Sin noticias de C y L

Estos días en que aún está reciente la celebración cervantina, los actos de Alcalá de Henares de entrega del "Cervantes" a Eduardo Mendoza, recurrimos a parafrasear uno de sus títulos narrativos ?Sin noticias de Gurb?, para aludir a esa falta de noticias que nos lleven hacia una andadura de futuro en la tierra en que vivimos, en nuestra comunidad autónoma.

Las únicas noticias que nos estimulan son las que surgen de esos creadores de nuestra tierra que, desde la soledad y la fraternidad con los otros, y esa sintonía profunda con la tierra, con la naturaleza, con el cosmos, con la raíz humana, crean una obra duradera y hermosa, que da señales de lo que somos.

El pasado fin de semana, leíamos en toda la prensa la concesión del prestigioso Premio de la Crítica de Poesía a una obra del poeta soriano Fermín Herrero, Sin ir más lejos, publicada en Madrid en 2016, de la que escribíamos en esta misma columna poco tiempo después de que se editara. Poesía luminosa, musical, concisa y precisa, sobria, que plasma, desde la vibración íntima, esa otra vibración que Castilla, que las tierras altas albergan y desprenden.

El próximo 16 de mayo ?y es otra noticia alentadora, dentro del campo de la creación del que hablamos?, se celebrará en la Universidad de Salamanca una jornada de estudio y de homenaje a Antonio Colinas, con motivo del Premio "Reina Sofía" de Poesía (acaso el más importante que, sobre este género, se concede en nuestro país) que le fuera concedido y que recibiera el pasado otoño en el Palacio Real de Madrid, de manos de la reina emérita.

Antonio Colinas y Fermín Herrero son dos poetas de nuestra total predilección, con los que estamos en sintonía vital y creativa. Figuras y actitudes como las suyas siguen manteniendo viva esa llama de dignidad y de belleza que es uno de los mejores patrimonios de Castilla y de nuestro idioma.

Pero ¿qué otras noticias tenemos? ¿Las hay buenas? Los montes del hermoso, mítico y religioso Valle del Silencio berciano han ardido, para desgracia de todos, como patrimonio natural no bien atendido. Las estadísticas que saltan estos días a los medios de comunicación hablan de una pérdida de población en nuestra comunidad autónoma, que es una sangría que la desertiza. Los jóvenes con estudios universitarios terminados, y los demás, han de emigrar fuera de nuestra tierra a buscarse la vida. Y podríamos seguir repasando las cuentas de un rosario de aflicciones, de todos conocido.

Sin noticias de C y L. Como si viviéramos en el país de la parálisis, del no hacer nada, como respuesta a una tierra que se nos está quedando vacía, envejecida, enferma, mal atendida. Y como si, además, nos diera igual a todos.