El futuro de las explotaciones apícolas, en manos de la varroa

Es un ácaro prácticamente invisible pero altamente parasitario para las abejas, tanto que termina por destruirlas y, de momento, no hay una solución efectiva para terminar con él. La varroa afecta a las abejas adultas devorando su tejido corporal. Es voraz por lo que puede destruir colmenas completas, algo que suele ser más habitual en época invernal.

La incidencia de la varroa es especialmente dramática en la provincia de Salamanca, la de mayor potencial apícola en Castilla y León. De hecho, un 70 % de todas las colmenas de la Comunidad pertenecen a los cerca de 400 apicultores charros. Desde hace años se intenta combatir la enfermedad provocada por el parásito "pero la enfermedad siempre va un paso por delante".

Según denuncian desde la Asociación de Apicultores Salmantinos, los productos que hay en el mercado contra la varroa "son muy pocos y no son efectivos pues no pueden con este parásito". A juicio de Castro Fernández, "a pesar de las advertencias desde diversos ámbitos parece que todavía cuesta concienciarse sobre la importancia de las abejas en nuestro ecosistema".

A pesar de estar en sintonía con esta corriente mundial de sostenibilidad, ese mensaje no termina de calar. Si las peores previsiones se cumplen, el 50 % de las colmenas salmantinas podrían morir este año por culpa de la varroa, advierten desde el colectivo de apicultores, "con lo cual la producción otra vez se vería mermada el año que viene y comprar nuevas colmenas para reactivarla, hoy por hoy, con la crisis que atraviesa el sector, no es viable", advierte Castor Fernández al tiempo que se encomienda al clima para intentar revertir el mal momento. Pero la inestabilidad de los últimos meses "no ayuda".