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Ni a la alemana ni a la portuguesa
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Ni a la alemana ni a la portuguesa

Actualizado 20/01/2016
Emilio Pérez

Evidentemente no estoy escribiendo sobre dos recetas de cocina, una de mis grandes asignaturas pendientes, ni sobre dos posturas del Kamasutra, que reconozco no haber leído nunca, pero creo acertar si digo, que con tal nombre no existen.

[Img #533488] Obviamente hoy quería reflexionar sobre estas dos modalidades de conformar gobiernos en nuestro país, que la prensa y los expertos analistas, nos ha inculcado sobradamente en estos últimos días, después de las elecciones del pasado 20 de diciembre.

Ambas opciones de conformar Gobierno son las que, al parecer, se plantean en la actualidad en un escenario político, resultante de un ejercicio democrático, que como ya muchos y muchas han manifestado, ha sido el reflejo de lo que desean y deseamos, al parecer, quienes si hemos ejercido el derecho al voto.

Pero mientras llega el momento del acuerdo, del pacto y de la coalición deseada, para unos y para otros?? ¿quién, cómo y cuando se gobierna este país, atendiendo a las necesidades de una inmensa mayoría de la ciudadanía que necesita, que de forma urgente, se comiencen a tomar decisiones efectivas e inmediatas para que la situación económica, social y laboral de nuestro país comience a cambiar drásticamente?

Porque ya hemos tenido y vivido la experiencia surrealista del gobierno catalán, el cual ha agotado hasta el último segundo para "parir" una solución de pacto extraño, que ya veremos si es la acertada.

Mientras por aquellas tierras, aún españolas, se ha dejado de hablar de sus miserias, de sus necesidades, de sus carencias sociales, que son las nuestras y de sus más desfavorecidos, que de momento, también son nuestros.

Y como dice nuestro rico refranero español, "de muestra vale un botón" y tres meses son muchos meses sin gobierno, cuando las necesidades de la ciudadanía son tan evidentes y deben ser prioritarias, necesitando con urgencia acometer reformas y decisiones que palien la insoportable situación que viven millones de personas en nuestro país.

Porque mientras se habla y se dedica el tiempo a reuniones sobre los posibles e improbables acuerdos, nadie hace nada útil para quienes más lo necesitan.

Porque aunque en los ámbitos de gobiernos municipales y autonómicos sí que se afrontan determinados problemas del día a día, el paraguas del Gobierno de la nación no puede dilatar el tiempo hasta los últimos instantes, para posiblemente tener que terminar convocando unas nuevas elecciones generales, que este país no se puede permitir.

Porque es evidente y flagrante que la situación de relativo crecimiento que vive en la actualidad nuestra economía, no tiene nada que ver con las políticas y reformas que ha llevado a cabo el Gobierno del partido popular durante los últimos cuatro años, es obvio que esta situación responde a la inyección económica del banco central europeo, a la bajada del precio del petróleo y la clara inestabilidad de determinados mercado financieros asiáticos, sobre todo, que provocan beneficios al margen de las decisiones políticas.

La ciudadanía más desprotegida de este país, no tiene por qué seguir viendo en vivo y en directo como los partidos políticos, después de las elecciones generales, se siguen lamiendo las heridas unos y muriendo de gloria otros.

Los que lloran su frustración por el fracaso de sus ilusionantes y vacías expectativas, que ahora culpan a sus súbditos municipales por la falta de calidad política.

Los que reclaman y se autoproclaman vencedores por tener más votos como resultado de una ley electoral denigrante e injusta.

Los que, en su gloria de victoria populista, entre conflictos internos por sus grupos parlamentarios, abogarán por unas nuevas elecciones para dar un mordisco más grande a quien no le van a facilitar el pacto.

O los que, otra vez más, se desgarran y desangran abierta y públicamente entre si, dando la triste imagen de anteponer sus intereses personales y de liderazgo, insinuando que dejan a un lado las verdaderas necesidades de quienes han apostado por ellos.

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