Unionistas es un producto no perecedero

Salió un día brillante de primeros de diciembre en Salamanca para que Unionistas siguiera en la senda de no caer derrotado y estirar la racha de partidos invicto.

El rival, el Deportivo Fabril llegaba a las Pistas con la moral alta tras vencer en el último minuto al Real Madrid Castilla, por lo que los deportivistas arribaban a la capital del Tormes con intenciones de salir de la zona peligrosa de la tabla.

Ambas escuadras querían sumar y el empate final gustó a los dos. Las rachas no se rompen y los locales, con sus limitados recursos, encadenan 10 partidos sin perder, hecho histórico y acto heroico de los de Aguirre. Sumidos en ese paraíso y sin pecado original, Unionistas es feliz. Su juego, sin desarmarse y sin coquetear con el peligro, es sobrio, muy sólido.

Aguirre y sus muchachos, con la lección muy bien aprendida desde pretemporada, pelean hasta el minuto final y el balón no es un elemento negociable en su batalla, si te duermes con él, te muerden, se sudan todos los metros, todos los centímetros de la parcela del terreno de juego.

En la primera parte, el Fabril dominó de manera timorata y Unionistas, cómodo en su parcela, quería picar en la yugular coruñesa con alguna jugada a la espalda de su defensa.

Molina y la retaguardia, contando con los dos medios centros, volvieron a demostrar que son impermeables a los ataques rivales, y sólo vislumbraron dos ocasiones de peligro en los primeros 45 minutos. Atrás, Unionistas es un acorazado infranqueable. Ribelles es Mariscal, pero todos defienden. Desde Manjón, incansable en la presión hasta el muro Admonio, los charros son de acero inoxidable.

De la Nava tuvo la oportunidad de adelantar a los locales con un cabezazo que sacó de esplendida estirada Pedro, el guardameta rival. Javi Navas pone magia en sus centros y los delanteros se relamen cada vez que el interior desprende su magia desde la banda.

En la segunda parte el equipo que propuso y pudo ganar fue Unionistas, pero Pedro , portero deportivista, salvo a los suyos con una intervención de foto. Jorge Hernández se adelantó a la defensa y de nuevo, De la Nava, Don Carlos, sacó un zapatazo que tenía marchamo de gol hasta que se encontró con la manopla del guardavallas rival. Unionistas fue mejor pero el Fabril creyó en el empate final, que ambos dieron por bueno.

Los guerreros de las Pistas sigue creyendo en lo que hacen, no desfallecen, y a pesar de ser un recién ascendido, dejan huella en la categoría con un poso de equipo muy hecho en el bronce del balompié español.

Son diez partidos sin caer, sumando ante equipos hechos a base de talonario,de pelea frenética por la supervivencia en una división, la segunda B, en la que un equipo de fútbol popular hace siempre una fiesta de sus envites. Unionistas suma y sigue. Ahora nos espera el Sanse, equipo que desde arriba de la tabla lo ve todo muy plácido. Pero ¡Ojo! llega el gran Unionistas y las cosas se complican.

Un sábado más las Pistas fueron una tierra inexpugnable para el rival y Unionistas demostró que no es un producto con fecha de caducidad, es un producto no perecedero.