Semidioses

Todos los pueblos tienen sus héroes o semidioses, que casi siempre se confunden entre sí, a quienes dan culto y ofrecen sacrificios. Estos semidioses o héroes han sido creados por los mismos pueblos, han nacido casi siempre de algún personaje real y popular captado en alguna situación especial imaginada e idealizada En general estos semidioses tienen todas las virtudes y los vicios de la gente de ese pueblo, y tanto la virtudes como los vicios los poseen en grado excelso, sublime. Y cada uno de ellos es prototipo de alguna virtud o vicio concreto. Nuestra época y nuestros gentes de hoy no podían ser de otra manera, el ser humano es el mismo por naturaleza hasta que no nos lo cambien los experimentos de de la biomedicina o biogenética.. El pueblo ha cantado siempre a sus héroes, una veces por medio de los cantos populares otras, por medio de sus poetas y cantantes con cantos líricos y épicos. En, nuestra civilización occidental el más significativo de los pueblos, que han cantado a sus héroes míticos es el pueblo griego, sobre todo en sus dos grandes poemas: La Iliada y La Odisea. Hoy los semidioses son los futbolistas y algunos otros "medallas" de los deportes de masas, o muy difundidos por las imágenes de los medios de comunicación, sin olvidar a los cantantes, actores y actrices de teatro y cine .y de la misma televisión .y cada vez más otros personajes que pululan por las redes. Pero el tipo de semidiós más puro en nuestro mundo tan vació de pensamiento es el futbolista, que llega al olimpo sólo por la gracia de la fuerza y habilidad de sus pies; y si usa la cabeza es sólo para dar un testarazo y acertar a que un bola ideada sólo para eso entre por un rectángulo, dos postes y un larguero de madera o alguna materia mucho más resbaladiza. Si consigue esto a este semidiós se le permite todo y es recompensado con millones de euros y como consecuencia de esa corona de oro, es vitoreado y jalado por las multitudes que exaltan y cantan algunas de sus virtudes y sobre todo sus vicios. En la antigüedad se les veía en directo en las Olimpiadas y competiciones similares, a las que acudía el pueblo, se les coronaba de laurel y se les cantaba en los poemas y en las obras representadas en los teatros. Hoy los pueden ver en directo sólo algunos privilegiados, pero sus imágenes están difundidas en los medios audiovisuales y escritos, y en las loas y panegíricos que miles de periodistas les dedican. Incluso pueden verse y ser jaleados tanto en directo como en los medios de comunicación a la entrada y salida de los tribunales de justicia cuando han tenido la audacia de defraudar a la Hacienda pública o cometer cualquier otra clase de felonía. o delito sexual, por ejemplo, que puede ser considerado como una hazaña, similar a los Trabajos de Hércules. Las iliadas y odiseas de nuestros semidioses las van componiendo día a día, en tono épico o en tono más doméstico (los trabajos y los días de Hesiodo) los periodistas, locutores de radio y narradores de partidos en la gran pantalla o comentaristas en los distintos medios. Ellos hacen el libreto para que el pueblo lo repase en sus reuniones en el bar, en el banco del parque, o en el sofá de su casa.. O también cada individuo sólo extasiado ante la tele contemplando esos seres semicelestiales a los que desearía emular por lo menos en sus cuentas corrientes.