La falta de mantenimiento y limpieza de la ciudad suscita las quejas de los ciudadanos de Béjar
Muestra de algunas de las fotografías de denuncia recibidas de ciudadanos indignados por la falta de limpieza y mantenimiento de las zonas públicas
El reloj de la torre de San Gil se paró durante el confinamiento y así ha permanecido todo el verano, como un símbolo de otros servicios que los vecinos de Béjar consideran que no se están prestando correctamente en la ciudad a tenor de las abundantes las imágenes que nuestros lectores han estado haciendo llegar a redacción, con denuncias por la falta de mantenimiento y suciedad, tanto en las calles de Béjar como en rutas de los alrededores de la ciudad.
Un ejemplo de ello es la Ruta de la Umbría, un paseo por la cara norte de la ciudad que se encuentra lleno de excrementos de perros, sobre todo en el primer tramo, el más cercano al barrio de La Antigua. En la misma ruta sale al paso un banco dedicado al descanso de los caminantes, con una gran cantidad de colillas tiradas frente a él y al lado, una papelera con la bolsa recién puesta, por lo que alguien de mantenimiento llega hasta el lugar para cambiar las bolsas de basura pero las colillas se acumulan sin que nadie las recoja.
En situación de abandono se encuentra también el merendero de la estación de ferrocarril, en plena Vía Verde, con bancos prácticamente desaparecidos bajo la maleza por falta de desbroce, en uno de los lugares de paseo y deporte más concurridos durante este verano.
A estas deficiencias se suma el problema de los insectos en los bancos del parque municipal y de los estorninos que están regresando de nuevo a ese lugar; pero además, una mugrienta cabina, latas y basuras acumuladas en algunos jardines y aceras sucias bajo las papeleras son la estampa en céntricas calles de la ciudad, sin olvidar los contenedores rotos y en un estado lamentable de limpieza, que necesitan un recambio urgente.
Otra de las quejar recibidas viene de dos barandillas arrancadas por causa de sendos accidentes de tráfico, uno ocurrido en la calle Ramiro Arroyo el día uno de febrero y otro en la zona de El Regajo el día 11 de julio, ambas han permanecido desprendidas desde entonces como muestran las imágenes.