"La cultura de la Transición vol.2"

No lo sé, pero empiezo a pensar que estamos ante una situación que ya hemos vivido, como si de la serie "Lost" o del "Ministerio del Tiempo" se tratase, una especie de bucle espacio-tiempo. Me refiero al pacto firmado esta semana por PSOE y Ciudadanos y a la situación política actual que se está dando a conocer como "la segunda transición".Pero para ver de qué va la segunda primero hay que entender la primera, y más aún, saber en qué consiste una transición política.

Una transición es un proceso de transformación del régimen político, dirigido por el propio establishment (la élite política y económica), con el objetivo de frenar o eliminar la posibilidad de una ruptura democrática originada por los de abajo.

Vayamos con los actores que la protagonizaron en España: lo primero que se hizo fue intercambiar una derecha rancia y ultraconservadora (aunque se incorporó también dirigida por Fraga, ese gran demócrata de toda la vida) por una derecha más "amable" y moderna, dirigida por Adolfo Suárez. El PSOE pasa de ser un partido completamente minoritario socialmente hablando a ser el verdadero Partido-Estado, apoyado por los poderes de Alemania y EEUU y con una gran operación de marketing en torno al aquel entonces joven Felipe González, con el objetivo de aislar al PCE y convertirse en el filtro y catalizador de las masas populares y sus demandas, para evitar que éstas provoquen una ruptura democrática. El PCE, en cambio, pasa de ser una fuerza política con un gran arraigo social a convertirse en un partido político marginal, debido en gran parte a la presión de la época, pero también a la ceguera de una dirección política, que había estado exiliada fuera de España y que no tenía prácticamente nada que ver con la organización del interior, anclada en lo antiguo y en la derrota e incapaz de analizar correctamente el momento histórico (en esto siguen sin cambiar mucho), y encabezada por un Santiago Carrillo que no superó nunca las JSU y siempre se vio como subalterno de los socialistas. Todo esto dirigido, se me olvidaba, por el nuevo Jefe de Estado, el ciudadano Juan Carlos.

Pues bien, para pasar a analizar la segunda, debemos partir del 15 de mayo de 2011, día en que un grupo de jóvenes, muy bien formados, irrumpen en el escenario socio-político generando un efecto dominó que llena plazas y calles de gente y nuevas demandas ciudadanas que ponen en peligro el sustento y los privilegios de aquel "Régimen del 78". Unos años después, otro grupo muy bien formado y en su mayoría también de jóvenes, deciden poner en marcha una herramienta política que canalice hacia las instituciones públicas toda esa serie de inputs (demandas individuales y colectivas) de la ciudadanía, estoy hablando de PODEMOS. El poder económico representado en el IBEX 35 y la banca alemana, que de tonto no tiene un pelo, pone en marcha su estrategia con una operación de maquillaje de una monarquía inundada de corrupción hasta el cuello, provocando la abdicación de Juan Carlos I y una nueva Restauración Borbónica (y ya van unas cuantas...) dirigida por el ciudadano Felipe VI. Hay que "cargarse" al PP, que ha generado mucha conflictividad y muy mala imagen, y poner sobre el tablero político de nuevo a una derecha camuflada de modernidad dirigida por un nuevo Suárez, el joven y apuesto Albert Rivera, y un renovado PSOE liderado por otro joven González con mucho marketing y coaching en la cabeza, abanderándose como la única alternativa al PP y acusando de hacer "la pinza" a todo aquel que ose disputarle la hegemonía de la izquierda. De momento no les salen los números, pero no desestimemos nunca el poder del lado oscuro.

No nos dejemos engañar de nuevo por violinistas que cogen el instrumento con la mano izquierda y acaban tocando la melodía con la mano derecha. No apelo a las bases del PSOE porque no son de izquierdas (el resultado de la consulta da fe de ello), apelo a la gran mayoría de sus votantes que una vez tras otra son traicionados. Luchemos por un gobierno de cambio y progreso auténtico y por construir una nueva Constitución entre todos y todas, y que nos de cabida a todos y todas. Nunca más un país sin su gente.