintiendo hoy esa curiosidad ante la llamada de la vida contemplativa?

S.M: Le diría que Dios tiene un plan maravillo para cada uno. El mayor acierto de la vida de toda persona es dar con ese proyecto y saber secundarlo, es el camino real hacia nuestra felicidad. Si alguien lo está experimentando, si te está llamando, no puedo más que animar a que sigan adelante, a tirar de ella porque estará encontrando la felicidad plena.