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La conferencia del P. Manuel Diego y Concierto 3 despiden los actos con motivo del Doctorado de...
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Alba de Tormes

La conferencia del P. Manuel Diego y Concierto 3 despiden los actos con motivo del Doctorado de...

Actualizado 27/09/2020
Pedro Zaballos / Manuel Diego

Ambos actos tuvieron lugar en el teatro de Alba de Tormes bajo estrictas medidas de seguridad higiénico sanitarias con motivo del COVID-19

La conferencia '¿Por qué Santa Teresa de Jesús Doctora de la Iglesia?' impartida por el Padre Manuel Diego y el concierto musical ofrecido por Concierto 3 pusieron el punto final a los actos programados con motivo del 50 aniversario del nombramiento de Santa Teresa de Jesús como Doctora de la Iglesia.

Ambos actos tuvieron lugar en el teatro de Alba de Tormes bajo estrictas medidas de seguridad higiénico sanitarias con motivo del COVID-19. A pesar del aforo limitado, tanto la conferencia como el concierto contaron con una destacable afluencia de público.

Durante la conferencia, el P. Manuel Diego trató de glosar toda la prehistoria de la decisión eclesial que Pablo VI llevó a cabo en el domingo 27 de septiembre del 1970. Hace ya 50 años de ello, y en aquella ocasión también fue domingo. En el caso teresiano los méritos eran más que suficientes, tanto por la difusión y traducción de sus libros a todas las lenguas, un fenómeno que comenzó ya en el siglo XVII, como por la densidad y profundidad de su doctrina. El inconveniente era la práctica tradicional que, por la afirmación paulina de que "las mujeres callen en la Iglesia" (1 Corintios 14, 34 y 1 Timoteo 2,12), la disciplina eclesiástica reservaba el título de doctor sólo a santos que, además de escritores y doctrina eminente, fueran hombres. Ha sido una interpretación muy estricta de la afirmación paulina la que no ha permitido que algunas mujeres santas y escritoras no entrasen en la lista de los Doctores de la Iglesia.

Aún con ese inconveniente, el caso de Santa Teresa es muy singular, por tratarse la suya de una mística muy difundida y además considerada de mucha autoridad y calidad teológica. Así ha sido desde que se comenzó a difundir su pensamiento a través del libro impreso. Ya lo decía su antiguo biógrafo Tomás de Jesús Sánchez Dávila (1606): "Pero como Dios tenía a esta santa escogida para maestra de muchos, y ordenaba su talento para aprovechamiento de todos, dispensó esta ley (de la condición femenina), haciéndola Doctora de espíritu".

Todo el mundo (incluso grandes teólogos y santos) la ha llamado siempre la Doctora mística. Así pues, una Doctora de hecho, proclamada y reconocida de todos, desde siempre, aunque faltase la declaración formal de la Iglesia que tardó casi cuatro siglos en llegar. Por eso, el mismo Papa en la homilía de la misa del doctorado, comenzaba diciendo: "Acabamos de conferir o, mejor dicho, acabamos de reconocer a santa Teresa de Jesús el título de Doctora de la Iglesia".

Interesantes las referencias dadas a la presencia de esta convicción en Salamanca y Alba de Tormes, a través del arte y de la imaginería; en concreto refirió varios casos concretos existentes en Alba que a menudo se nos escapan. Lo cual quiere decir que aquí, en este lugar teresiano de su muerte y sepulcro, siempre se la ha presentado como tal, como doctora y maestra en el camino espiritual.

Aunque esperamos que la conferencia sea publicada de manera íntegra en el libro de fiestas de octubre 2021, a continuación reproducimos el párrafo final en el que se da a conocer la parte de Salamanca y Alba de Tormes en la historia de este reconocimiento.

"Hubo en ella otro tipo de nacimiento, distinto al biológico ocurrido en Ávila, y éste ocurre en Salamanca, la ciudad que hizo posible el que ella entrara en la historia, la literatura, la santidad católica y hasta en la religiosidad popular, puesto que esta ciudad hizo posible el que Teresa ingresara en la cultura mundial y en la mística universal.

En Salamanca, preparada por el humanista fr. Luís de León, sale la edición príncipe de sus obras (1588), apenas sies años después de su muerte:

Aquí se edita por un catedrático salmantino la primera biografía teresiana, escrita por el jesuita Francisco de Ribera (1590), a los ocho años de su muerte; En Salamanca y Alba de Tormes, el obispo Jerónimo Manrique abre la primera fase informativa del proceso de beatificación, octubre de 1591, y no se habían cumplido aún los diez de su muerte. La Universidad salmantina en reiteradas ocasiones del proceso canónico solicitará expresamente al Papa su beatificación y canonización.

Absolutamente se trata del primer paso en la carrera de la glorificación de santa Teresa; de Salamanca sale un grupo de discípulas carmelitas de Santa Teresa, dirigidas por la famosa Ana de Jesús Lobera, para propagar el Carmelo Teresiano en Europa (Francia y Bélgica), grupo al que se añade además la enfermera de Santa Teresa, Ana de San Bartolomé (1605). Así la mística teresiana entra en contacto con centroeuropa, ocasionando la difusión teresiano-sanjuanista una eclosión mística tal, que en Francia se le suele denominar al siglo XVII el siglo de la invasión mística.

Alba de Tormes es el primer lugar de España que escoge a Santa Teresa como patrona, ya en el año mismo de su beatificación (1614), y hace el voto de guardar su día como festivo, un ejemplo y modelo a seguir que adoptarán después Salamanca y otras ciudades y lugares de España; la universidad salmantina en torno a 1623, con la anuencia del papa Urbano VIII, en solemne acto académico público, le concede a Santa Teresa las insignias doctorales (birrete y muceta), gesto que provocará que en Castilla y España, desde entonces, las imágenes teresianas de culto aparezcan adornadas de tales atributos y así aparezca ante el pueblo como maestra o doctora mística.

No cabe duda, que fue un precedente eficaz que se traslada además al arte iconográfico, y que tal concesión salmantina se hará constar, por ejemplo, en el cuadro del pintor mexicano Juan Correa (1646-1716), conservado en la iglesia de santo Tomás de Ávila, el cual debió influir en un famoso grabado de Richard Collin puesto al frente de la edición de las obras teresianas de Bruselas, 1674-1675. No pasó desapercibido el gesto salmantino que en alguna manera fue un precedente del doctorado eclesial.

En octubre de 1922 la misma Universidad salmantina, esta vez con presencia de los Reyes, concede a santa Teresa el doctorado "honoris causa", ocasión en que los Reyes de España visitan Salamanca y Alba de Tormes. No olvidemos que era la primera mujer a la que Salamanca otorgaba tal honor. O sea, que la difusión de sus escritos, el primer relato biográfico, los primeros pasos de su glorificación, la salida a Europa de la obra fundacional y del mensaje teresianos, el culto popular, el reconocimiento magisterial explícito de su figura, etc. todo esto, de alguna manera, comienza y sale desde Salamanca. No ocurre lo mismo con ningún otro sitio o enclave geográfico.

Por lo cual, podemos decir que Salamanca y su entorno, también Alba de Tormes, han contribuido tanto a la declaración de Santa Teresa como Doctora de la Iglesia, han aportado motivos y razones, han realizado gestos de trascendencia y significado y hasta se han adelantado a la decisión eclesial de septiembre 1970".

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